XII. ''𝔥𝔞𝔩𝔣 𝔥𝔲𝔪𝔞𝔫''

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Sentimientos rebosantes de dulce lujuria, envolviendo su pecho en las llamas. Eran los besos de Bam, que derretían las paredes de hielo que lo encerraban. En lo profundo de su vacío existencial yacía su inmortalidad; una condena plagada de arrepentimiento y dolor.

Sentía el renacer en sus venas, el joven de ojos dorados había transformado su percepción del tiempo. Las noches largas eran solo un suspiro a su lado. La luna no era la única luz en su vida, la sangre no era lo único por lo que podría morir. Bam, y el calor de sus besos, la delicia de su piel. La forma en la que lo tomaba y unía su cuerpo en él. Su voz, sus gemidos, su cabello, sus brazos, su aliento, su sangre, él.

Con manos temblorosas terminaba de cerrar las esposas que Bam le había ordenado colocar en él. Estaba nervioso, no sabía de dónde había sacado esa idea, hubiera preferido que lo esposen a él pero no se quejaba, también gustaba de dominar. Por un momento se preguntó si esa era la razón por la que el castaño lo estaba haciendo.

—Ya está...

—Ahora has lo que quieras.

El peliazul lo miró fijamente a los ojos. No podía negarse tal deliciosa invitación, aún estaba sediento y el cuerpo del humano no daba tregua. Miró detenidamente los brazos del chico y como estaban a los costados de la cama agarrados por las esposas de metal y luego... bajó su mirada a la flamante erección de Bam. Tembló un poco, se sentía ridículo. Su cuerpo no estaba respondiendo como lo esperaba. Se sentía más enérgico de lo normal, culpó al amor que le profesaba al joven de esta nueva sensación. Poco conocía de aquello, así que supuso que así era. Nuevamente y como si fuera la primera vez, sus mejillas volvieron a enrojecer con timidez, su corazón dio un vuelco. No tengo remedio, pensó. Con conmoción la agarró y comenzó a acariciarla. Bajando y subiendo. Bam jadeó un poco, echando su cabeza levemente hacia atrás. Khun aferró su otra mano al hombro del castaño. Se apegó a él para aspirar su esencia. Era dulce, escuchó como los latidos de su corazón eran cada vez más acelerados.

Sonrió para sus adentros, levemente Bam cerraba sus ojos para sentirlo más. El vampiro desprendía un olor a rosas, uno del que nunca podría olvidarse, una esencia perfecta. Por un segundo, a su cabeza llegó el hecho de que Khun no se había alimentado hace tiempo, espero que tenga fuerza de voluntad y no entre en algún trance... sino, no sabría qué-

El peliazul era experto en sacar de sus pensamientos a Bam y aterrizarlo a tierra, pues sus manos se movían con agilidad, era imposible de contenerse con él, sus ojos chocaron repentinamente con las azules pupilas encendidas como una estrella, esperando alguna reacción de su parte.

—Estás muy cerca de hacerme llegar... siento que deberías meterla ya.

—No necesito hacerlo, te quiero así...

—Mmmm... ¿así que a esto vas a jugar? -sonrió moviendo su parte baja un poco, acercando su erección a la de él, Khun gimió bajito-. Sé que mueres por tenerme dentro tuyo. Además... me tienes mal.

Era la primera vez que Bam lo admitía en voz alta.

—Es evidente, no puedo negarlo, pero ya que me has dado esta oportunidad no puedo dejarla ir-admitió titubeante- Además ¿a qué se debe esto? ¿Por qué me has pedido que te espose?

—Creí que así podrías aprovecharte de mi, pero veo que eres más benévolo de lo que pensé.

—¿Ah sí? —contestó desafiante.

Khun aceleró el movimiento, acercándose al rostro de Bam, éste se estremeció. Se sentía cerca... muy cerca, aunque era irritante no sentir la estrechez cálida del vampiro alrededor de su verga pero esto debía ser suficiente. De pronto, el ojizarco mordió su oreja para luego recorrer su lengua por el cuello del chico. Lamió los vestigios de sangre en la mordida de antes.

lusty blood; bamkhun ❗ DESCONTINUADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora