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Zed

Una oveja entre lobos, así me siento.

Desde que tengo memoria he tenido que reservar mis sentimientos solo para mi. Nunca he sido expresivo y todo me lo guardo para mi.

Mi familia, es una reservada y conservadora, como dije nunca pude expresarme como quisiera desde lo más básico como elegir qué comer o qué vestir, todo está estrictamente elegido para mi por mi familia así que no fue de extrañarse que cuando estaba en secundaria y estaba por descubrir cuáles era mis gustos y preferencias no fueran como los de la mayoría.

Recuerdo una ocasión en la que me encontraba en una cita secreta con un chico el cuál iba conociendo, éramos ultra cautelosos por el que dirán o la presencia de mi familia.

Él sabía de eso, así que éramos extremadamente cuidadosos.

Ese día mi familia se enteró de quién era yo, descubrieron dónde me encontraba y sin importar en lo más mínimo el lugar y el momento mi padre llegó y me dió una bofetada.

Recuerdo haber sentido el golpe pero por más raro que suene, no fue el golpe el que me dolió, si no el hecho de que sabían quién era y no me aceptaran, aunque muy en el fondo sabía que no iba a pasar. Recuerdo que mi padre me dió un par de golpes más y me llevó con el a jalones de vuelta a casa donde en lugar de escuchar me tomaron el caso a su criterio y padre me dió una golpiza. En sus palabras, lo había decepcionado, humillado y manchado el apellido de la familia por ser un “maricón” según mi padre.

Y esa fue la última vez que ví a aquel chico. Poco después nos mudamos de ciudad hasta que llegamos aquí. Nadie me conocía ni sabían que era un reprimido. Mi padre amenazó con mandarme a un psiquiátrico si volvía a enterarse de que sacaba mi verdadero yo a la luz. El secundaria nos enseñaron que era normal pero, eso no aplica para mí familia.

Entonces al llegar aquí mantuve un perfil bajo y quise hacerme un alter ego, para mí bienestar mental una personalidad la cuál es la imagen perfecta. Chico bien parecido, con buenas notas, buena personalidad y un gran talento aunque la actuación  o siempre fue mi pasión la desarrollé al tener mucho tiempo libre.

Después de algunos años siendo el hijo perfecto mi padre me dió esa libertad de escoger un Hoby que me mantuviera concentrado, elegí la actuación y entré al club de teatro.

Ahí conocí a Marcus, el club estaba en sus inicios así que éramos novatos pero con el tiempo ambos sobre salimos llegando a ser protagonistas de las obras que llevaron a la victoria en concursos nacionales.

Pudimos ser buenos amigos si no fuera porque sabía que entre más cercanos fuéramos más daño me haría a mi mismo.

Comencé a molestarlo escudándome en que me caía mal pero para nada al contrario, lo envidiaba por ser valiente y expresar se tal y como es. Por ser muy talentoso, atractivo y simpático.

Lo confieso, Marcus Cooper comenzó a gustar me entre más lo conocía pero sabía por experiencia que esto saldría mal tanto para mi como para él.

Como dije, lo molesto porque fue la única manera que tuve para liberar lo que tenía dentro.

Amor apache dirían algunos.

Waiting for youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora