Nice ass • kooktae [AU]

"🧎🏻‍♂️" (12)

La mañana aquél día se hizo pesada, más teniendo en cuenta que me dormí tarde en la madrugada provocando que anduviese somnoliento por los pasillos de la Universidad. Ya había pasado medio día y aún no recibía ningún mensaje de aquél conocido, eso era extraño.

—¿Y? —Dijo el contrario intentando llamar mi atención. —¿Nervioso por la cita? —Preguntó, tumbándose en las gradas del campo de fútbol.

—Un poco, no se. —Me encogí de hombros restándole importancia. A penas había pensado en aquello a lo largo de la semana.

—Al menos tú si sales con alguien. —Le vi suspirar, dirigiendo su mirada al amplio campo. Mordió sus labios ante la vista. —Ese hombre es un pecado.

Reí leve antes de divagar con mis ojos hasta el llamado, quien llevaba un silbato posado en sus labios mientras sudaba ligeramente bajo la luz del Sol.
No iba a engañarse, aquél chico era atractivo mirases por donde mirases. Entendía por qué gran parte de la Universidad estaba obsesionada con él.

—¿El profesor Jeon?

—Jeon no, Jungkook. —Bufó, poniéndose recto para admirar de mejor manera al nombrado. Yo solo rodé mis ojos divertido. —Ni si quiera es tan mayor, nos lleva unos cuantos años.

—¿Le conoces? —Negó con su cabeza. Una media sonrisa postrada en sus labios.

—Es el hijo del entrenador. —Dijo sin más, yo prestando atención ante la curiosidad. —Su padre tuvo un accidente y está en suspensión. Jungkook se tituló de la facultad y tomó su puesto.

Ahora entendía por qué el muchacho lucía tan joven. El mayor podía tener perfectamente solo un par de años más que mis amigos.

Le había visto antes, quizás cruzado un par de palabras en los pasillos de la facultad, pero nunca había prestado mucha atención a su persona. Llegó cuando estaba en la mitad de mi primer año y provocó un alto revuelo en las féminas de la Universidad, generalmente, en todas las personas. Jin era uno de ellos.
Cada que veía al azabache, el mayor era un mar entre sus piernas. Aunque bueno, aquél hombre era sumamente apuesto por lo que lo comprendía.

—¿Cuántos años tiene? —Pregunté sin apartar mi mirada del entrenador quien ahora gritaba a un par de jugadores en el campo. Reí leve ante la imagen.

—Veinticinco. —Abrí mis ojos con sorpresa.

—¿Veinticinco? —Jin rió por la reacción y asintió ensimismado. —Mierda, si tiene tu edad. —Reí con fuerza recibiendo una oscura mirada por el contrario.

—Cállate, ¿si? Mi carrera es mucho más larga. —Asentí con burla intentando ocultar mi risa.