CAPÍTULO SEIS. Desayuno.

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Nico había despertado por la madrugada confundido por sus sueños. ¿Quien era aquella chica de sus sueños? Le resultaba extrañamente familiar pero no la recordaba haberla visto nunca. La imagen de su rostro era muy clara, podía recordar sus ojos, olor y tacto pero no tenía idea de quien era realmente. ¿Acaso por fin se estaba volviendo loco?.

Su miembro estaba erecto, duro y dolía, no tenía de otra que ir al baño a ocuparse de él.

-¿Que es esto? Parezco un maldito adolescente. -murmuró al recordar que hacía años que no tenía sueños húmedos.

En otro lado de New York, en un departamento mediano y bien decorado, la respiración de una joven de tez bronceada era irregular, sus ojos marrones estaban intensos casi rojos por la exitacion, y para su mala suerte las escenas subidas de tono pasaban como una película en su cabeza.

-Afrodita, maldita perra.-murmuró mientras pasaba su mano por su abdomen y luego por su entrada, rozando sus dedos sobre la tela de sus bragas dispuesta a saciar sus deseos.

Por la mañana, ya a la hora del desayuno casi al salir del sol. Nico era uno de los pocos en estar en el comedor, luego de resilver su problema ya no podía dormir por lo que decidió ir a desayunar.

Vio a algunos hijos de Apollo en su mesa deyasunando, tambien a un par de hijos de Hermes algunos medio dormidos sobre sus platos y otros con su tazon de cereal mirando algun lugar del comedor intensamente.

Caminó hasta su mesa y pidió un café simple y unas galletas de maicena para acompañar. Aún con muchas preguntas en su cabeza las dejó de lado cuando una figura se sentó del otro lado de su mesa.

-Buenos días.-saludo sonríente el ojiverde.

Set había llegado al comedor en busca del pelinegro y no había perdido su tiempo, al verlo sentado en la mesa de Hades fue directo hasta él.

-Asumo que no tienes amigos. -comentó Nico tomando un sorbo de su taza de café observándo al castaño de reojo.

-Aparentemente no les agrado a las personas. -dijo con una sonrisa de soberbia, hizo aparecer un tazón de yogurt de fresa con cereal frente suyo y con una cuchara lo revolvió para que el cereal se suavice.

El muchacho levantó su mirada y observó al pelinegro conectando miradas, los ojos verdes de Set repentinamente cambiaron a un amarillo destellate para luego desaparecer tomando por sorpresa a Nico, Set parpadeo un par de veces luciendo confundido.

-Interesante... -susurró el castaño con su vista bien puesta en Nico analizándolo con una mirada curiosa.

-¿Que es interesante?. -Percy se sentó aún lado de Set y Annabeth del otro de la mesa lado aún lado de Nico.

-Nada en particular. -se apresuró a decir el castaño sonriendole a la pareja, cosa que a Nico le hizo sospechar más. ¿Es algun poder divino?. penso el hijo de Hades.

-¿Están desayunando juntos? No sabía que eran amigos.-dijo Percy felizmente haciendo aparecer un plato lleno de panqueques azules con moras.

-No lo somos. Desde que llegué donde vaya, él aparece. -dio un mordisco a sus galletas de maicena, viendo como las migajas caían sobre su pantalón con cada mordida.

-Es raro que Set se acerque para hablar o socializar, pero si lo hace puede ser muy insistente. -pasó algo similar con Annabeth cuando el hijo de Ares llego por primera vez al campamento. Set creía que la hija de Atenea tenía una personalidad fuerte y le parecía bonita además de inteligente, por eso buscaba tener una buena amistad con ella, en cambio Annabeth en su momento pensó que él estaba interesado amorosamente en ella, hasta Percy lo pensó, pero la verdad era que Set solo buscaba un amigo con quien compartir sus mismos gustos por los libros. Aún que Set solo consumía libros románticos y de poesía mientras que Annabeth leía mayormente de todo.

LA TENTACIÓN DE EROS » || Nico Di Angelo || +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora