II. "𝔪𝔦𝔫𝔢"

1.2K 175 128
                                    

Una respiración agitada, sus pequeños gemidos llenando la habitación.

Unos ojos azules mirándolo extasiado bajo su calor.

Su mano agarrando el cuello del vampiro, mientras sentía sus fluidos mezclarse con la fricción insaciable de sus movimientos.

El peliazul arqueaba su espalda con dificultad disfrutando el placer entrar por sus venas. Su boca entreabierta dejando a la vista sus colmillos expectantes de colmar la sed de sangre que lo estaba poseyendo.

—Bam... —suplicaba el ojizarco arañando las sábanas bajo su delicado cuerpo.

—... Eres mío —gruñó el castaño mientras levantaba al vampiro, poniéndolo a horcajadas sobre él mientras movía sin piedad sus caderas dejando escapar gemidos de placer.

*

—¡¡¡Ahhh!!! —gritó el joven al despertarse de aquella alucinación. 

Miró a su entorno, cayó en la realización de que aún seguía en el bosque, frente a él yacía una fogata apunto de extinguirse. 

Los rayos del sol adornaban de manera divina la frondosidad del arbolado, la nieve ligeramente derritiéndose. Aun aturdido con aquel sueño, buscó los ojos del hombre que sujetaba sus hombros, ayudándolo a reponerse.

—¡Bam! Diablos, ¿estás bien? —dijo su maestro, con una expresión de preocupación en el rostro le ofreció un cuenco con agua con la esperanza de que se calmara. En efecto, el castaño estaba templando con una fina capa de sudor en el rostro. A pesar del frío ambiente, estaba caliente.

Tomó con dificultad el vaso mientras asentaba con la cabeza.

—Solo... solo fue un sueño... 

Rápidamente y abandonando su corto estado de serenidad, miró hacía él árbol que yacía del otro lado de la fogata. El vampiro peliazul estaba atado con cadenas en los pies y las manos. Su boca amordazada con un material hosco que dejaba heridas a los lados de su boca.

Bam pudo observar pequeños vestigios de sangre en sus mejillas. El peliazul tenía rota sus prendas, su pecho estaba al descubierto mientras respiraba agitadamente por culpa de la falta de aire en sus pulmones.

Los ojos gélidos miraban fijamente al joven. Nuevamente expectantes.

Bam se puso de pie dejando todo aturdimiento atrás, y acercándose al vampiro con pasos lentos.

Su mirada fulminante parecía no hacer efecto en el, puesto a que seguía ejerciendo la misma mueca.

¿Qué rayos está pasando conmigo?

—Bam ¿Qué crees que haces? —soltó Jinsung acercándose al joven, al agarrarlo del brazo el joven soltó su afianza para seguir caminando hacia Khun.

Se inclinó para estar a su altura. Éste seguía con la misma expresión en sus ojos. Bam odiaba verse expuesto de esta forma. Sin ningún cuidado le soltó la amordaza que le impedía hablar.

—Tú... —dijo Bam fulminando su mirada con la del vampiro— Crees que eres muy audaz, usando tus truquitos conmigo. No funcionarán.

De pronto, unas zancadas estropearon el momento. Eran sonidos fuertes y atemorizantes. Tendría que ser otra bestia del bosque, algún ser que amenazaba con destruir lo que sea que estuviese en su camino.

¿De donde provenía?

¿Qué era?

Muchas preguntas rondaron la cabeza del castaño pero ninguna tan poderosa como el efecto que estaba teniendo la mera presencia del vampiro en él. Desde querer curar sus heridas hasta soñar con fornicarlo. Algo raro estaba sucediendo.

lusty blood; bamkhun ❗ DESCONTINUADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora