Capitulo 5

131 12 0
                                    

El fin de semana llego demasiado lento para Elliot que estaba ansioso por su próxima cena, y demasiado rápido para Olivia que entre el trabajo, y su vida personal con sus amigos y su "relación" los días parecían no alcanzar. Claro ella quería cumplir con todos...aunque en este momento sólo dos eran su prioridad, el trabajo y su compañero.

—Adelante—Se hizo a un lado para dejar pasar a Olivia a su departamento donde esta vez seria la reunión.

—¿Y ese olor? —Preguntó cuando un delicioso aroma inundó sus sentidos.

—Ese olor es de la salsa...—Entrando a la cocina—¿Quieres probar? —extendiendole una cuchara de madera con un poco de la salsa

—Esto esta...riquísimo.

—¿Y que esperabas de mi? —Dijo en broma

—Más humildad seguro que no...—Respondió riendo.

—Sabes...hoy pensaba, no se porque antes no hacíamos esto...—Acercándose a la banca alta donde Olivia estaba sentada con una copa de vino para ella.

—¿Esto?—Acepto gustosa la copa.

—Si, juntarnos fuera del trabajo, cenar...es...divertido.

—Pero lo hacíamos...

—No, quizás en ocasiones íbamos después de un caso difícil a beber a un bar...no es lo mismo.

—Las cosas cambiaron...

—No como quisiera.—Murmuró, pero no lo suficientemente bajo como el creía.

—¿A qué te refieres?

Justo que Elliot iba a responder, el celular de Olivia sonó.

—Perdón, debo...responder.

—Si, yo voy a...buscar algo que olvide.

Elliot se retiró a su habitación, primero para reprenderse por lo último que dijo...las cosas con Olivia estaban bien, no debía arruinar nada, no debía decir ni demostrar nada, pero teniéndola tan cerca realmente parecía tarea imposible. Y en segundo lugar para darle privacidad, noto lo inquieta que estaba al leer la pantalla de su celular que claramente él no vio. Solo esperaba que no sea trabajo. No esa noche.

—¿Todo bien?—Preguntó al volver y notar su cambio en el rostro.

—Si todo...todo está bien.—No muy convencida

—¿Segura?

—Segura.—tratando de cambiar el humor que esa llamada dejo.—¿Qué es eso?—señalando un pequeño paquete que Elliot traía en su mano.

—Esto, es algo que te daré más tarde.

—¿Cómo?¿Por qué?

—Se que eres ansiosa pero tendrás que controlarte.—río ante el puchero que hizo Olivia aunque sabía que, por el bien de ambos, debería pedirle que no lo hiciera más.

—Bien. Ahora dime ¿cena y película?

—Claro, elige tú...

—¿Seguro?

—Eres la única mujer a la que no temo decirle eso.—Rió ya que ambos comparten hasta el mismo gusto cinematográfico, además así la película sea horrible no le importaría verla con tal de pasar tiempo con la mujer a su lado.

La comida estuvo lista unos cuantos minutos después...cenaron, al igual que la vez anterior mientras charlaban de todo, excepto claro de los casos feos que a veces les tocaba enfrentar, de Kathy y el tema divorcio. Parecía mentira como nunca se terminaban los temas de conversación, ni las risas, ni las miradas que cualquiera que los viera notaría inmediatamente que no son solo de amigos, cualquiera menos ellos mismos.
Al terminar con la cena recogieron las cosas de la mesa, con objeciones por parte de Elliot, Olivia lo ayudo, y se apresuraron a pedir un pote de helado para poder ver la película.

—Elliot.—Llamó su atención mientras sentada en el sofá esperaba que termine de colocar la película elegida.

—Dime.

—¿Qué hay de Kathy?—Soltó de una. Aunque disfrutaba pasar ese tiempo con Elliot y nunca pasó nada fuera de lo que debe con él, tenía esa extraña sensación de estar engañando a la esposa de este. En todas las conversaciones ella esperaba que él al menos la mencione, pero nada, y lo que menos quería era que finja ser fuerte frente a ella, si había manera en la que ayude a arreglar el matrimonio de él, así vaya contra ella misma, lo haría.—Se que no me corresponde preguntar eso pero...

—Ella fue la que tomó la decisión. —Eso era verdad, la que inició con el divorcio fue Kathy.—Y yo, se que es lo mejor. Como te dije Liv, muchas cosas cambiaron, yo...—No podía decirle que estaba enamorado de ella, no ahora, no es el momento...tal vez nunca lo sea—ella es la madre de mis hijos, pero no podíamos seguir en una relación solo por eso.

—¿Y tus hijos?¿Cómo están?No has hablado de ellos y yo la verdad no quiero robarles su tiempo contigo.

—Ellos te extrañan...quieren verte.—Sonrío—pero aún se están adaptando a la custodia compartida, este fin de semana tenían una boda con su madre, pero vendrán el domingo, y me pidieron ir al parque. —Hizo una pausa para tomar coraje y de una vez preguntar lo que estaba en su cabeza los últimos tiempos—Liv...¿tú...—iba a preguntar sobre Bryan, confesarle que ya lo sabía, y pedirle que no se lo oculte más, que él con todo el dolor del mundo no lo atacaría si es quien verdaderamente ella elige, pero el Teléfono de Olivia una vez más interrumpió cuando sonó, pero esta vez para sorpresa de Elliot ella sólo colgó y lo apagó. Algo le decía que no era el momento para preguntar por él.

—Perdón, ibas a preguntar algo.

—No es nada, sólo si tú...¿ya estás lista para ver la película?—Invento en último segundo

—Claro.—Sonrió levemente

Hotel Rwanda comenzó, ambos estaban cómodamente sentados en el sofá, comiendo el helado favorito de Olivia.
Aunque la película le interesaba, realmente el estrés ya normal del trabajo, más al estrés por las constantes peleas de los últimos días con Bryan, sumado a las videollamadas hasta entrada la madrugada con Alex de casi todos los días, y las noches de Bar con fin le estaban pasando factura a Olivia. Sin darse cuenta, cayó dormida en el hombro de Elliot, tal y como cualquier escena de las típicas películas románticas que detestaban.
Elliot sabía que debía levantarse, para poder cargarla hasta su cama y que duerma con toda comodidad. Pero corría el riesgo de que despierte y se vaya. Claro que él no permitiría que a esas horas de la madrugada lo haga, pero se trataba de Olivia, si ella quería irse lo iba hacer.

Luego de unos minutos de permitirse disfrutar la cercanía, aspirar su perfume, su ella durmiendo en su nombro tan tranquilamente, decidió que era hora que descanse pero en una cama real, y por supuesto seria la suya, no la dejaría durmiendo en alguna cama pequeña de sus hijos, solo esperaba no ser asesinado el día de mañana.

Cuidadosamente y sin despegar la cabeza de Olivia de su costado, pasó una de sus manos por la espalda de esta, la otra la colocó bajo las rodillas, y lentamente la cargo, sin nada de esfuerzo. Olivia aun dormida, quizás como instinto, se aferro a su cuello, y de esa manera, cual pareja enamorada se dirigieron al cuarto...claro esta que nada iba a pasar, pero no importa cómo o en calidad de qué, ella estaba con él, en la mañana tendría tiempo de volver a la realidad que lo acompaño durante años, pero hoy su deseo más profundo o...parte de el, se estaba cumpliendo.

Mil años más-BenslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora