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8.

8. U

Es necesario que termine con esto.

No soporto guardarmelo un segundo más.

Mientras más me lo guardo en mi interior, mis sentimientos por tí crecen el doble, y mis esperanzas de salir ileso y con el corazón entero disminuyen el triple.

Probablemente después de hoy nada vuelva a ser como antes, o te alejas tu, o me alejo yo, o ignoramos la tensión que habrá hasta que yo pueda superarte.

Te amo, Lee Minho.

Te amo como nunca he amado y amaré a absolutamente nadie más en este mundanal planeta.

Con tus chaquetas de cuero y botas de combate, pero también con tus pijamas rositas y peinados infantiles. Con tu comportamiento tsundere alrededor de los demás y muy softie a mi alrededor.

Peleé conmigo mismo por mas de dos años hasta que finalmente no me quedó otra opción que aceptarlo, pero no puedo simplemente vivir con ello y privarte de saber los maravillosos sentimientos que afloran en mi interior cada vez que te veo acariciar a Dori, o ponerle uno de esos disfraces a Donggie, o abrir la puerta con una sonrisa porque sabes que Sonnie siempre va a esperarte detrás y te saltará encima en cuando vea que eres tú. O cuando tomas mis manos y soplas entre ellas para darme calor.

Aún hoy, después de haberte escrito todas estas cartas, no puedo ni siquiera alcanzar a explicar con palabras todo lo que tu persona significa para mí.

Cuando cierro los ojos y dejo que mi mente corra libre, sólo estas tú, dejando besitos sobre los moretones de mis muñecas, tú acariciando mi cabello para que me quede dormido, tú diciéndome que valgo la pena completamente y que nadie me puede decir lo contrario, tú llevando aquel pequeño cojín a la escuela para que yo pueda sentarme sobre él sin necesidad de maltratarme tanto, tú sosteniendome entre tus brazos dentro del taxi la noche de la fiesta de graduación de Chris después de haberme puesto ebrio como una cuba por primera vez en mi vida mientras yo me reía de todas y cada una de las cosas que pensaba.

Aún estoy avergonzado por lo último, es que Dios, no puedo creer que fui capaz de ello.

El día de mi entrevista para Yonsei —que di únicamente para que mamá no se enojara conmigo, porque no tengo intención de asistir a una universidad— me preguntaron como me veía en 10 años. Aquel día respondí con lenguaje técnico y visión profesional, pero sinceramente, lo primero que se me vino a la cabeza fue tu nombre y una extraña visión que me dejó sonrojadisimo hasta el cuello.

Me imagino contigo, ambos viviendo en un departamento grande o una casa, con varios gatitos y un par de juguetones golden retrievers. Un fin de semana tu eliges la temática y yo la película, y el fin de semana siguiente al revés. Te paseas sin camiseta alrededor, desordenando tu cabello mientras bostezas y caminas con pereza hacia la cocina a servir tu cereal mientras yo bromeo sobre la marca de la almohada que zurca tu rostro.

Nunca te lo dije, porque esperaba que todo fuera pasajero, pero joder, Minho.

Estoy seguro de que mi amor por tí es absolutamente todo; paciente, lento, dulce y mil cosas más, todo menos pasajero o temporal.

Esto es lo más real que he sentido, lo siento en el centro de mis huesos, en como mi corazón tiembla cuando no estás bien, en como mis neuronas dejan de funcionar cuando te sucede algo y parece que todo se desconectara, en como siento que el aire llega hasta mis pulmones y me llena de vida cuando sonríes en mi dirección e incluso en como el viento alborota mi cabello durante la primavera.

Es más real que todo, más real que el dolor dentro de mi pecho de las pocas veces que hemos discutido, e incluso que mi diagnóstico.

Dios, Minho. Ni siquiera puedo evitar poner esa tonta sonrisa de felicidad en mi rostro cuando nos reconciliamos después de nuestras tontas e inutiles discusiones.

Espero que puedas entenderme.

Bueno, en realidad tengo la certeza de que lo harás.

Sólo... si me vas a rechazar... No digas absolutamente nada, haz como que nunca recibiste las cartas.

Si no lo vas a hacer (muy improbable si me lo preguntas), házmelo saber.

Sea cual sea tu decisión, nuestros años de amistad siguen intactos, nunca olvides eso.

No dejes de ser Lee Minho solo porque el idiota de tu mejor amigo se enamoró de tí.

Te quiere,
Lee Felix Yongbok.