𖥨ํ∘̥⃟⸽⃟🦋━━「 ❝.No se sentía bien, era doloroso, lo único que quería; lo único que exigía era una buena compañía. Sabía que era su trabajo, sabía perfectamente que todo estaba mal, pero, en tiempos de dolor; los colores realmente no importan,, en mo...
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「lunes,, 5:16 a.m」
◌🌱ᮢ Sus azules ojos divagaban en un lento baile por el cual decidían en qué fijarse, sus dedos se encontraban desnudos ante un tacto sensible y delicado, cada grieta de sus huellas dactilares podía sentir con sumo detalle las superficies líquidas o sólidas, aún sí su piel llegaba a ser algo gruesa en las yemas en su mayoría era como una fina tela. Cada tejido pálido de su cuerpo se encontraba en reposo, en un temporal lapso de tranquilidad y sociego. De sus manos yacía un cigarro a medio consumir, él ya había estado unos minutos fumando en sumo silencio, en general no acostumbraba hablar mientras se encontrase solo, así era la mayoría del tiempo, se había acostumbrado. Había estado conteniendo el humo entre sus dientes esperando que sus pulmones empezacen a arder lentamente; como si de estos hubiese alguna ceniza que proclamara encenderse y quemarlo por dentro. Los segundos pasaban de una manera cansada, era como si todo el espacio-tiempo se hubiera ralentizado. Sus orbes rodaron con suavidad hasta mirar el cigarro que traía entre sus dedos, lo rodó con tal detalle que los restos quemados no se desmoronasen y callesen en su ropa, podía sentirse la ceniza muerta luchando por aferrarse a la que aún ardía y desprendía un humo blanco, suspiró sin notarlo y volvió a inhalar el tabaco por sus secos labios. Normalmente tenía la costumbre de relamerlos, no se daba cuenta de ello, en general lo hacía con rapidez y sin mucho detalle; lo que importaba era que no le doliesen. Ahora le molestaban, ya se había humedecido sus comisuras tiempo atrás, le habían empezado a arder, prefirió no hacer nada.
Desde su extenso balcón podía ver el sol poniente a través de las rojas montañas, sus tonos variaban entre colores cálidos y acojedores mezclados con la pólvora helada y la sangre seca. El aroma que se tejía en el ambiente era suave, un pequeño sabor a tierra húmeda, indicaba como sí fuese un tranquilo día de otoño, no lo era mucho,, los pocos árboles que podían encontrarse en el lugar o estaban muertos o eran de cartón. Hace un tiempo ya habían traído unos muñecos de práctica; con la figura de los mercenarios contrarios, hechos de cartón y con algún acabado a mano. Los primeros meses fueron utilizados por algunos del lugar para jugar o cosas del estilo, después se fueron olvidando con suma facilidad, Scout y Pyro fueron los últimos en practicar con ellos, finalmente los usaron para dibujar en ellos o derechamente los ocuparon de fogata. Todavía rondaban algunos por el lugar, con disparos viejos y algunas manchas de pintura, los que estaban más a la vista eran los que el pirómano se había dedicado a pintar como árboles y animales; o con algunos garabatos. No se podía negar que extrañaba ligeramente el trabajar en un lugar más vivo, incluso si era irónico pensarlo. Volvió a exhalar aire de una manera más pesada, el burdeo y el rojo se le estaban haciendo muy tristes, más que los típicos colores denotados por la tristeza; como los azules o morados.
