kneel | Tom Riddle

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20 | oh, Slughorn

Era la noche de la fiesta de Navidad, que estaba organizando el profesor Slughorn en su oficina. En diferentes partes del castillo, solo los estudiantes más inteligentes se estaban preparando con entusiasmo para la fiesta.

Seraphina, por otro lado, estaba disfrutando de su tiempo a solas en su dormitorio mientras miraba fijamente el vestido blanco cubierto de destellos en su cama.

Pasó horas y horas pensando en lo que sus amigos le habían dicho el día anterior cuando fueron a Hogsmeade, y desde entonces no los había visto por el castillo. Por supuesto, era sábado y no tenían clases, pero Seraphina se pasó el día estudiando en la biblioteca y ninguno de ellos hizo acto de presencia.

Finalmente, tomó una decisión y estaba más que feliz por ello. Decidiendo abandonar la idea de volverse malvada o amable, eligió un camino diferente y mucho más simple. Si alguien la trataba bien, les mostraría su lado amable. Sin embargo, si alguien la maltrataba o le faltaba el respeto, no lo pensaría dos veces antes de atacar. Por lo tanto, a partir de ahora Seraphina estaba a punto de dejar de adaptar su personalidad a las personas que la rodean, ya no le importará tratar de complacer a todos a su alrededor. En pocas palabras, ella es quien es y si la gente no está satisfecha con su comportamiento, ese es su problema.

Estaba cansada de que todos criticaran su personalidad. No importa si fue buena o mala, siempre hay alguien que tiene algo que decir al respecto. Después de muchos años de escuchar a la gente juzgar quién era ella, declaró el fin de esa era. Era oficial, ya no le importaba la opinión de otras personas.

Sonriendo al espejo, miró sus dos ojos y los identificó como sus dos lados. El ojo negro como el carbón, oscuro como la noche, representaba su obsesión por el poder, así como la oscuridad que se escondía en su interior, que ya no tenía miedo de mostrar. Sin embargo, su ojo verde brillante representaba una naturaleza completamente diferente. Fue un signo de frescura, juventud, esperanza y dulzura.

La dualidad de su personalidad significaba que estaba lista para actuar verdaderamente como una persona justa. Cada lado de ella estaba conectado con la forma en que la gente actuaba a su alrededor y a sus espaldas.

A pesar de sus nuevas reglas, decidió dar una última oportunidad a todos, incluido Tom. Sabiendo que él era el que estaba realmente enojado con ella, no estaba segura de si estaba dispuesto a tenerla de vuelta como amiga. Sin embargo, no creía que tuviera la culpa, por lo que Seraphina no corría hacia él y se disculpaba. Después de todo, ella no hizo nada malo y no se arrepintió. Si quisiera olvidarse de luchar y empezar de nuevo de lo que estaba bien y ella con mucho gusto lo tomaría de regreso.

Cuando se trata de Layla, el trato fue prácticamente el mismo. Seraphina ya se había disculpado y no sentía que fuera su obligación seguir disculpándose por algo que hizo años atrás y ni siquiera lo decía en serio. Si Layla no quería ser su amiga, estaba bien.

Ella sonrió mirando el vestido. Las palabras de sus amigos todavía estaban claras en su mente, pero no dejaría que nadie le dijera qué hacer.

"Tan atrevida como eres, es una cuestión de etiqueta. Solo tienes que entender que un vestido corto no es apropiado para una fiesta de Navidad."

Tenían razón en una cosa, ella era audaz y por eso le gustaba jugar con fuego. Ni siquiera trató de negar que cuando la gente le dice que no haga algo, eso es exactamente lo que quiere hacer. Y la sola idea de ver a las dos chicas mirándola con desaprobación hizo que las comisuras de sus labios se contrajeran.

¿Entonces que hizo ella? Al igual que lo había hecho en innumerables ocasiones con las faldas que le compra su madre, acortó el vestido, aún más, usando magia. No era muy parecido a una dama y la gente seguramente estaba dispuesta a juzgarla, pero eso era exactamente lo que pretendía.