𝒯𝒽𝑒 𝓂𝒾𝓇𝒶𝒸𝓁𝑒; el comienzo de una historia [HARRY J. POTTER]

Capitulo 6: Duelo

Las dos niñas siguieron a Ron a través del orificio, siseando como gatas enojadas.

Claire estaba distraída pensando en como averiguaría acerca de Charlie Weasley pero al mismo tiempo atenta a la situación.

-Vamos con ustedes-

-No lo harán-

-¿No creerán que nos quedaremos aquí esperando que Filch me atrape? Si nos encuentra a los cuatro, yo le diré la verdad: que estabamos tratando de detenerlos, y ustedes me apoyarán-

-Eres bastante caradura- dijo Ron en voz alta.

-Cállense los dos- interrumpió Harry cortante -Oí algo. Es una especie de respiración-

-¿La señora Norris?- jadeó Ron, tratando de ver en la oscuridad.
No era la señora Norris. Era Neville. Estaba enroscado en el piso, medio dormido, pero despertó súbitamente al oírlos.

-¡Gracias a Dios que me encontraron! Hace horas que estoy aquí, no podía recordar la nueva contraseña para irme a la cama-

-No hables fuerte, Neville. La contraseña es «Hocico de chancho» pero no te servirá, porque la dama gorda se fue a algún lado-

-¿Cómo está tu brazo? - preguntó Harry.

-Bien-;contestó, mostrándoles -Madam Pomfrey me lo arregló en un minuto.

-Bien, bueno, mira, Neville, tenemos ir a otro lugar, te veremos más tarde...-

-¡No me dejen!- les pidió Neville, tambaleándose -No quiero quedarme aquí solo, el Barón Sanguinario ya
pasó dos veces- Ron miró su reloj y luego echó una mirada furiosa a Hermione, Claire y Neville.

-Si nos atrapan por culpa de ustedes, no descansaré hasta aprender esa maldición de los demonios que nos dijo Quirrell y la usaré con ustedes-

-si fuera por mi ya te la habria hecho hace rato- murmuró Claire pero nadie la oyó.

Hermione abrió la boca, tal vez para decir a Ron cómo usar la maldición de los demonios, pero Harry susurró que se callara y les hizo señas para que avanzaran.

Se deslizaron por corredores iluminados por la luz de la luna, que penetraba por los altos ventanales. En cada vuelta, Harry esperaba chocar con Filch o la señora Norris, pero tuvieron suerte. Subieron rápidamente por una escalera hasta el tercer piso y entraron de puntas de pie en el salón de trofeos.

Malfoy y Crabbe todavía no habían llegado. Las vitrinas con trofeos brillaban cuando las iluminaba la luz de la luna. Copas, escudos, bandejas y estatuas, oro y plata reluciendo en la oscuridad.

Claire vio el destello de una placa. Charlie Weasley. Sintió que el tiempo se detuvo ese instante. Luego recobro conciencia.

Fueron bordeando las paredes, vigilando las puertas en cada extremo del salón. Harry empuñó su varita, por si Malfoy aparecía de golpe. Los minutos pasaban.

-Está retrasado, tal vez se acobardó -susurró Ron.

-O tal vez...- Claire pensó que podria ser una trampa y su cerbro hizo Click.

Entonces un ruido en la habitación de al lado los hizo sobresaltar. Harry había levantado su varita, cuando oyeron hablar y se dieron cuenta de que no era Malfoy.

-Olfatea por allí, mi tesoro, pueden estar escondidos en un rincón- Era Filch, hablando con la señora Norris.

Aterrorizado, Harry gesticuló enloquecido para que los demás lo siguie ran lo más rápido posible. Se escurrieron silenciosamente hacia la puerta mas alejada de la voz de Filch. Neville acababa de pasar, cuando oyeron que Filch entraba en el salón de trofeos.