Tu y yo

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Lisa estaba acostada boca abajo sobre la cama sin saber que más hacer, ya había probado ejercitarse, no pudo ni con la primera lagartija. Era un asco en eso y ella lo sabía, luego probó jugar cartas... Pero descubrió cuando todo estaba listo que necesitaba otro jugador y literalmente estaba sola allí, tres días, los había contado.


¿Dónde estaba Jennie?


-Llevo tres días sin comer, ni beber... Hablaba en serio con lo del castigo- Se arrepintió de haber tenido algo con la hija de la ojiverde cuando su estómago gruñó en protesta como siempre.


Maldición, necesitaba beber algo, o comer lo que sea.


Volvió a levantarse y decidió buscar por décima vez en el día algún rastro de comida o agua... Todos los días hacia lo mismo desde que estaba encerrada en ese departamento.


Moriría deshidratada si seguía así.


Oyó como abrían la puerta y giró su mirada hasta ella, Jennie Kim entraba con varias bolsas a la mano, Hank también entró con ella junto a otras bolsas, al parecer comida y agua para la morena.


Lisa nunca se había alegrado tanto de verla.


-Pequeña esclava ¿Cómo estás? Te veo demacrada ¿Has dormido bien?- Se burló, Jennie realmente se sentía mal por no haberle podido llevar de comer, pero tenía cosas que hacer y Lisa debía esperar.


Aún no había resuelto lo de la policía, hace tres días le dio la grabadora y la niña a su madre Nayeon Park. Le dijo que por desconfianza había estado siguiendo a su esposo y que le "sorprendió" lo que descubrió, y para su suerte, la niña la apoyó y le contó a su madre sobre la llamada, todo salió bien, pero Nayeon no había hecho lo esperado... Llevar las pruebas a la policía.


-¿Jennie?


La pequeña morena la sacó de sus pensamientos y negó varias veces tratando de olvidar aquello y confiando que la mujer haría algo pronto, eso era lo que esperaba.


-Sí... No había venido por negocios pero salió bien ese castigo inesperado que recibiste y si vuelves a equivocarte, el castigo será peor Manoban ¿Comprendes?- Amenazó acercándose lo suficiente a la menor.


Lisa pensó sus opciones, el castigo no había sido duro, bueno, dejarla con el miembro erecto fue horrible y el que no haya comido y bebido era por mucho peor ¿Qué tan mala sería? ¿Le dispararía como a su hija? Negó, jamás querría ser castigada de verdad por esa mujer, por su ama.


-No se va a repetir... Ama- Susurró al final y la ojiverde la miró rápidamente, una punzada de deseo se apoderó de su vagina y sonrió.


Necesitaba un buen polvo, muchos días llenos de estrés la tenían de mal humor, era hora de sacar todo con mucho sexo.


-Necesito que comas y recuperes fuerzas, amor.


Stop | Adaptación (Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora