𝙉𝙚𝙫𝙚𝙧 𝙜𝙞𝙫𝙚 𝙪𝙥 | Oikawa T.

𝑅𝑖𝑣𝑎𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑

Después de que Kuroo y Kenma ya no fueran visibles para mi, solté un suspiro y me giré, encontrándome con las miradas de Oikawa e Iwaizumi, ambos tenían unas pequeñas sonrisas en sus rostros mientras mantenían sus miradas sobre mi.

—¿Por qué me miran así?—Pregunté mientras pasaba el dorso de mi dedo índice para secar mi mejilla.

—Eri-chan... ¡Eres demasiado sentimental y tierna!—Oikawa llevó una de sus manos a su pecho mientras respondía.

Hice un pequeño puchero de forma inconsciente mientras desviaba mi mirada, intentando ocultar la vergüenza que me había provocado el comentario del castaño. Sentí como alguien daba un par de pasos hacia mi para después tomar mi mentón con cuidado y pasar un pañuelo de papel por mis mejillas, secándolas. Hizo lo mismo con mi mentón y mis ojos, pidiéndome que los cerrara para poder hacerlo.

—Se nos está haciendo un hábito, ¿Eh?—Iwa-chan soltó una pequeña risita por su propio comentario, el cual me hizo recuerdo al día en el que lloré en su hombro.

—Gracias, Iwa-chan.—Agradecí para después sentir que el pañuelo era alejado de mi rostro.

Abrí mis ojos y pude verlo, asintió ligeramente mientras se dirigía hacia un basurero que había cerca de nosotros.

—¡Yo quería hacerlo, Iwa-chan!—Dijo Oikawa mientras veía a su amigo botar el pañuelo usado.

—Si tanto quieres hacerlo.—Dijo Iwa-chan mientras volvía a mi lado con una expresión de fastidio en su rostro.—¡Ven y límpiale la nariz en vez de estar quejándote!

Lo había dicho de broma, estoy segura. 

Pero Oikawa, manteniendo un su pequeño berrinche, comenzó a acercarse.

—N-no es necesario, Oikawa...—Dije mientras el otro seguía acercándose.

Finalmente se detuvo frente a mi y miró a Iwaizumi, el cual lo miraba algo sorprendido. Con cuidado buscó otro pañuelo en su bolso y me miró, para después mirar a Oikawa.

—¿De verdad vas a limpiarle los mocos a Kurusawa?—Preguntó mientras le entregaba el pañuelo.

—¡No!

—¡Sí!—Dijo, dándome la contra.—Ven aquí, Eri-chan.—Dijo mientras se acercaba más a mi, elevando el pañuelo.

—No, no quiero que me limpies la nariz.—Dije, negando varias veces mientras daba un par de pasos hacia atrás.—Acabo de llorar, mi nariz está llena de mocos.

Oikawa se acercó nuevamente con seguridad y una mirada seria.

—¿Y?

¿Habla en serio? Lo miré confundida y ligeramente avergonzada. El más alto suspiró levemente y con cuidado se paró delante mío, siendo él el único en mi campo de visión.

—Me da igual si es así.

—¿Qué si mis mocos te tocan?—Pregunté, elevando ligeramente mi rostro para poder verlo a los ojos.

—Nada, los limpio y ya.—Sonrió ligeramente mientras posaba el pañuelo sobre mi nariz.—No es que me encante limpiarle las narices a todos, pero eres tu, Eri-chan, no tengo problema porque eres tú y son... ¿Tus mocos?

—Va, entiendo tu punto.—Respondí para después dejar que me ayudara.—Gracias... Creo.

Pude ver como asentía con una pequeña sonrisa mientras retiraba el pañuelo y lo doblaba con cuidado. No había notado lo cerca que estábamos en ese momento, sentí que mi corazón dio vuelco al percatarse de la corta distancia que nos separaba.