Episodio 3

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      -- Gracias, ahora las quiero aquí... -- La chica, el cuál me quedé atónito por ella, pasó en frente de mí ignorando mi vista hacia ella...

      -- Bien, quiero que cada uno elija la que guste...  -- No pude moverme, estaba demasiado pensativo, hasta escuchar la voz de un hombre...

      -- 200.000,00 dólares por ella... -- Me giré a verlo, sus cabellos eran castaños al igual que sus ojos, ¿De dónde carajos salió este hombre?

      -- Lo siento pero esta chica es de los Demons... -- Habló el dueño apuesto, no sé de cuál de las tres chicas habla este estúpido...

      -- Déjalo... Acepto, pero lo quiero en efectivo... -- Sin más que decir el hombre se acercó a mi padre, quién habló para vender a una sus esclavas, aún no sé quién carajos se llevará... Pero ruego que no se lleve a ella...

      -- Aquí lo tiene... Sabía que los Demons eran exigentes -- Tragué en seco mientras se acercaba a una de ellas... No puedo moverme, eso no es normal en mí...

      -- La quiero a ella -- Quedé asombrado... Hablé demasiado rápido...

      -- ¿La chica de ojos azules y cabello plateado? -- Mi padre arqueó una ceja mirando con asombro a el hombre... ¿Quién carajos era?

      -- Si, ella... -- Quería correr y golpear a este hombre... Apreté mis puños para intentar controlarme, era la primera vez que esta sensación de ira la sentía...

      -- Has lo que quieras, ahora vete, no quiero que quites a las demás... -- Mi padre habló cómo siempre lo está, apenas pude reaccionar y al dar un paso me detuvo, sabía muy bien que no estaba bien...

     -- Que gran negocio... -- Se llevó forzadamente a esa chica, se veía algo triste y desorientada, su vista era muerta como si no tuviera alma alguna... Pude notar algunos ojos llorosos y cristalinos de una de las chicas... Cuando ya pude hacer algo y correr era demasiado tarde, el hombre había desaparecido...

      -- ¿¡PORQUÉ NO HICISTE NADA!? -- Me acerqué y le grité a ese viejo, no pensé que le importara el dinero... Ya no le tendré compasión...

      -- Sabía que te pondrías así -- Sin aguantar más, lo golpeé tan fuerte, haciendo que mis hermanos reaccionaran de su estúpido sueño de seriedad y me tomaran por los brazos

      -- Relájate Meliodas -- La fría voz de mi hermano me había sorprendido, pero no era suficiente para calmarme...

      -- Meliodas... TE VAS A CONFORMAR CON CUALQUIERA... -- Mi padre me había devuelvo el golpe, noté como caía sangre por su labio...

      Al final solo dí un bufido, salí de ahí y con fuerza entré al auto, las mujeres que nos asignaron, ya que mi padre compró a otra por culpa de ese imbécil, acompañaron a la esclava de mi padre, ¡QUE ASCO DE MUNDO!

      Por todo el camino quedé callado, pensativo y admirando la paz que había en el auto, era mejor así...

      Los mismos minutos que pasaron al ir a ese estúpido lugar, era lo mismo que regresar a casa, me dejaron y con tristeza miré a la chica que me tocó, no estaba decepcionado, solo... Era lo mismo de siempre, me daba miedo tomar las cadenas que tenía puesta ella, obligadamente las tomé por las miradas que estaban fijas en mí, era la primera vez que hacía esto...

     Ella se veía desanimada y sus ojos eran dirigidos a la puerta, me sorprende ya que, podía notar brillos en sus ojos miel, ella no había perdido las esperanzas, al entrar en la casa ella se había asombrado por la ordenada que estaba admiraba cada rincón limpio y su expresión era algo que me dejó atónito, pude quitarle las cadenas cuando mi padre ya se había ido junto con mis hermanos, dejándola a ella asombrada y su mirada en las cadenas que estaban al suelo junto con su collar de metal... Ella no podía hablar, ya que no tenía derecho pero cuándo es mi casa, mi lugar y soy un hombre, puedo hacer lo que se me plazca le ordeno...

      -- Ahora eres libre de preguntar, has cualquier pregunta, las responderé... -- suavemente me expresé dándole una sonrisa encantadora, ya que quería ganarme su confianza, ella me miró con esos ojos brillosos algo que me dió algo de ternura...

      -- ¿Porqué haces esto? -- Una pregunta bastante obvia, que con gusto la responderé

      -- No soy igual a ellos -- Con amabilidad y mí sonrisa era algo bastante obvio el cómo debería expresarme... Ella sigue atónita por lo que que dije y al soltar sus cadenas, unos segundos después comienza a llorar...

      Me comenzó a explicar lo que había pasado hace meses y el sufrimiento que tenían en ese lugar, las muertes que causaron y que sus amigas estaban muertas...

       -- ¿Cómo se llamaban tus amigas? -- No sé de dónde carajos saqué esa pregunta pero la hice sin darme cuenta...

      -- Se llamaban, Diane, Merlin, Margareth y Verónica... -- Sus sollozos seguían ahí, la única forma era darle un abrazo para calmarla, me arrepiento de haber preguntado...

      Los minutos pasan y la noche cae, era la hora de la cena, mientras ella se daba una ducha y yo preparaba la comida, cuando ya estaba lista por accidente no le pregunté su nombre

      -- ¡Ya está lista! -- Tuve que decir esas palabras y por suerte me escuchó, apenas se acercó y miró el plato, quedó embobada y se sentó, opté en hacer lo mismo y sonreírle

      -- Buen provecho... -- Le dije para empezar a comer, ella imitó mis palabras al igual que mis acciones y con mucho ánimo comió... Al terminar le serví jugo, ella debe haber estado esperando a probar algo delicioso no?

      -- Toma! Jugo de naranja! -- Era la primera vez que me sentía muy bien gracias a ella, emocionada se tomó el jugo con rapidez y solo pude dar una sonrisa...

      -- Estuvo delicioso -- Sonríe amablemente sin duda alguna le encantó...

      -- Que bueno... Por cierto... ¿Cuál es tú nombre? -- Esa duda no se me quitaba de la cabeza

      -- Me llamo Elaine -- Por un segundo le sonreí hasta que se me desvanece... Ella tuvo una mirada muerta en la taza hasta que la expresión que comenzó a obtener fué triste...

      -- Eh... Es un hermoso nombre, Elaine... -- Al parecer no me prestó atención... La llamé de nuevo un poco fuerte por su nombre...

      -- ¿Eh? Lo siento, estaba pensando en algo... -- No quería que siguiera pensando en algo malo, entonces debo preguntar...

      -- ¿Que cosa? -- Ella seguía con su mirada muerta... Y sin apartarla me responde...

      -- Es que... Quisiera que mi amiga esté bien... Quisiera que pase lo mejor... Ella perdió las esperanzas hace unos días -- ¿No estará hablando de...? No... Es imposible...

      -- ¿Quién? -- Con mucha intriga me está dejando esta chica, que querrá decir? Hablará de ella?

EN LA ANTIGUA [MELIZABETH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora