EN LA ANTIGUA [MELIZABETH]

Episodio 10

     --- Meliodas, perdóname, pero aunque seas uno de ellos, no tienes la culpa de ser cómo eres... Pensé qué eras diferente, al parecer es mentira... Gelda, rápido, busca a tu amiga. --- No entendía nada, pero ella caminaba con libertad, no parecía una esclava.

     Mí hermano no actuaba tanto como ésos hombres, era la primera vez que tenía una mujer esclava y debe tratarla cómo tal... Siempre fué tranquilo, serio, frío, sereno, seco, inexpresivo, cómo un muerto qué no sentía nada, pero el qué se revele de ésa forma, me asombra, nunca fué así, qué intimidara a otros solo para apuntar al "enemigo".

¿Estará salvando a Elizabeth?.

     --- Hermano, no creo qué haga falta ésto... --- Me movía lentamente, acercándome a él, no tenía intenciones de quitarle la pistola --- ¿Porqué haces ésto?.

     --- No es tú problema.

     --- Sí lo es, ¿Pretendes salvar a ambas chicas?.

     --- ¡Sí! ¡Por eso no quiero qué te muevas! --- Siguió apuntando la pistola hacia mí, temblaba poco, supuse qué estaba nervioso, con miedos, inseguridades y que no tiene malos propósitos de dispararme --- ¡Ya detente!.

     --- Sé qué no quieres hacer ésto... Tú nunca me dispararías, hermano... --- Cuando solo me faltaba 5 pasos para llegar a él tuve qué hablar porque al parecer, estaba dispuesto a hacer lo qué sea para salvar a ambas chicas y protegerlas de cualquier riesgo.

     --- ¡Zeldris! ¡Vámonos! --- Gritó la rubia en la puerta, lista para salir al mundo.

     --- Zeldris... Yo también quiero pro- .--- Era raro sentir el disparo de la pistola qué tenía tú hermano, me dió en el hombro... --- Dije... Qué yo también quiero protegerlas! --- Solté un quejido de dolor, sangraba bastante, qué intenté detenerlo con mi mano, sosteniendo el hombro herido qué no lo podía mover por el dolor.

     --- ¡Meliodas!

¿Ahora sí lloras por mí después de qué te intenté explicar idiota?.

     --- No es nada, solo una bala perdida.

     --- ¡Eres un idiota! ¡Te la pasabas hablando cada rato y yo sin confiar en tí! --- Recibí un golpe de puño cerrado de parte de él y después, lo típico, ayudarme.

     --- Perdón, pero estaba algo nervioso.

     --- ¡YO TAMBIÉN LO ESTABA INÚTIL! --- Me cargó para acostarme en el mueble, revisando la herida, la pistola de quedó olvidada en el suelo, las chicas me ayudaban, Elizabeth... Solamente la noté tomando su cabeza con sus manos, cómo sí no soportara verme así.

     No lo niego, debe tener traumas y más sí se trata de sangre, ella sufrió bastante por culpa de nosotros, no tengo derecho a opinar nada, solo puedo proteger a ambas con mí vida sí es necesario, solo quisiera cambiar éste mundo, raro, no creo qué nadie extrañe ésto cuándo las cosas (sí es qué posiblemente) cambien. Los hombres y las mujeres deberían tener los mismos derechos, aunque los animales son tratados cómo esclavos, cómo seres débiles al nacer, cómo un pollito débil cuándo sale de la cáscara.

     Nadie nace caminando, todos nacimos indefensos, todos aprendemos, tarde o temprano, no somos fenómenos para aprender las cosas de forma rápida, aunque sea dura la vida, debemos enfrentar todo éso, no existe el futuro, solo sé qué lo creamos, lo imaginamos, yo no tengo ningún deseo, solo la libertad de todas las femeninas, porque es injusto todo lo qué hacen los hombres, pero... "No todos son iguales".

     --- ¿Que es sentir amor mami?... --- Dije en forma inocente, mirando a mí madre qué estaba sentada en el mueble, mirando la ventana, con una sonrisa tierna, tranquila y confiable.

     --- ¿Eh? ¿De dónde sacaste esa pregunta Mel? --- Me miraba con curiosidad, yo le respondí de forma feliz.

     --- ¡De los libros! ¡Algo definido con amor! Pero no lo entiendo... --- Decía de forma energética, feliz, algo qué me gustaba poseer, cuándo mencioné las últimas palabras, hacía un puchero.

     --- Bueno, no sé cómo explicarte lo qué es en verdad, aunque yo sea mujer, es difícil encontrar una relación, la ley en todos los países es estricta.

     --- ¿Cuál es ésa ley?

     --- Bueno... Ésa es... "No tener ninguna relación con una mujer, de lo contrario, serán castigados". --- Ella intentó explicarme de la forma más fácil, solamente era un niño de 5 años.

     --- ¿Hay algún día en qué papá no te trate mal? ¿No hay un paraíso?

     --- Meliodas, para nosotras, las mujeres, la vida es muy corta, somos tratadas cómo animales, cómo sí fuéramos débiles, nadie es eterno, algún día no estaré para tí, por eso, mí deber cómo mujer y madre, es prepararte a tí, a Estarossa y Zeldris.

...

     --- ¿Entonces no podemos cambiar éste mundo... Mamá?.

     Escuchaba el sonido de la televisión, era molesto, no había señal, lancé el control haciendo qué rompiera la pantalla, yo solo cedí a dar suspiro de fastidio, al parecer me quedé dormido, tres personas llegaron a mí alarmadas.

     --- ¿Que carajos te pasa? --- Dijo el peli-negro mirando la televisión con la pantalla rota.

     --- ¿Uh? ¿Ustedes querían ver algo? --- Dije Inocentemente, haciendo que una pequeña risa de forma "tierna", saliera de los labios de una rubia. --- Perdón.

     --- Mel... Ya no podré ver la serie qué me gustaba... --- Elizabeth aunque haya recuperado sus emociones, mayormente se notaba triste, algo qué no me gustaba, pero ahora yo la pude triste...

     --- No vayas a llorar .--- Lloró... --- Perdóname... Mañana compraré uno nuevo...

     --- No hace falta... --- Sollozaba pero raramente se le quitaba en un segundo ésa emoción, cómo sí se estuviera obligando a sí misma ser fuerte, ser más madura para su edad.

      Siempre veía a Elizabeth esforzarse, a no llorar porque debía dejar de actuar cómo una niña, a menos qué los traumas hayan afectado su estado psicológico, aunque no tendría mucho sentido, sigue siendo una "niña inocente", en buen sentido...

     --- ¿Me desmayé?... --- Dije, esperando la respuesta de mí hermano menor...

     --- Sí, pero lo importante es qué descansaste...

     --- Gracias por no matarme hermano... --- Dije burlonamente, miéntras él soltaba pequeñas risas, era la primera vez qué lo veía... Feliz, tal vez ése sentimiento qué él siente, es la felicidad.

     --- Solamente tú aceptas riesgos... Vamos a comer, está lista la cena.

     Le hice caso, no sin antes de mirar la ventana, era de noche, tanto había dormido al parecer, en la cena todo fué normal, entre conversaciones, preguntas Interesantes, temas, bastantes cosas qué alargaron la noche, la hicieron divertida, mí hermano confirmó qué desde que era pequeño, le disgustaba ver a una mujer violada por hombres, Gelda, contó en la mesa, que Zeldris era bastante tierno con ella, desde qué lo vió la trato cómo una "princesa", yo por mí parte, le conté todo lo qué ocurría entre Elizabeth y a mí... Todo iba bien, ellos se quedaron a dormir, hasta qué llegó mí padre al día siguiente, por la mañana, junto con mí hermano Estarossa, él... Inesperadamente, estaba dispuesto a matarnos a los 4...