Capitulo 17

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—¡Elliot!—Estaba sorprendida, no lo esperaba. Él había intentado contactarla por llamadas y mensajes la noche anterior y en la mañana pero ella no estaba preparada para oírlo.

—Olivia.

No podía reconocer su estado, no sabía si estaba molesto, desesperado, si necesitaba ayuda, arrepentido, o todas ellas.

—¿Qué...qué haces aquí?—Ni siquiera podía hablar de los nervios ¡vamos Olivia! Se dijo, aún no se movía ni un centímetro de la puerta.

—Debemos hablar.—Dijo muy serio.

—Elliot no...—Él puso una mano en el marco de la puerta y se adelantó un paso por si en su cabeza se cruzaba la idea de cerrarla en su cara.

—¿Por qué te fuiste?¿Por qué...

—Porque es lo que necesitamos.

—No es lo que yo necesito.—Se miraron fijamente, ambos con lágrimas en los ojos pero las de él eran por furia, las de ella de tristeza. No sabía que responder a eso.

—Es lo correcto.—Se atrevió a decir con un hilo de voz segundos después.

—Olivia.—Se adentro a la casa, y Olivia se hizo para atrás. Cerró la puerta detrás de él y rápidamente tomo el rostro de ella entre sus manos sin darle lugar a objetar algo.
Podía sentir su corazón acelerado, el suyo estaba igual. Aprisionó su cuerpo entre una de las paredes y él, no se movieron de la entrada, ella no podía hacerlo, no tenía como y si había alguna forma de escapar de su agarre en realidad ella no quería encontrarla, no quería soltarse de su agarre.

—Lo qué pasó...lo que...—Se esforzaba por hablar. Sentir el aliento caliente de él golpeando su rostro otra vez la estaba enloqueciendo, y si no fuera porque él la sostenía firmemente, estaba segura que caería al suelo porque sus piernas perdieron todo tipo de fuerza.

—Lo sentí...te sentí.—Quería besarla, la tenía a tan solo unos centímetros de distancia y los recuerdos que venían a su mente solo lo incitaban a probar sus labios nuevamente.— Se que quieres esto tanto como yo...—Dijo rozando sus labios.—No puedes irte.

¿Esto?¿Esto qué? Claro que quiero besarlo, estar con él, pero no solo una noche, o unos días hasta que logre arreglar y volver con su familia como otras veces ha hecho.

La tensión sexual entre ellos era demasiado fuerte en ese momento...siempre lo fue, pero esta vez eran capaces de admitirlo.
Olivia no conseguía mantener sus ojos abiertos, estaba a su Merced y Elliot lo sabía, él alternaba su mirada entre su boca entreabierta y sus ojos que luchaban por no cerrarse ante el placer. Estaba seguro que Olivia sentía algo por él, no podría ser solo producto de su imaginación las sensaciones que lo atravesaron cuando por fin la beso en el hospital, ella correspondió, pensó que lo quitaría, que lo abofetearía, pero todo lo contrario se aferró aún más a él, eso no podía no significar nada, y debía comprobarlo. Deslizó sus manos que cubrían ambas mejillas al cabello de esta, tomándolo fuertemente pero sin hacerle daño, despeinándolo y logrando pegar aún más su cuerpo al de ella.
Sus respiraciones eran una, sus latidos estaban totalmente acelerados, y no había distancia entre sus cuerpos. Elliot seguía jugando, rozaba sus labios pero no la besaba.
Ella subió sus manos a su cuello, estremeciéndolo al conectar sus miradas, si él no lo hacía entonces ella tomaría la iniciativa.

No lo pensó dos veces, él dio demasiadas vueltas así que lo beso, no como el beso del día anterior que comenzó lento y algo tímido. Lo beso con efusividad y pasión apenas toco sus labios, aferrándose a él como si fuese lo último que hiciera en su vida. La volvían loca sus besos, sus caricias, tantas veces lo había soñado y ahora era un hecho.

Mil años más-BenslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora