Epílogo

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Habíamos decidido salir a tomar un café al centro de la ciudad, era nuestra primera cita fuera de las instalaciones de la UA.

Todo iba perfectamente bien, comimos, vimos algunas cosas que estaban en los aranderes de las tiendas, cuando vimos a un señor vender algodón de azúcar compramos uno para los dos. Todo iba tan jodidamente bien que parecía un sueño, de esos que creí que nunca cumpliría.

Sin embargo, todo tiene un maldito final, pero yo no quería aceptar el nuestro. Nuestras familias antes eran amigas, por ende nos habíamos criados juntos, así que tener a Izuku a mi lado era una necesidad más que una costumbre. Pero en algún momento ocurrió algo que hizo que nuestras familias rompieran su amistad, aun así, Izuku y yo seguimos siendo amigos y, de verdad creí que podíamos ser algo más.

No todo salió como esperaba ¿Y ahora, debían alejarse? ¿Solo por los problemas de sus familias? ¿Por una discusión de la que él no estaba enterado?.

....

— ¿Qué quieres? ¿Que haces aquí? — preguntó de manera tosca el peli verde a la mujer frente a él.

¿Que ganaban separandolos? ¿Que ganaba ella siguiendolos como si fueran a cometer un crimen?

— Te lo advertí, Izuku. Y has desobedecido — dijo la mujer frente a él

— ¿Qué dices, Inko? ¡No estoy haciendo nada malo! — exclamó, cada vez más molesto con la mujer que le dio la vida.

— ¡Respetarme, que soy tu madre! — contraataco

—Mi madre, dices — soltó una risa amarga — ¿La misma mujer que está ahora pidiéndome que suba a ese estupido auto? No, si de verdad fueras mi madre comprenderás que -

— Deku, calmate — le tomó por el brazo el peliceniza — Inko-San ¿Qué sucede? ¿Porqué no puedo estar con él? — preguntó, tratando de mantenerse sereno. Pero la verdad, se sentía ansioso y asustado.

— No tengo nada contra ti, Katsuki-Kun, pero si contra tus padres y no quiero que Izuku se involucre con ellos — dijo sería, cruzando los brazos en su pecho — Por eso, quiero que se separen, que se alejen el uno del otro — dictaminó

Ambos miraron desconcertados a la mujer ante su petición-orden, luego se miraron ellos y cuando Izuku estuvo a punto de protestar, él oji escarlata habló.

— Está bien, Inko-San — dijo en voz baja, sentía un nudo en el estómago y ganas de llorar, pero pensando con la cabeza fría, no tenían opciones, ambos dependen de sus padres todavía porque apenas van empezando la universidad. — Pero antes... ¿Puedo pedirle dos cosas? — le pregunto el rubio mirando fijamente a la mayor.

— Katsuki... - —se callo al ver al rubio levantar la mano pidiendo silencio, sin dejar de ver a la mujer.

— Está bien — accedió la ojiverde, después de tomarse su tiempo para pensar.

— ¿Qué pasará con Deku cuando terminemos? — preguntó preocupado, no era tonto, lo más probable era que se lo llevarán lo más lejos posible.

— Se irá a Estado Unidos en dos días, empezará a prepararse para ser digno sucesor de la línea de inversiónista Midoriya, un socio mío se hará cargo de instruirlo y darle asilo — explicó la mujer, segura de sus palabras, porqué no eran mentiras, sabía que sí no mandaba a su hijo a otro país este era capaz de desafiarla y volver a buscar al rubio. — ¿Algo más, Katsuki-Kun?

— ¿Puedo quedarme con Deku los días siguientes, antes de que se vaya? Por favor — pidió un tanto desesperado. Le dolia, pero no podía pasar por encima de la madre de Izuku

Inko miró afligida al rubio, sabía que se querían, pero ella no iba a arriesgar a que su hijo acabará en las garras de Mitsuki; sin embargo, el verlo tan triste, afligido, asustado, a punto de romperse, hicieron que su corazón se removiera con fuerza.

— Está bien — susurro — Dejaré que estén juntos por ahora, hasta la fecha de partida, ni se les ocurra escapar o algo

— Sí señora Inko.

Una vez la peli verde se fue él rubio volteo a donde estaba Izuku. Se había sentado en una banca, los codos posicionados en las rodillas y la cara escondida entre sus manos. Se sentó a su lado, sintiendo sus lágrimas caer solas y en silencio, nada comparado a los sollozos que salían del ojiverde.

Su cuerpo se sacudía en espasmos por los hipidos y sollocos. Masajeo su cara una vez se calmo y miró al rubio, que seguía llorando en total silencio, mordiendo sus labios para no gritar por el dolor que sentía en ser. Rodeo con sus brazos el cuerpo ajeno y empezó a arrullarlo, haciendo que su llanto se desatará de una manera dolorosa, haciendo que sus lágrimas volvieran a salir. Podía sentir el dolor ajeno, pero ya no había vuelta atrás.

Era momento de aceptar el destino. Su destino.

Debían aprovechar la oportunidad de pasar junto al otro los días restantes...





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Lloren pues, que yo también estoy llorando 😢 😭
Obvio el epílogo tiene una continuación, no las voy a dejar sin el lemon y la despedida
Esperense tantito.

¡Deku-Sama! - Dekukatsu [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora