04: en una cita

311 24 1
                                    

Año 1846

una piedra pequeña impactó contra la ventana de Doyoung, quien se levantó un poco asustado ya que no es normal que una piedra casi rompa su ventana a la 1 am.

Cuando se acercó al marco, pudo ver de quien se trataba y soltó una risa en su interior ya que nadie podía enterarse del hecho.

Taeyong movía frenéticamente sus brazos, intentando saludar con una sonrisa traviesa en el rostro.

- ¿qué haces aquí? - se acercó al marco para preguntarle evitando gritar por su repentina visita en la madrugada.

El mayor de los dos no respondió, montando una de sus piernas en el arbol más cercano para comenzar a escalar y Doyoung no podía ni ver al creer que en algun momento caería.

Hábilmente, logró poner un pie en el marco de la ventana intentando hacer el menor ruido posible, pidiendole una mano al menor para que lo ayudase a entrar.

Aprovechó que le dio total libertad a tomar su mano, para tirar de ella y  abrazar al de cabellos oscuros por la cintura, poniendo su mentón en uno de sus hombros descubiertos por la camisa de tela enorme que usaba de pijama; haciendo que un sentimiento de calidezse expandiese por todo su cuerpo.

Doyoung soltó una risita por el acto inesperado que aún así amaba; sus brazos también abrazaron su cuello, realmente extrañaba ese sentimiento de calidez.

- ya dime ¿qué haces aquí?

- te extrañaba mucho - sus labios se curvaron hacia abajo y su mirada de cachorrito tomó lugar en el espacio.

- yo igual, pero sabes que mis padres no se pueden enterar de que estás aquí, amor.

Eran jóvenes, traviesos y con ganas de comerse el mundo tomados de la mano. Sin embargo, habían factores que los privaban del simple hecho de estar juntos libremente, presentarse a la familia contraria, besarse de manera efímera en la calle o simplemente tomarse de las manos mientras iban al río en los días calurosos o jugaban en la nieve cuando el invierno cubría las calles.

Sus padres y su opinión retrograda eran la mayor razón, su mente cerrada y ojos cegados a ver la verdadera felicidad de su hijo no los dejaban vivir libremente, quererse sin barreras y expresar lo mucho que se amaban sin miedo a que en cualquier momento los podrían separar por la fuerza.

En parte lo atormentaba; si en algún momento su padre supiera la verdad, encontrando a su hijo abrazando a otro hombre por los hombros, mientras compartían un beso de esos que tanto amaban.. ¿qué haría? y prefería preguntarse eso, en vez de aceptar el hecho de que en el mejor de los casos lo alejarían de él, tal vez lo ingresarían a una Correccional y no le harían daño al joven que tanto amaba y convertía su mundo gris en un mundo lleno de colores.

- sé que es peligroso estar aquí, pero es por poco tiempo. - dijo seguramente

- ¿eh? - su pareja miró sin entender completamente lo que tramaba.

- te llevaré a una ... - taeyong susurró los sonidos de redoble de tambores - cita.

el menor soltó una risita enternecida por el hecho de que se había aparecido a la 1 de la mañana diciendo que lo extrañaba e intentando llevarlo a una cita aunque laa circunstancias no lo permitían.

fingió estar pensándolo seriamente, poniendo una mano en su mentón.

- nunca podemos salir a la calle "normalmente", nunca podré presentarme a tus papás, tampoco ser nosotros y eso me tiene cansado; quiero salir contigo, quiero besarte libremente y abrazarte por horas y horas. Esto es lo minimo que podremos hacer en años. - lo volvió a mirar con ojos brillosos, pidiéndole con la mirada para que acepte.

Claramente aceptaría, estar encerrados en un mundo que basicamente no era de ellos era algo de lo que querían salir a gritos.

- vamos - Doyoung sonrió sin dudar en su respuesta, el miedo estaba ahí pero el amor que sentían por el otro era mucho más grande y rompía cualquier tipo de yugo.

Luego de aceptar, rápidamente se colocó ropa más decente para que fuese acorde a la vestimenta de su pareja. De todas maneras, Taeyong sabía que con lo que sea él seguiría viéndose como la piedra más preciosa.

Al acabar, el mayor sonrió satisfecho y volvió a entrelazar sus dedos evitando que se aleje, caminaban despacio para que el ruido del piso de madera no despertara a sus progenitores.

De una u otra manera, lograron bajar por el arbol sin hacer demasiado ruido, milagrosamente. Luego de un suspiro de alivio, emprendieron su camino.

La luna era el único testigo de aquellas dos almas separadas por la sociedad, uniéndose de nuevo con miradas inocentes; desafiando a las leyes del mundo y a la supuesta moral, etica y religión que los quería ver sufrir.

Sin embargo ahora no era el momento de toda esa ética, no cuando Taeyong dirigía a su pareja a la zona rural (que con suerte quedaba cerca de sus viviendas).

Mientras hablaban de cualquier cosa, iban acercándose cada vez más a aquella gran pradera cubierta por algunas luciérnagas que iluminaban el pasto como pequeñas estrellas bajadas del cielo especialmente para ellos. De igual manera, las millones de estrellas y la enorme luna se mostraban orgullosas en el vasto cielo.

- hemos llegado, ¿no es lindo? - taeyong giró su cabeza, formando una sonrisa mientras veía al de cabellos oscuros mirar todo enternecido por el hecho - en esta zona se pueden ver las estrellas de la mejor manera, ¿sabes a qué me recordó cuando las vi desde aquí por primera vez?

- ¿hm? ¿a qué? - preguntó con curiosidada por saber el por qué del lugar tan etéreo que había encontrado. apretó un poco más el agarre que tenian en sus manos.

- tus ojos. - giró su cabeza para encararlo. - Viven en mi mente.

Y justamente aquellos dos orbes galácticos se eliminaron incluso más; las sonrisas calmadas, tranquilas y felices eran algo que atesoraban en sus mentes cuando estaban alejados el uno del otro. El deseo de que el contrario esté a salvo era lo único que prevalecía en sus pensamientos, sin embargo se estaban dando la oportunidad de disfrutar de la compañía del otro en estos momentos realmente especiales, nadie más.

Taeyong lo abrazó fuertemente por el torso mientras el contrario hacía lo mismo por su cuello, los dos tratando de esconder su verdadera melancolía detrás de una sonrisa que tenía el propósito de decirle a su pareja: "todo estará bien".

Solo ellos; compartiendo abrazos que parecían eternos, besos largos que algunas veces se tornaban tristes y miradas felices que algunas veces eran melancólicas.

Y ahora, con sus espaldas tocando el pasto y dedos entrelazados como una promesa de nunca dejarse ir, compartían aquellos besos lentos que movían los cimientos de aquellas dos almas. Nunca sabrían si se verían mañana, pasado o si no lo harían; lo único que tenían en claro era que, justo en esos momentos,
aunque el sol que se asomaba los mirase con ojos acusadores, el amor que se guardaba cuidadosamente en el interior de los dos era mucho más grande y poderoso que cualquier fuerza que los quisiera separar.















xdon si hay algún error, revisaré más tarde. plus, modo emo de nuevo chau 💔

🗯 . . . 30 days otp challenge taedo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora