【✔】Prólogo 【✔】

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Siete años atrás...

—Ni siquiera se para que vinimos Seulgi – una pequeña rubia le decía a su mejor amiga, sentándose en una de las bancas que daban al estadio.

—Bueno, mi mamá siempre me dice que aquí están los chicos más fuertes – Seulgi dice, apoyando su cabeza entre sus manos. —Quiere que aquí consiga mi alfa – Seulgi termina, mirando por todo el área de entrenamiento, sin nada que le interese.

—Aggh – La niña dice con disgusto. —¿Alfa? No los necesitamos. Son unos pesados, controladores, y son unos salvajes – la niña termina, levantando sus pequeñas manos en modo de seriedad.

Su amiga asiente sin mucho interés, lo cual cambia al instante de observar una pequeña niña que esta entre un montón de niños más, jugando con lo que era un disco.

—Y por eso yo cre- – la reflexión de su amiga se ve interrumpida al mismo tiempo que la pequeña siente como algo le da fuerte en el costado de su cabeza, desorientándola por unos segundos.

Lisa podía sentir la mano de su mejor amiga agarrarla, llamándola con miedo. También sintió otra voz, hasta volver completamente en si. Lisa contenía sus intensiones de llorar como bebé, sobándose el costado de su cabeza.

—Lo siento mucho señorita – una niña que parecía de la misma edad de las chicas se les presentó, preocupada por lastimar a la rubia.

Tenía el cabello desparramado por todos lados, manchas de barro por su cuerpo y la ropa toda desarreglada, contrastando notablemente con Lisa y Seulgi, quienes tenían lindos vestidos rosa.

—Mi cabecita – Lisa decía, sobando con suavidad, odiando en ese momento la causante de lo ocurrido.

—Yo de verdad lo siento, dejame...– la niña se detuvo con sus palabras al observar a Lisa a los ojos.

Algo en ambas se traspaso de su cerebro hacia su corazón, provocando que empezará a latir locamente, un hilo unió sus corazón de forma que nadie podía verlo. La chica se quedo pasmada observando a Lisa.

—Em-m, y-oo – La chica decía en un tartamudeo de palabras, intentando tocar un brazo de Lisa con sus pequeñas manos.

—No me toques – Lisa rápidamente lo evita, sintiendo una punzada en su corazón por rechazar el toque de la chica.

Hey, Lisa – Seulgi decía, tomando uno de sus brazos. —¿Estas bien? Creo que el golpe te dejo más mamona de lo que ya eras – Seulgi dice bromeando.

La pequeña niña con el disco ya es su mano no quería abandonar la escena, sus ojos pasando de un oscuro marrón a un brillante sol por unos segundos, mirando como Lisa se sobaba y se levantaba de la banca, dispuesta a irse.

La chica no quiso pero la niña no la quería cerca, entonces se retractó, sin entender la necesidad de estar con la chica rubia.

Seulgi ayudo a Lisa a caminar, agarrándola de un brazo para que no se tambaleara.

—Sentí algo aquí – Lisa le comenta a su amiga, señalando su corazón, que aún tiene pequeñas secuelas del encuentro con la niña del parque de entrenamiento.

—¿Qué pasa si es tu alfa? – Seulgi pregunta sin mucha seriedad, mirando el camino a la casa de su amiga.

—Eso es imposible – Lisa dijo, negándose a creerlo. —Si eso pasara yo diría; yo Lalisa Manoban de la parte oscura de la Luna rechazo a el alfa conferido por la Luna – Lisa dice, levantando una de sus manos.

—¿Qué es eso? – Seulgi pregunta extrañada.

—No sé – Lisa se encoge de hombros. —Vi ayer que mi mamá se lo decía a papá –

Las niñas siguieron su camino, sin importarles que la castaña, gracias a sus cualidades más definidas, escucho todo, sintiendo su cuerpo temblar, sus piernas y brazos no respondían, sus ojos de repente no podían mantenerse cerrados y el mundo empezó a darle vueltas, su pecho se oprimió y sintió una gran tristeza invadirla, olvidando el juego que mantenía con su prima y sus amigos.

—¡Jennie! –

Ser Tu Alfa, Otra Vez - JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora