01: tomándose de las manos

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los días de trabajo eran agotadores, las horas largas, el ambiente pesado y el tiempo escaso para que aquellos dos seres humanos rebosantes de amor pudiesen tener el minimo tiempo juntos.

En parte, los frustraba. Atesoraban hasta los momentos más insignificantes y normales para el ojo humano; tales como mirarse a los ojos, salir a dar un paseo juntos o simplemente hablar por horas y horas como si estuviesen de nuevo en las epocas escolares teniendo series de debates mentales sobre su futuro y demás. Pero había algo que les encantaba:

tomarse de las manos

juraban sentir ese sentimiento electrizante sucumbir por todo su cuerpo, ese sentimiento de calidez cuando sus dedos se entrelazaban o aquel destello que se mostraba orgulloso en sus ojos al conectarse seguido del acto. Justo como si fuese la primera vez en la que sus palmas y dedos conocían los contrarios, el mismo amor y cariño de por medio sin desvanecerse ni un poco.

- ¿taeyong? - doyoung tocó unas cuantas veces la puerta de madera del pequeño cuarto que taeyong llamaba orgullosamente como su oficina. Acababa de cerrar su computador justamente luego de haber terminado otro de sus informes, realmente, extrañaba a aquella personita.

- ¿doie? pasa

seguido de esto, Lee pudo ver a su pareja entrar un poco más cansado de lo normal. con unos ojos expresivos que intentaba esconder sin exito ya que taeyong los conocía detalladamente.

- algo pasa ¿no es así?

el de cabellos oscuros como la noche solo se limitó a subir la mirada.

- ¿donde queda el tiempo para nosotros? - finalmente dijo abultando ligeramente su labio inferior, cosa que provocó un sentimiento de ternura en el pecho del contrario.

- ven aquí - taeyong rápidamente dejó su silla a un lado y todo lo que tenía pendiente en segundo plano, dirigiéndose a donde su amado novio para abrirle los brazos.

y aquel abrazo parecía ser de años; nunca se dejaron, no han estado lejos del otro por años, simplemente, se extrañaban. ¿Y para qué subestimar aquel sentimiento?

- te extraño. - doyoung escurrió sus brazos sobre los anchos hombros del mayor, compartiendole un poco de su calidez y, aunque suene tonto, aquel pequeño abrazo que parece insignificante terminó siendo un tipo de bomba de amor y cariño. Y es que, el sentimiento era palpable.

- vivimos en el mismo departamento, amor.

- sabes a lo que me refiero, idiota.

taeyong soltó una risita, acariciando seguidamente las hebras oscuras del menor.

- yo igual.

aunque parezca extraño e incluso insensato, extrañaban sus pequeños momentos con todo su ser. Y ese momento era uno de ellos, solo aquellas 2 personas compartiendo un calido abrazo que no se daban luego de días de estres y ansiedad.

- ¿que crees que debamos hacer para compensarlo? - alzaron sus cabezas para volverse a encontrar con sus ojos brillantes y felices. Finalmente estaban ahí.

- nada - doyoung sonrió victorioso y satisfecho, como si hubiese recibido el mejor premio

- ¿nada? - la mirada confusa no podía faltar

- exactamente, nada. Solo tengamos un tiempo para nosotros ¿se podría?

- para ti y por ti haría lo que fuese. - taeyong deshizo el abrazo para buscar los dedos del menor, entrelazandose de nuevo como tanto amaban.

finalmente y para la satisfacción de aquellas dos personas, se encontraban sentados en la alfombra de la sala, comiendo lo primero que encontraron en la nevera, hablando de todo lo nuevo de las ultimas semanas y con los dorsos de sus dedos acariciandose mutuamente evitando perderse de nuevo.


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