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4. V

Las pocas veces que alguien se me declaró, siempre les rechacé lo más amablemente posible.

Mi justificación siempre era que no estaba interesado en tener una relación porque tenía el ojo puesto en alguien más, siempre intenté hacerlo lo más amablemente posible para no herirles. Y en realidad no era tanto una excusa, era la verdad.

Porque te quería a tí. Siempre has sido sólo tú y nadie más.

Estábamos sentados en nuestra mesa de la cafetería mientras tu leías algo en un libro y yo simplemente paseaba mirada por la cafetería con flojera. Los chicos se habían quedado en el aula de detención porque la profesora Choi —que tenía una abierta enemistad en contra de ambos— los había pillado hablando en clase.

-¿Qué harías si alguien se te declarara? -Te pregunté de la nada, ni siquiera lo pensé antes de decirlo.

Primero me miraste, luego cerraste tu libro, lo pusiste sobre la mesa, te cruzaste de brazos y pareciste pensarlo durante un momento; luego hablaste sin titubear.

-Le rechazaría. No estoy interesado en nadie además de la persona que me gusta. Aunque bueno, si fuese esa persona estoy muy seguro de que le aceptaría. Evidentemente intentaría ser lo más suave posible para no herirle.

Nunca pensé que tu también utilizarías esa misma excusa para rechazar a las personas.

¿Cómo no me había dado cuenta de que te gustaba alguien?

Estábamos juntos casi todo el tiempo. Teníamos todas nuestras clases juntos, almorzabamos juntos, llegabamos a mi casa, a veces comíamos algo y luego tu te ibas a tu casa a eso de las 7. Pasábamos tanto tiempo juntos y a mí nunca se me había pasado por la cabeza que a tí pudiera gustarte alguien más.

Supongo que es mi culpa, pero aún así no puedo dejar de quererte. No es tan fácil.

Con amor,
Yongbok.

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