Zachary siempre había sido un chico bastante alegre o eso era lo que todos creían; sangre pura perteneciente a Hufflepuff al igual que su melliza, Aquilae, aunque ella era más conocida en Hogwarts porque claro, era hermosa e inteligente. Siempre las mejores calificaciones siendo el orgullo de la familia.
Y ahí estaba Zachary, siendo la oveja negra o quizá la colorida ¿Qué importaba? Sus padres lo amaban, pero no lo suficiente. Ahí fue cuando comenzó su apego emocional. Tenía problemas familiares, solo confiaba en Aquilae hasta un cierto punto, los demás carecían de su confianza.
── Zachy ── saludó su hermana con una sonrisa cálida al verlo en la sala común ──, quiero presentarte a un nuevo amigo que hice, bueno, no tan nuevo, lo conocí en el tren, aunque es de Slytherin.
Oh, su hermana tenía la creencia de que cada Slytherin debía tener por lo menos un amigo de Hufflepuff como si fuese ley ¡Los Slytherin eran una basura para Zachary! Siempre burlándose de los demás, a pesar de que sabía que su hermana estaba en lo cierto, la mayoría tenía un amigo de la casa de los tejones a quien parecían repudiar, pero siempre defender. Qué absurda lógica tenían.
── Su nombre es Thomas Potter, sé que suena algo raro ya que muy pocos de su familia quedan en otra casa que no sea Gryffindor, pero él es una buena persona.
── Aquilae, ningún Slytherin es una buena persona ── terció Zachary mientras seguía a su hermana. Ni siquiera notó cuando salieron de la cálida sala común hasta que observó una multitud de niños de segundo año de otras casas corriendo de aquí para allá. Sonrió, era lindo ver un poco de inocencia después de que él había vivido cinco años de oscuridad, aquellos niños eran un rayo de esperanza para Zachary, el mundo no estaba perdido del todo.
── Tus prejuicios son tan horribles, Zachy, todos tenemos bondad en nuestros corazones como también tenemos maldad, uno determina para qué lado se inclina la balanza.
Pero Zachary sabía para qué lado se desviaban los de aquella casa, no eran tan puros como su hermana creía. Aquilae era demasiado inocente, tan amable que jamás vería maldad en las personas; era muy buena para su propio bien.
── Lo que digas, no cambiaré de opinión.
── ¡Thommy! ── chilló la muchacha al ver a su supuesto amigo, ignorando lo que dijo su hermano anteriormente.
── Me llamo Thomas, Snyde. Oh, veo que has traído a tu hermano ── extendió su mano hacia el chico que arqueó una ceja ──. Un gusto, Zachary.
── Sí, el gusto no es mío, Potter ── apostilló ──. Bueno Aquilae, ¿algo más? Tengo asuntos más importantes que atender.
La chica hizo un mohín.
── Ni siquiera tienes amigos.── ¿Y tú sí? ── claro que no, nadie quería a alguien tan chillona y colorida como ella.
Thomas observaba todo con una expresión aburrida, odiaba las peleas entre hermanos y ni siquiera sabía por qué le hablaba a Aquilae, la chica no era tan bonita y su hermano era una mierda. Eran el par de hermanos idóneos para empezar una tonta y ridícula historia que acababa siempre en tragedia.
── Tengo a Thomas ── replicó con obviedad señalando al pelinegro.
── A mí no me metas, Snyde ── se quejó el chico.
── Yo me voy, adiós ── Zachary dio una media vuelta y se fue por donde vino.
No le gustaba socializar, siendo sinceros no le gustaban muchas cosas en general. Esos pequeños detalles insignificantes que lo irritaban eran tan molestos, irrumpían en su paz y le arrebataban todo rastro de paciencia y serenidad.
Y es que Zachary Snyde era una pequeña bolita de odio y ternura a la vez, quizás por eso era tan dependiente y tal vez por eso sus ojos se posaron en aquel chico misterioso, puede ser que debido a eso Tom Riddle era devoto a él.
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HEROINE, tom riddle
Fanfictioneres como una droga para mí y me asusta porque sé que no te quedarás.