Capítulo 15: About Time

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Seojoon tenía la mirada fija en la pantalla del móvil y no estaba escuchando nada de lo que le estaba diciendo Sunmi, a pesar de tenerla sentada frente a él, en esa pequeña mesa circular en la que desayunaban siempre juntos. Solo podía leer esas palabras una y otra vez:

"Tengo que irme, Seojoon, mi cita me reclama... pero, contestando a tu pregunta: sí, eres especial."

Estaba jugando con fuego cuando hizo esa pregunta, lo sabía, pero también sabía que la respuesta de Hobi no era parte de ningún juego. Era real. Para ese chico, él era especial, y ese pensamiento hacía que, por primera vez en mucho tiempo, sintiese unas mariposas en el estómago difíciles de explicar... ¿Cuánto hacía que no sentía algo así? ¿Diez, veinte años? Ahora que se paraba a pensarlo, probablemente, la primera y última vez que había tenido esa sensación había sido cuando era un adolescente.

Parte de él pensaba que eso era lo que había entre Hobi y él: un amorío pasajero, una chiquillada que amenazaba con hacerle perder el norte. Y él ya no tenía quince años, era un hombre adulto con mil responsabilidades sobre sus hombros y una imagen de la que dependía la mayor parte de las cosas buenas que tenía en su vida, incluida su prometida, y no merecía la pena tirarlo todo por la borda por unas simples mariposas en el estómago... ¿verdad?

- Seojoon -le reprendió Sunmi-. Seojoon, ¿has oído algo de lo que te he dicho? -silabeó al ver a su prometido enfrascado en su móvil.

- ¿Q-qué? -farfulló el hombre alzando la vista. Allí estaba ella, vestida con esa camisa blanca de rayas negras oversize que dejaba ver gran parte de sus clavículas y que había conjuntado con sus leggins negros de cuero- Ah, eh... perdona, Sunie, estaba... estaba distraído -balbució mientras bloqueaba la pantalla y se guardaba el teléfono en el bolsillo del pantalón del pijama- ¿Qué decías?

Sunmi se relamió lentamente sus carnosos labios, perfilados por ese pintalabios rojo que le encantaba llevar últimamente, y lo fulminó con la mirada durante unos largos segundos. Cualquier otro se habría echado a temblar al sentir esos ojos negros clavándose en él, pero Seojoon nunca se había dejado amedrentar. De hecho, era una de las cosas que le habían encandilado de ella, lo peligrosa que podía llegar a ser.

Sunmi soltó un suspiro de exasperación y se apartó su largo pelo moreno para pasarlo por encima del hombro, como si quisiese deshacerse de esa irritación que le trepaba por el cuerpo.

- Decía... que tu pequeño proyecto de caridad podría meterme en problemas.

- ¿De qué hablas? -preguntó él, totalmente perdido.

- Hablo de tu apoyo a la denuncia de ese chico -respondió, provocando que su prometido chasqueara la lengua y rodara los ojos. Conque ese era el problema...

Sunmi se quedó mirándolo, atónita, mientras Seojoon procedía a echarse tranquilamente la mermelada en la tostada, como si la cosa no fuera con él.

- ¿Sabes lo que podría pasar si se filtra a la prensa que has apoyado una denuncia contra Jackson Wang? -preguntó la cantante tensándose de los pies a la cabeza.

- Una de las denuncias -corrigió Seojoon apretando la mandíbula mientras esparcía la mermelada por todos los recovecos de la rebanada de pan.

- Como si tiene veinte, la única que me importa es la de ese cámara que...

- Se llama Taeyong -le interrumpió alzando la vista para mirarla-. "Ese cámara"... se llama Taeyong.

Sunmi frunció los labios, empezando a sentirse verdaderamente molesta por la actitud de su prometido. ¿Qué más daba como se llamase el dichoso cámara?

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