𝒞𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁ℴ 𝓉𝓇ℯ𝓈 | 𝒩𝓊𝓃𝒸𝒶 𝒻𝓊ℯ

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Durante los días siguientes, la Srta. Elizabeth recibió flores y chocolates, escuchó empalagosos poemas y encantadoras palabras. Y se sintió halagada por toda la atención que recibió, sería una mentirosa si decía lo contrario, pero ninguno de esos hombres logro siguiera estar cerca de sus sentimientos, porque estos ya habían sido conquistados.

Pero Colin no asistió.

Dios sabe que espero. Enserio espero. Pero con el paso del tiempo, Elizabeth fue perdiendo las esperanzas. Su sonrisa fue convirtiéndose en una ilusión de la felicidad y su corazón dejo de emocionarse cuando anunciaban un nuevo visitante. Debió suponerlo, Colin tenía mejores cosas en sus prioridades que estar ahí, si solo había sido un baile por cortesía. Confirmando que sus ilusiones le habían hecho creer, de nuevo, que él le correspondía.

El cortejo fue detenido dos días después por un nuevo evento. Por lo que apenas las puertas de la casa Relish fueron cerradas y el salón de cortejo quedó en silencio.

Lady Esme, quien había sido la chaperona autoproclamada, analizó el rostro de su hija en busca de algún indicio de sus pensamientos.

Vio de cerca el nacimiento y la evolución de los sentimientos de Elizabeth, vio de cerca como sus ojos adquirían un brillo especial cuando escuchaba nombrar a Colin. Si debía ser franca, ella misma creyó que el joven Bridgerton cortejaría a Elizabeth. Dado que no fue así, Lady Esme temió que su pequeña sufriera un corazón roto.

Nunca estuvo segura de las verdaderas intenciones del joven, pero un cariño como el suyo no se veía todo los día.

Si, Elizabeth no fue la única que se ilusionó.

Elizabeth no separó la mirada del hermoso racimo de rosas blancas que le fue obsequiado por Lord Jameson desde que se quedaron a solas. Se sentía vacía. Un vacío se título en donde estaba su corazón y no había dejado de pesar. Su garganta parecía incapaz de dejar salir sonido alguno. Ninguno de esos síntomas le agradaba.

En ese momento Emmett Relish entró al salón rebosado por el buen humor. Por lo que no fue necesario mirar a vas mujeres para sabes que algo no iba bien.

—¿Quien falleció?

La contante mirada de su madre en su rostro y la presencia de su hermano la hicieron sentir sofocada. Habló de forma abrupta.

—Lord Jamenson trajo un hermoso ramo de rosas ¿No te parece, madre? —el nudo en su garganta no la dejo continuar. Había sido muy pronto. El picor en sus ojos le dijo lo que su cuerpo quería hacer, pero se negó. No permitiría dejar salir una lágrima frente a su familia. Es más, odiaba el simple hecho de llorar—. Iré a mi habitación, fue un día largo así que deseó descansar.

𝐃𝐫𝐞𝐬𝐬 •𝖢. 𝖡𝗋𝗂𝖽𝗀𝖾𝗋𝗍𝗈𝗇•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora