EN LA ANTIGUA [MELIZABETH]

Episodio 7

     -- Oye, ¿Tu nombre es Elizabeth? -- Al parecer no la sorprendí, si soy un total desconocido para ella entonces debería asombrarse no?

     -- Si, amo... -- Eh? Por fin respondió! Pero porqué me llama así?

     -- ¿Amo? No me llames así, yo me llamo Meliodas... Quiero que me digas así...

     --.... -- No me responde, al parecer la acostumbraron a ser así...

     -- ¿Te gustaría ver la casa? ¿Tienes hambre? Cualquier cosa me puedes avisar... Tienes todo el derecho... -- No creo que con esas simples palabras me responda, al parecer ella no va a creer lo que digo... -- Elizabeth...

     -- ¿Sí, amo? -- Odio que me diga así, aunque debo aprender a qué me digan así...

     -- ¿Conoces a Elaine, Gelda y otras personas que son muy preciadas para tí? -- Ninguna acción... Hasta que escuché sus sollozos y al ver sus ojos las lágrimas eran inevitables...

     -- No... Ellas no... -- Al parecer recordó lo que ocurrió con ellas, lo peor fué que también vió a Elaine morir...

     -- Lo lamento... Yo tengo la culpa de que ella muriera...

     Mientras bajaba la cabeza ella solo usó sus manos para acariciar mi pelo, creo que está entrando en confianza y saber de mí propósito...

...

     Mientras cocinaba y Elizabeth se daba una ducha por lo sucia qué estaba, pensaba en todo lo qué pasó, me la pasé así toda la noche, no puedo creer que todo lo que ocurrió hoy fuera un desastre... Escuché cómo salía del baño, ignoré eso ya que debía concentrarme en no quemar nada... La primera vez que cociné fué un banquete, que estuvo apunto de matar a mí amigo del bar...

     -- Amo... Ya estoy... -- Escuché las dulces palabras de ella pero me amargaban a la vez por ese apodo que me da... Fuí hasta a ella ya que es demasiado terca, no la culpo, ella no me tiene confianza así que es normal a qué niegue todo...

     -- ¿¡QUE CARAJOS!? ¡PONTE LA TOALLA! -- Cerré rápidamente la puerta algo sonrojado, no puedo creer lo que ví...

     -- Sí, amo... -- Hay Dios! No volveré a ver eso... Nunca más!

     -- Ya estás Elizabeth!? -- Tuve que hablar aunque estaba muy nervioso, menos mal que no alcancé a ver bien su cuerpo...

     -- Sí amo... -- Otra vez esa palabra... Bueno, ignorar... Solo eso haré... Ignorar...

     -- Bien, abriré la puerta pero te quiero ver... Tapada! -- No hallaba la forma de decirlo... Abrí la puerta pero con mis ojos cerrados y al abrir un poco, me dí cuenta de que sí... Tenía la toalla... Uff... Menos mal...

     Ahora sí, sin rodeos ella debe saber cómo vestirse o no? Tuve que mostrarle dónde queda su habitación y

     -- Bien, aquí está la ropa de mí madre y quiero que te la coloques, entendiste? -- Ella asiente con la cabeza, algo que me hizo sentir aliviado ya que es inteligente... Eso me agrada... -- Bien, ahora debo irme... Voy a terminar de hacer la cena...

     -- Ummm amo... -- Odio que me diga así! Ya, cálmate...

     -- Sí Elizabeth? -- Tuve que voltear mi rostro hacia ella, estaba un poco nerviosa pero no logró nada...

     -- Nada... -- Se dió la vuelta dándome la espalda, ahora sí me deja con mucha curiosidad esta chica...

...

     Bien, todo está correcto, solo falta ella... Espero que venga a cenar...

     -- Ummm amo... -- Otra vez...

     -- Que pasa?

     -- Yo puedo comer en el piso... -- Creo que la acostumbraron a la incomodidad, pero yo no soy el tipo de hombres así...

     -- No, tú comerás en la mesa, aquí está tu plato de comida... -- Ella no se negó y se sentó, miró el plato algo sorprendida y dudosa...

     -- ¿Esta es mí comida? -- No cree que la comida que está frente a ella sea suya...

     -- Sí... -- Estaba desesperado para que por lo menos dé un bocado y ver su reacción...

     -- Pero mi anterior dueño solo me daría las sobras o pan...

     -- Que? No te daré eso, ahora mismo vas a comer lo que yo te dé... -- Ella pensó que molestaba mucho con sus preguntas y prosiguió en comer algo...

     Sus ojos comenzaron a tomar un poco de brillo, algo de color azúl por lo que noté, estaba muy encantada, que bueno que mi madre me enseñó a cocinar a escondidas, sus mejillas estaban con un poco de rubor, la sonrisa que demostraba era algo que me encantaba y me emocionaba, está recuperando su ella de hace tiempo...

     Solo espero que no vuelva a decaer...