Capítulo 8

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Volvemos a casa sobre las 6 de la tarde, Alex está tumbado en el sofá con la PSP en las manos jugando a un juego de coches.

Miro alrededor y la casa está hecha un desastre, los cojines y restos de comida por el suelo, un montón de revistas en la mesa, etc. Por lo que subo a mi cuarto, me pongo cómoda y bajo abajo para organizar un poco.

Llamo a gritos a Luc y Alex para que me ayuden, así que eso hacen.

Mientras ellos terminan, subo a hacer las camas y organizar los dormitorios, además del cuarto de baño ya que lo he dejado hecho un asco esta mañana.

Limpiando en mi cuarto veo el colgante, y no se por qué, me lo pongo.

Bajo las escaleras y está todo reluciente.

-¡Habéis hecho un gran trabajo!-digo contenta.

-Gracias.- dicen los dos a la vez que están tumbados en el sofá.

-Venga, tampoco es para que esteis tan cansados. Voy a salir a comprar algo para cenar.

-Siii.-dicen al unísono de nuevo

Cojo dinero y voy al restaurante chino para encargar algo para cenar, mientras se prepara la comida, voy a la panadería y compro una barra de pan además de unos donuts.

De regreso al restaurante, una mujer mayor con el pelo blanco y con pintas de loca se me queda mirando fijamente, a esto pregunto:

-Eh... perdone, ¿quiere algo?

-No

-Vale, entonces nad...

-Ese collar... ¿de dónde lo has sacado?

-Es un regalo de mi abuela.

-Pues entonces te querría mucho.

- Sí pero, ¿por qué dice eso?

-Ay mi niña, ven vamos a sentarnos y te lo cuento todo o por lo menos hasta lo que yo sé.

Vamos a un pequeño parque cerca de mi casa y nos sentamos en un banco.

Está empezando a oscurecer por lo que le pido que hable rápido.

-No se desde donde empezar, así que será desde el principio de todo.

Ya sabes que los humanos y los vampiros se llevaban bastante bien, incluso formaban parejas y tenían hijos, como en tu caso. Bueno hasta ahí todo muy bien. Pero un vampiro que se creía superior a los humanos, empezó a agrupar a más vampiros para acabar con estos. Tras varios años estos vampiros empezaron a llamarse Romeos. Causaron muchas muertes y revueltos por lo que el gobierno formó un ejército con los vampiros y humanos más fuertes, y entre ellos estaban tus padres. Ellos se enamoraron y te tuvieron a ti, Jade. Pero en el enfrentamiento que hubo entre este ejército y los Romeos, unos de estos se enteró de tu nacimiento y como eras híbrida intentó matarte aunque tu padre arriesgó su vida por salvarte.-en ese momento una pequeñas lágrimas caen mis mejillas.- Tu madre y tú escapasteis y acudisteis a mi buscando ayuda.

-Intento procesar toda la información y caigo en la cuenta de que no ha mencionado a mi hermana.

-Pero...... y mi hermana...- pronuncio con la voz temblorosa.

-A ella la encontraron en unas de las batallas en las que intervinieron tus padres.

-E...e....entonces n.. no es mi herma..a..na bio....lógi...ca - digo tartamudeando mientras las ganas de llorar aumentan.

-Sí, lo siento. Creo que ya te he contado demasiado será mejor que me vaya.

Ni siquiera contesto, lo único que hago es llorar en voz baja, sentada en el banco, mientras la extraña mujer se marcha.

La noche llega y yo sigo sentada en el parque. Las farolas encendidas dan fogonazos, el pequeño estanque está tranquilo, al lado hay una familia feliz compuesta por una madre, un padre y dos niñas. Al verlos me entran, de nuevo, ganas de llorar pero aguanto y regreso a la casa con la cabeza agachada y con pasos lentos y cansados.

Entro y subo a mi cuarto mientras Luc y Alex me miran fijamente sin decir ni una palabra. Al poco tiempo oigo los pasos de alguien subiendo las escaleras y poco después mi puerta se abre mostrando el rostro de Alex.

-¿Qué te pasa pequeña?.- pregunta Alex dirigiéndose a la cama en la que me encuentro tumbada boca abajo.

-Nada.-respondo entre la almohada, pero el sollozo que me expulsa mi boca me delata.

-Si tienes algún problema solo tienes que decírmelo. Anda cuentamelo.

Me incorporo, me siento en la cama y Alex se sienta a mi lado. Le cuento todo lo ocurrido y las lágrimas empiezan otra vez a caer. Él no dice nada simplemente me abraza diciendo que todo va a estar bien.

De esta manera me quedo dormida en sus brazos. Me tumba en la cama y me tapa con las sábanas con cuidado de no despertarme.

No quiero imaginar lo que me espera mañana pero el abrazo de Alex me tranquilizó bastante.

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