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1 | Despistada

La gente miró a la chica de dieciséis años que marchaba hacia la biblioteca de la escuela con cara de enojo.  Era normal para ella tener estudiantes mirándola, ya que sucede todo el tiempo.

Sabía que se veía diferente.  Su piel aceitunada con un ligero bronceado que contrastaba con su cabello castaño claro casi rubio era una característica interesante para todos.  La forma en que su cabello era claro mientras que su piel era un poco más oscura por todos los días que pasa afuera quemándose la piel, obviamente no a propósito, hizo que la gente comentara.  Y luego tenía esas pecas muy notables que nadie podía pasar desapercibido.  Por último, lo que más admiraba la gente eran sus ojos.

Su familia en realidad no estaba satisfecha con sus ojos, ya que la mayoría de los miembros tenían un ojo azul y un ojo verde o tal vez uno marrón claro.  Pero nadie ha tenido nunca un ojo morado y uno verde, era demasiado extraño para ellos.

Pero esta vez la gente no la miró por su aspecto.  La estaban mirando por la expresión de enojo en su rostro, parecía que estaba a punto de hechizar a alguien y no sería la primera vez.

Había dos razones por las que la mayoría de los estudiantes tenían miedo.  En primer lugar, tenía un temperamento peligroso y cada vez que alguien molestaba o lastimaba a alguien que le importaba, ella perdía el control.  En segundo lugar, la devoción de Tom Riddle por ella también asustó a todos, increíblemente.

A pesar de que todo el mundo encontró a Tom un caballero y un chico encantador, la verdad era que tenía problemas cuando alguien se acercaba a Seraphina.  Siempre sería discreto porque no podía arruinar su inmaculada reputación pero las miradas que enviaba a cualquiera que pasara demasiado tiempo mirándola podría hacer que cualquiera se congelara hasta morir.

Abrió las puertas de la biblioteca, sin importarle si hacía demasiado ruido y camino hacia la mesa en la parte de atrás donde Tom normalmente estudiaba, –¡Tom Marvolo Riddle!

Algunos estudiantes la miraron e incluso si quisieran decirle que se callara, no pudieron.  Tom levantó las cejas de su libro por un segundo antes de enfocar su mirada en Seraphina.  Suspirando, la ignoró y siguió leyendo su libro.

-¿Qué te pasa? - Preguntó cuando dejó de caminar para pararse a su lado.  Él no se molestó en mirarla y ella le arrebató el libro de las manos, haciéndolo frotar sus sienes en un intento de calmarse y mirarla, prestándole toda su atención.

Nadie jamás le haría eso, pero sabía que podía porque él no la lastimaría, al menos no la lastimaría tanto como lastimaba a los demás, -Dame el libro, Seraphina-, extendió su mano para que ella devolviera el libro y se burló.

-¿Te gusta verme miserable?  ¿No quieres que sea feliz?- Preguntó y algunos estudiantes siguieron mirándola con miradas inquisitivas, encontrando extraño que ella le hablara así.  Todos lo respetaban demasiado como para levantarle la voz, incluso los profesores.

Quería poner los ojos en blanco, pero mantuvo su postura serena, -Deja de ser una malcriada y devuélveme el libro.

-No!- Ella exclamó y él cerró los ojos durante unos segundos, tratando de no perder los estribos.

Suspiro derrotado. -¿Qué he hecho ahora?

-Debes estar bromeando, Tom. Por favor, dime que realmente estás bromeando.

Él encogió un hombro.-Ojalá supiera por qué estás tan enojada, Seraphina, pero realmente no lo sé, su voz estaba llena de sarcasmo y no hizo nada para ocultarlo, lo que ella no apreció.

Sabía que estaba mintiendo, a pesar de que hizo un buen trabajo ocultándolo.- ¿Por qué Arthur me dijo que le dijiste que no estoy en el lugar correcto para tener una relación? Tom disfrutó de la forma en que estaba echando humo, por muy enferma que estaba.

kneel | Tom RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora