Encuentro

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Las palabras de su profesor sonaban lejanas para Seokjin que inerte mantenía su vista fija en su pupitre no podía prestar atención a la clase, su mente estaba llena de Taehyung de lo que vivieron juntos de su sonrisa de la manera en que le veía y de la última pelea que tuvieron.

En algún otro momento jamás se habría permitido eso estando en clase con uno de sus profesores más intratables explicando la materia que más se le complicaba pero es que ese vacío en su pecho le dolía tanto al igual que su cuerpo volviéndose de plomo, así como sus demás emociones parecían haberse adormecido dejándole el total control de su mente y cuerpo al puro dolor.

Le dolía tanto, dolía tanto extrañar a Taehyung.

Dolía tanto pensar en Taehyung, dolía tanto saber que ya antes había perdido a Taehyung.

Le dolía tanto no dejar de amarlo, dolía tanto tener la certeza de que si Taehyung no hubiera muerto el le habría perdonado y seguido a su lado.

Los bullicios de sus compañeros a su alrededor golpeando con los puños los pupitres otros más estirándose y bostezando casi hasta desencajar sus mandíbulas, le saco de sus dolorosos pensamientos sorprendiendose un poco al notar que sus clases ya habían concluido.

Frotó sus ojos para enseguida contagiarse del bostezo de sus compañeros y perezoso guardo el cuaderno que nunca abrió a su morral.

Se levantó resoplando cansado colgando su morral a su hombro para salir del aula, implorando llegar de una ves a su casa.

—¿Seokjin?...

El castaño suspiro con fastidio y dudo un segundo en girarse hacia la chica que tocó con la punta de los dedos su espalda, no quería hablar con nadie no soportaba a sus compañeros de clase y por supuesto que no le interesaba tener amigos, mucho menos ahora. Pero su padre ha insistido tanto en que trate de salir, de conocer gente nueva porque cuando Taehyung estaba a su lado solo el importaba y no le veía salir con alguien más que no fuera el.

—Ahm, Seokjin...

Seokjin rodó sus ojos antes de girarse hacia la chica.

—¿Si? —Respondió secamente, para enseguida extrañarse al ver que se trataba de la chica más tímida de su clase tan seria y con su voz tan delgada y suave que apenas si los demás recordaban su nombre o que existía incluyendolo a el. Su piel pálida y su baja estatura no le ayudaban tampoco

—Yo... Bueno... —la chica se había armado de valor está mañana cuando despertó decidida a hablarle al chico castaño ensombrecido en tristeza, deseando que volviera a ser el mismo de antes de ese chico antipático irrespetuoso y a veces infantil, del que estaba secretamente enamorada. Aunque bien sabía que Seokjin nunca le correspondería al menos quería que solo le notará y porque no, llegar a ser amigos ya que el castaño no le dirigía la palabra a nadie.

—¿Que quieres?

Las palabras cortantes del castaño entorpecían más a la tímida chica.

—Yo te traje esto... es para ti.

La chica extendió la pequeña caja de color azul pastel ocultándose de la vista desinteresada del castaño. Seokjin seguía sin tomar la caja solo la veía a ella en la manera en que podía notar como sus mejillas se pintaban de color carmín pareciendole tonta la manera en la que cerraba sus ojos con fuerza. Bajo su vista hacia la caja adivinando que se trataba de alguna pastelería.

Sin ánimo el castaño tomo la caja de las manos de la chica causando con solo eso, que sonriera nerviosamente. Le dijo un simple gracias y se dió la vuelta sin detenerse está ves, solo hasta salir del plantel para mirar a ambos lados de la calle porque los días lunes Taehyung lo esperaba afuera para llevarlo a su casa.

PROMESA (KOOKJIN) LIBRO #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora