Hiriente

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El bus al que subieron era el último de la ruta, siendo que viajarían directo hasta Seúl. Estaba casi vacío solo iban dos adultos en la hilera de asientos de enfrente, una pareja hasta los asientos traseros, un anciano dormitando sentado en los asientos de su lado izquierdo que separaba el amplio pasillo del bus y un chico junto con su pequeño hermano sentados a un par de asientos más adelante que ellos.

El viaje parecía que sería agradable para Jungkook, el bus parecía ser nuevo, libre de asquerosos olores y manchas extrañas curioso llevo sus dedos hasta las pequeñas luces que se encontraban justo arriba de ellos presionando los botones sin obtener resultados.
Miro a Seokjin a su lado quien había optado por mirar la ventanilla en silencio y se maravillo con lo perfectamente limpios que se veían los cristales gruesos y ligeramente oscurecidos, removió un poco su espalda sobre el asiento y sonrió de lo suave y cómodos que eran, la tapicería era negra hasta la mitad del asiento y gris del resto.

Minutos después el conductor apago las luces del bus y enseguida enscendio las pequeñas luces colocadas en cada asiento cubriendo el interior del bus con una tenue luz azul, y la marcha del bus ni siquiera se sentía.
Sería un buen viaje si solo colorá sus audífonos con su música a todo volumen.

—¡Ah pero que cabron!

Jungkook exclamó de repente, poniéndose de pie tomando con sus manos mechones de su cabello negro medio largo llamando la atención del castaño y del resto de los pasajeros a excepción del anciano que seguía dormitando.

—¿Que pasa? —extrañado el castaño le miro atento mientras Jungkook volvía a sentarse apenado, furioso y con ganas de asesinar al alguien.

—¡Joder!

El de cabello negro golpeó su frente con el asiento de enfrente, y resoplo hechando su cabeza hacia atrás con gesto furioso.

—El imbécil ese se llevó mi puta mochila.

Sus piernas se movieron en impaciencia colocando su codo izquierdo en el descansa brazo tocando con sus dedos el puente de su nariz.

—Taehyung no iba a regresar a dejarnos nuestras cosas después de que lo mandé al demonio y tú me seguiste el juego. —Seokjin negó sin comprender el porque le importaría tanto su mochila— ¿Que llevabas ahí?... Taehyung no tomara nada de lo que tengas, el no tiene necesidad

Seokjin le miro y desvío su mirada de nuevo hacia la ventanilla del bus restándole importancia al enojo reflejado en el rostro de Jungkook.

—No lo puedo creer

Jungkook río sin ganas

—¿Ahora que? —pregunto fastidiado el castaño.

—Puedo desconfiar de un imbécil que es capaz de dejar botado a su “amado novio” en un jodido pueblo lejos de su casa, sin preocuparse por dejarle dinero o si tiene forma de regresarse el solo. —Seokjin se sorprendió un poco al notar el cambio en el chico, Jungkook le miraba tan duramente y aunque quería defenderse prefirió que el terminara—. Además, que yo sepa el dinero es de sus padres. ¿El no se lo a ganado o si?

Seokjin suspiro bajito y formó sus labios en una línea recta, comenzando a sentir un picor en su nariz y un ardor en su rostro.

—Taehyung es un niño rico que solo coloca su mano frente a ellos y recibe todo lo que desea. ¡Puedo desconfiar de un tipo así!

—El no es así —le molestaba que Jungkook dijera todo eso de Taehyung a la ligera el rubio era su novio y aunque ahora estuvieran enojados no permitiría que el amigo de Jimin le juzgará de esa manera. Se puso erguido para míralo mejor bajo la tenue luz azul que ilumina la noche— Te aseguro que tú jodida mochila estará en buen estado cuando vaya a buscarlo o el se la entregue a Jimin, Taehyung tiene mucha responsabilidad en sus hombros y no es esa clase de chico que obtiene todo sin hacer nada a cambio. No tienes por juzgarlo tan duramente.

PROMESA (KOOKJIN) LIBRO #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora