kneel | Tom Riddle

52

52| consecuencias

Seraphina marchó por los viejos pasillos con un montón de libros bajo el brazo. El sol todavía salía, pero se prometió a sí misma que se despertaría muy temprano para poder visitar a Tom antes de clase.

Los pasillos estaban vacíos y silenciosos, a diferencia de su mente, que estaba llena de pensamientos de temor y aprensión. No había estado en la enfermería de Hogwarts en mucho tiempo, así que no estaba muy contenta de visitar a Tom allí. Ir a la enfermería nunca fue algo positivo, ya que quería decir que había pasado algo terrible. Y sucedió de hecho.

Su noche fue inquieta pensando en lo que Tom había hecho, lo que significaba que solo durmió un par de horas. Todavía era difícil creer que Tom creara un Horrocrux y ahora estaba extremadamente enfermo por hacerlo. Ella no podía entender cuánto sufría al hacerlo, pero la forma en que gritó y gritó la noche anterior mostró que tenía mucho dolor.

Había poco que pudiera hacer para ayudarlo, pero quería hacerlo un poco más feliz. Esa es la razón por la que ella decidió traerle un tocho de libros para mantenerlo entretenido mientras él está en la enfermería descansando.

La bruja finalmente llegó a la enfermería y suspiró profundamente antes de abrir la puerta en silencio, temerosa de que lo despertara en caso de que estuviera durmiendo.

Mirando hacia dentro, Seraphina se alegró de que fuera el único en la gran enfermería y se sintió bastante aliviada cuando lo vio con los ojos abiertos. Se puso la cabeza en la almohada para mirarla, a pesar de que no necesitaba mover un músculo para saber que era ella. En realidad, todo lo que quería era verla, su preciosa Seraphina.

"Tom, estás despierto." ella caminó hacia la cama y él no dijo nada, mirando los libros que llevaba consigo. "¿Cómo te sientes?"

Se quedó en silencio durante unos segundos, admirando sus rasgos y apreciando su presencia. Por patético que fuera, la verdad era que la necesitaba. "Estoy bien." respondió, sin quitarle los ojos de la cara.

Dejó caer los libros en una silla junto a su cama. "Me alegro." sonrió. "te traje algunos libros de tu dormitorio. Pensé que querrías hacer algo productivo mientras estás aquí."

"Gracias." susurró débilmente, ya cansado de hablar. Tom la vio sentarse en la cama a su lado y alcanzar sus manos.

"Tus manos están tan frías." frunció el ceño después de tomar sus manos sobre las suyas y acariciarlas con sus pulgares.

Se encogió de hombros. "Las tuyas son más cálidas." abrazó el calor de sus manos y se sintió mucho mejor por su cercanía. Al menos, no tenía tanto frío como antes, pero todavía se sentía cansado como nunca antes: "¿Cómo dormiste?"

"He tenido mejores noches, si soy sincero. Estaba muy preocupada por ti." admitió, mirando las ojeras debajo de sus ojos preocupadas, "supongo que tú tampoco descansaste bien."

"En realidad dormí durante mucho tiempo, pero todavía me siento agotado." admitió, haciendo un esfuerzo por apretar sus manos en las suyas, pero no tenía sentido.

"Bueno, esas son las consecuencias de querer ser inmortal. Eso es lo que obtienes de ser lo suficientemente tonto como para crear un Horrocrux a la edad de diecisiete años." se burló de él con voz baja, asustada de que la matrona apareciera de repente y escuchara sus palabras. Tom no dijo nada, solo mirando las pecas en su cara, que estaban iluminadas por el sol que salía de la ventana detrás de su cama. "¿Te sientes diferente?"

Él agitó la cabeza: "En realidad no, supongo."

"Bueno, dividiste tu alma por la mitad." señaló, "¿Te sientes menos humano?"