Amor, amistad y sentimientos encapsulados por el miedo.
¿Que pasará cuando tales sentimientos son confesados?
Colin Bridgerton y Elizabeth Relish tendrán que cruzar por las mentiras, las maquinaciones y los chismes de una temporada social en Londres...
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•Siempre resuenan dos palabras en la cabeza de está autora la mañana siguiente a una fiesta; "encantó" y "sorpresa".
Bueno, queridos lectores, las escandalosas versiones de lo que pasó anoche en la soirée de Vauxhall son bastante sorpresivas y encantadoras. De las cenizas de la irrelevancia, surge cómo un fénix la señorita Daphne Bridgerton. Se vio a la ilustre debutante bailando en dos ocasiones, no solo una, con el libertino preferido y más inalcanzable de la temporada, el Duque de Hastings.
Pero no sé desanimen, que esta no es la única noticia. Cómo mucho notaron, la señorita Thompson brillo en su ausencia, lo que significó una oportunidad para nuestra rubí de la temporada, Elizabeth Relish, quién al parecer robo la atención de Colin Bridgerton.
Y la robo durante el resto de la noche.
Es en este momento, queridos lectores, que está autora se pregunta ¿La aparente belleza de la joven solo es una cubierta para atrapar a sus presas, o fue su sincera amabilidad lo que distrajo al antes enamorado chico?•
𝒞ℴ𝓇𝓉ℯ𝒿ℴ: 𝒟𝒾𝒶 𝓊𝓃ℴ
La mañana siguiente al baile amaneció soleado, lo que significó que muchas de las familias de Grosvenor Square saldrían a dar un paseo por los senderos del parque. Hubo quienes, caballeros jóvenes y solteros, principalmente, aprovecharon la ocasión para continuar con sus cortejos, cuando vieron a las joyas de la temporada reunidas en una banca. Sin embargo, ni bien se acercaban eran gentilmente rechazados, ya que ellas, secretamente, esperaban a alguien más.
-Debo tomar lugar antes que nadie, Daphne -musitó la joven pelinegra mientras recorría con la mirada el parque-. Yo fui la primera que vio el potencial de pareja en Simón y tú, a pesar de que parecían perros y gatos. Si alguien quiere usurparlo, dile que no -hubo un silencio y volvió a hablar-. Solo para aclarar, tu eres el gato.
Daphne río, desviando nerviosa la mirada.
-Originalmente, el Duque aún no me ha cortejado y ya estás tomando lugar.
Había amanecido aquel día creyendo que sería buena decisión contarle a Elizabeth sobre el convenio, pero después lo medito y supo que era mejor que no lo hiciera. Confiaba infinitamente en ella, pero de no funcionar el plan, no quería que se viera en aprietos por haber sido involuntariamente-voluntaria cómplice. Quería mantener el acuerdo en secreto, de esa forma los unos culpables sería el Duque y ella, por más que eso afecte su futuro.
Por ello, decidió desviar el tama.
-Pero no creas que tengo demencia. Note un peculiar entusiasmo en Colin está mañana ¿Tienes alguna idea de la razón?