EN LA ANTIGUA [MELIZABETH]

Episodio 1

     — Que cansado es esto... — Miraba a los demás mientras daba sorbos a mí cerveza, todos hacían lo mismo, comprueban el sabor y se divertían, no tenían nada que perder, hacían sus vidas normal, del resto... Golpes y peleas de hombres...

      Aunque me encante este Bar, solo por su exquisita cerveza, también estoy rodeado de mierda... Si... Soy el único hombre de este mundo que tiene conciencia y cerebro de lo que hace, me dirán débil otros solo por tener el rostro de un niño inocente, me dirán débil por ser tan compasivo con las mujeres, ya que... No me gusta mucho lo que les hacen... ¿¡A quién carajos engaño!? Es una mierda! En este bar solo hay hombres y las mujeres se ven todas desnutridas, por falta de alimento, se ven cansadas y golpeadas, están siempre en el suelo y es incómodo eso... Este mundo es una mierda, ya estoy cansado de esto... Intento ignorar los gritos de una mujer gritando de dolor, el hombre le pegaba con una correa y le dejaba muchas marcas, su cuerpo estaba rojo vivo... Y se ven cicatrices que no han podido sanar bien...

     Solo me quedo mirando la ventana y bebo cada segundo... Estaba acostumbrado a ver y escuchar el sufrimiento que tiene una mujer... Este es el peor mundo que existió... Recuerdo las palabras de mi padre y hermanos... Me creyeron loco al decirle lo que en realidad pienso de los hombres... Y lo que le hacen a las mujeres... Todos son idiotas aquí... Ya no quiero ver a las mujeres sufrir... Solo nosotros tenemos derecho a cualquier cosa, que estúpida ley! Es una mierda!

     Termino la última cerveza y le pago como siempre de mala gana a el dueño de la taberna, salgo y la lluvia me acompañaba al igual que la soledad, es difícil aguantar todos los pesos y rivales que hay en este mundo... Ser criticado por otros y estar solo por la indiferencia de una persona... Con solo decir eso hace que me cansé más de este mundo y quiera suicidarme, camino desorientado aunque pude llegar a casa... Llegué y como siempre la casa oscura y solitaria, si... Vivía solo, pero no significa que siga escuchando...

     — ¡¿MALDITA PERRA DESGRACIA PORQUE CARAJOS NO HACES TODO BIEN!? ¡¿AH!? — Escucho golpes que esta vez son puños lo que se escuchan... Si... Estaba siendo maltratada por un hombre...

     Con solo imaginar lo que pasa hace que me den ganas de llorar, en realidad... Si estoy llorando...

     — ¿Porqué este mundo es cruel? — Me tiré al suelo, arrodillado con mis manos en el rostro tapando toda la cara, pero las lágrimas no se detenían y caían gotas al suelo...

     Me levanté ya terminando de soltar las últimas gotas, entré al baño, la ducha me relajó, al salir noté algo... Una hoja y la tinta al lado... Espera... ¿Que hace eso ahí?

     No debería sorprenderme, alguien estuvo aquí... Con solo escuchar la cocina y los demás desastres que hacen me imaginaba quienes eran... Al salir con solo la toalla en mi cintura, entré a la cocina y ví a tres personas, mis dos hermanos y mi padre junto con mi madre que tenía un collar de metal y estaba juntado con cadenas... Era una esclava de ellos... O mejor dicho... De mi padre...

     Cada uno estaba normal, Zeldris estaba serio al igual que mi padre, mi hermano Estarossa sonreía sádico con ganas de tortura

     Zeldris quien se apoyaba en la pared, al igual que Estarossa, solo que estaba más cerca donde mi padre, y él... Pues... Sostenía la cadena con la que mi madre caminaba arrastrada por él, su rostro estaba oculto y solo miraba el vaso de agua que tomó en mi nevera... Hasta que habla...

     — Meliodas... — Su voz ronca y gruñona llegaron a mis oídos, sabía que tema iba a sacar y voy a hablar antes de que él lo haga...

     — Ya te dije que no padre... — Con solo decir unas simples para golpeó la mesa muy fuerte y gritó

     — ¡YA TE DIJE QUE CADA UNO TENDRÁ UNA MUJER! ¡ES PARTE DE LA LEY! — Casa vez que venía a decir eso, me hervía la sangre y hacía que me den ganas de golpearlo, pero no puedo enfrentarme a él...

     Doy un suspiro y miro a mi madre, pobre de ella... Está toda golpeada y quemada, tiene cortaduras y se ve que no comió bien...

     — De acuerdo, pero déjame estar con ella hoy en la noche... — Miré a mi madre y ella queda sorprendida, mi padre sólo dió un bufido y se levantó acercándose a mí, entregando me las cadenas...

     — Toma... Y no quiero que muestres algún afectó a esa perra... ¿Entendiste? De lo contrario... Morirás... — Se va con mis hermanos dejándome solo con ella... Cuando ya ví por la ventana que se alejaban, los impulsos llegaron y le quité todo lo que tenía...

     — Hijo mío... Gracias por ser el único que creé en nosotras... Ojalá existieran hombres como tú... — Las lágrimas de mi madre hicieron de que mi pecho se pusiera blando y traspasar una flecha... La miré triste y respondí suavemente...

     — Estoy cansado de esto... No sé que hacer, siento que este mundo es una mierda... — Bajé mi cabeza dándome por vencido de una vez por todas...

     — Pequeño... Yo siempre estaré a tu lado... — Puedo sentir como me abraza y me acaricia el pelo, las lágrimas bajaban y solo pude despedirme de ella... Cuando sentí que su cuerpo caía y débil... Me dí cuenta que ella... Ya no estaba conmigo

     Ella murió...