Haber estado observando cada movimiento que Zachary Snyde realizaba a diario no le servía para nada a Tom. Era como si con eso no pudiera saber nada de él, al menos no lo necesario; porque sabía la pésima relación que tenía con sus padres, los celos que le tenía a su hermana por ser tan perfecta y a la vez, ser considerada una inútil de la que no esperaban nada más que lo mínimo, pero que, si llegaba a obtener cualquier logro, se convertía de manera inmediata en el centro de atención, mientras que cuando se trataba de algo suyo, solo lo vean y lo sienta como una maldita obligación.
Porque él sí estaba forzado a ser perfectísimo. Claro, si Zachary era un hombre y, por ende, debía comportarse como tal, ser su superior a su hermana porque de eso se trataba. Aquilae era el del sexo débil, pero él pertenecía a los hábiles, a los fuertes. Sin embargo, Tom podía ver a través de él de alguna forma, y solo podía contemplar a un niño atrapado en un adolescente hostil. Y sí, Riddle no sabía nada de Snyde, pero ahí estaba descifrando su vida familiar y el por qué de sus acciones o su forma de ser. Al final sabía muchísimo más de lo que creía.
── ¿Por qué estás tan interesado en Zachary? ── las mazmorras eran lo más cerca que estarían alguna vez de la privacidad, y por suerte, era justo donde se hallaba la sala común de Slytherin ──. No quiero menospreciarlo, pero solo es un chico ordinario sin ninguna chispa. Común y corriente. No tiene ninguna peculiaridad, y ni hablar de la inepta de su hermana. Son brujos como tú y como yo, pero no poseen nada más que complejos.
── Adoro los complejos e inseguridades ── murmuró Tom, sonando un poco inquietante.
Thomas Potter sabía que su amigo era un chico sin escrúpulos y su moral estaba por los suelos, aunque aparentaba ser todo lo correcto posible delante de los profesores, sobre todo con Dumbledore y el director Dippet, pues había ciertas sospechas en contra de su persona y eso involucraba a su círculo más cercano. Potter, Mulciber, Avery, Lestrange, Walburga Black y la mayoría de su familia, Abraxas Malfoy, el cual también era lo bastante unido a Riddle.
── ¿Por eso convenciste a toda la familia Black de seguirte? ¡Ah, cierto! Alphard se negó.
── Es verdad que toda esa familia está traumada de pies a cabeza, y sí, uno de ellos no aceptó ser parte de mi séquito, pues la cara de traidor a la sangre no se le borra ni con el hechizo más potente ── Tom se apoyó en una pared de las mazmorras, sintiendo los relieves del material del que estaban hechos pinchar su espalda ──. Pero ellos no son indispensables, hay muchísimos otros brujos que podrían servirme a futuro, y quiero que entre ellos esté Zachary sin importar qué.
── Dime una cosa, Riddle ── Thomas soltó una risita, incrédulo ante todas las palabras y las acciones de su amigo ── ¿Tú quieres a Snyde en tus filas o lo quieres para ti?
── ¿A qué te refieres? ── preguntó confundido, alejándose un poco de la muralla.
── Suenas como una chica enamorada, no, más bien obsesionada con su primer amor. Y no me malinterpretes, me da lo mismo si es Zachary o la mismísima Walburga, pero deberías ordenar tus pensamientos y lo que sientes antes de actuar. No hablas como si quisieras que Snyde fuera tu lacayo, suenas como si no sé, pretendieras que él fuese tu novio.
Tom se río, aunque le salió más como un hipido. Su sonrisa se ensanchó y miró al suelo, ruborizado, aunque Thomas no lo podía ver por la tenue iluminación de las mazmorras ¿Qué era eso? Recordaba una vez a su profesor, ese que tanto lo despreciaba mencionar algo de que él no podía sentir amor, ni afecto, pero cuando se trataba de Zachary... era diferente.
── Bueno, ¿y qué si lo quiero como un novio y no como un esclavo?
── Tom... piénsalo mejor.
── No necesito tus consejos, Potter. Ya has dicho suficiente y mira, pareces tener razón.
── O solo estás confundido, no puedes sentir amor por él. Sería raro porque ni siquiera lo conoces, y estoy seguro de que terminaría mal, muy mal.
── No, yo sé lo que siento.
Pero ni siquiera estaba seguro de las cosas que estaba diciendo. Y aunque no lo sabía, había sido concebido bajo los efectos de la Amortentia, y era casi imposible que conociera lo que era el amor de verdad cuando no era fruto de él.
ESTÁS LEYENDO
HEROINE, tom riddle
Fanficeres como una droga para mí y me asusta porque sé que no te quedarás.