¹ ᵉˣᵗʳᵃ

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¹ ᵉˣᵗʳᵃ ⠘ ᵃˡˡ ⁱ ʷᵃⁿᵗ ᶠᵒʳ ᶜʰʳⁱˢᵗᵐᵃˢ ⁱˢ ʸᵒᵘ

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– No, hyung. No le daré un collar. Ya le dí uno el año pasado. – Bufó Felix. Del otro lado de la línea, Chan rodaba los ojos.

Yongbok-ah. Yo a duras penas se que regalarle en su cumpleaños ¿Porqué me preguntas a mí? – se queja el mayor, su marcado acento australiano saliendo a la luz.

– Es que... Es que tú no le vas a decir que no se que regalarle. – lloriquea el más chico. – Si le digo a Hyunjin hyung le va a preguntar directamente. Si le digo a Jisung-ah él me dirá que cualquier cosa que le regale estará bien. Jeongin-ah y Seungmin-ah están muy ocupados con su amor universitario, y Changbin hyung me dijo que hoy irá a comprar los regalos de sus familiares y que si ve algo que cree que me gustaría regalarle a hyung me avisará. Así que tú, que estás de vacaciones y no tienes mucho en lo qué pensar y como el padrino de nuestro Yoonie, deberias ayudarme. Sí. – El menor asintió efusivamente, y chris casi podía ver sus cabellos moverse con el insistente movimiento detrás de la línea.

El mayor rió. – Ustedes dos... dios, ustedes de verdad son la pareja de los gatos. ¿cuantos más piensan tener?

Felix vio la fila de 5 gatitos entrar a la habitación, encabezada por un Soonie malhumorado y sentarse dispersos por ahí. – Mhmm... – pensó Felix. – No lo sé, Minho ha traído 4, yo solo traje a honnie... creo que ya es suficiente, pero si Minho trae otro no sería capaz de decirle que le buscara hogar...

A veces, justo como entonces, la voz del pelirosa tomaba un tono aniñado, abultaba los labios en un puchero inconsciente. Felix pellizcaba su carnoso muslo, demasiado concentrado en ello hasta al final ignorar que chris estaba hablándole detrás de la línea.

¿Felix? ¿Sigues ahí? – el mayor preguntó, frunciendo el ceño y revisando si el menor le había colgado.

– Oh... oui... sí. Perdón. – el menor rió. –Acabo de tener un episodio de hiperenfoque. No fue nada. Dime.

¿Ya le hablaste a Minho de ello? – preguntó el mayor, yongbok sintió el tono de preocupación en su voz.

– Le diré mañana, ha estado muy ocupado en el estudio y no quiero preocuparlo. Hoy comienzan sus vacaciones, así que se lo diré mañana para que no interfiera en su trabajo. Pero, no estamos hablando de eso. Yo te llamé por algo en específico. – Christopher notó que Felix estaba esforzándose por desviar la atención, así que se lo concedió.

Bueno, bueno. Está bien. Iré por tí más tarde para que vayamos a la zona comercial. A las 2:30, almuerza bien ¿sí?

– Lo haré. Muchas gracias, hyung. – Felix le sonrió a la nada.

No te preocupes, bok.

No hace falta decir que Lee Felix volvió a casa con las manos vacías esa tarde, y que había estado desde entonces martirizándose a sí mismo porque no lograba encontrar nada que regalarle a Minho. Llevaban ya casi un año de haberse casado, y 14 años de relación, lo que significaba 26 regalos de aniversario y navidad -omitiendo los de aquellos dos años en los que minho estuvo en su servicio militar- a esas alturas de la vida, Felix creía que no había nada que no le hubiese regalado ya al mayor. Estaba tan desesperado que había comenzado a pensar en regalarle una motocicleta, los trámites de una no eran más largos que dos o tres horas y creía que a Minho le vendría bien una. Sin embargo, no estaba convencido, es decir... eran peligrosas.

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