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˚༅༴│↷◌⁺˖ [Katsuki Bakugo]

◌ೃ‧₊↷ᴘᴇʀsᴏɴᴀᴊᴇ: Bakugo Katsuki

◌ೃ‧₊↷ᴛᴇᴍᴀ́ᴛɪᴄᴀ: Lemon

◌ೃ‧₊↷ᴀᴄʟᴀʀᴀᴄɪᴏ́ɴ: Este One-Shot puede contener +18, lenguaje vulgar por lo que puede no ser apto para todo público, leer bajo tu propia responsabilidad. La protagonista consume sus pastillas para no quedar embarazada, pero recuerden la protección ante todo.

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Él estaba seguro de lo que quería tomarla por esas hermosas caderas que se mecían, ya estaban en tercer año de academia y todo lo que quería Bakugo era tenerla a ella entre sus brazos, hasta que no hubiese un mañana besarla, porque sí había admitido desde hace mucho tiempo que estaba enamorado de ella.

—Risu-chan vamos al karaoke.

Risu Asakura una chica brillante con buenas notas, un poco extrovertida quién le gustaba de vez en cuando hacer bromas y su declarada rival por el puesto de mejor en clases. Siempre estuvieron compitiendo pero en un momento del camino Bakugo se empezó a enamorar de ella y ahora le molestaba como todos se le acercaban y él a penas podía decirle una palabra sin antes no causar el estallido de una guerra entre ellos. No se odiaban pero tampoco podían estarse tranquilos y hablar como personas civilizadas.

—No gracias chicos, vayan ustedes hoy me quedo en los dormitorios repasando unas cosas. —Ella les dijo con una sonrisa a sus compañeros de aula y Bakugo solo la miró suspirando tal vez él también se quedara.

—Baku Broh ¿También vienes? —El pelirrojo se acercó a él algo confiado mirando al chico.

—No, tengo cosas más importantes que hacer. —Kirishima negó con la cabeza, aunque era la única persona que podía hacer que Bakugo saliera de su caparazón a veces se rendía.

El rubio cenizo miraba a aquella pelinegra y la sonrisa que tenía con todos, sinceramente le gustaba demasiado y no quería que fuese de nadie. Sus emociones habían evolucionado con el paso del tiempo hasta llegar a convertirse en un catastrófico remolino que tomó por sorpresa su vida. Simplemente observándola podía ser feliz aunque si quería declararse pero eso no podía ser debido al orgullo que poseía. Solo la miró una vez más para tomar sus cosas y salir del aula directo a los dormitorios.

Katsuki estaba en su habitación mirando al techo, sus pensamientos del rubio siempre lo llevaban a ella, esa hermosa sonrisa que poseía para todos y el carácter agresivo que tenía para él. Se le ponía dura nada más de acordarse la cantidad de veces que se había imaginado con ella en la cama, mirándolo con las mejillas sonrojadas mientras la penetraba.

—¡Maldición como puede ser tan sexy! —Se dijo a si mismo mientras veía la notoria erección que poseía—. Debo darme una ducha bien fría. —Después de decir aquello tomó su toalla y unos boxers para colocárselos en el hombro y salir de su habitación.

Se dirigió a las duchas todos estaban en el karaoke así que no habría nadie en los dormitorios que los pudieran molestar. Su mente le jugaba una grande pues solo se imaginaba aquella chica desnuda haciendo que la erección de su miembro creciese, casi podía escucharla en su imaginación decir su nombre mientras gemía por su toque, tratando de sacarse esos pensamientos de la cabeza y controlarse un poco a él no le gustaba llevar el descontrol de nada en su vida.

—Bakugo~ —escuchó gemir a la chica en su cabeza y negó un poco para olvidar la idea, siempre estaba jugándole bromas—. Más rápido~ —escuchó otro gemido desesperado de la chica y negó quería sacarse esas imágenes pero se escuchaba tan real.