Una jugada inteligente

Capítulo 26 La trampa

Estaba en la casa de Celi, tomando un té mientras Ben jugaba en la sala y yo solo lo observaba.

—Tuviste miedo de ser mamá —le preguntó mientras le daba un sorbo a mi té.

—Claro que sí, era una adolescente, Eric y yo habíamos terminado, y mis padres me dieron la espalda cuando se enteraron de todo.

— ¿Cuándo se te quitó el miedo?

—Cuando tuve a Ben en mis brazos. Supongo que eso me demostró que esa criaturita existía y era mía. Porque la pregunta... —me dijo con un tono extraño.

—Estoy embarazada.

—¡Bels, felicidades! —me dio un abrazo y mis ojos se aguaron.

— ¿Y si soy una pésima mamá?

—Bels, por favor, es absurdo. Cuando te veo con Ben y todo lo que haces por él, solo puedo pensar que serás una excelente mamá.

—¿Tú lo crees?

—Por supuesto que sí. Además, no estás sola, tienes a Augus. —Guardé silencio.

—Claro que sí, él no se quiere hacer cargo, tú sola puedes criar a tu bebé —dijo ella, malinterpretando mi silencio.

—Él ni lo sabe, no se lo he dicho.

—Pero ¿piensas decirlo en algún momento?

—Sí, solo que no sé cuándo, y si se queda conmigo, será obligado por el bebé.

—No sé qué película te estás formando en tu cabeza, pero ese hombre te ama. Yo los veo juntos, y él no disimula todo el amor que siente por ti. Te ama, y ​​si se queda contigo, es por eso.

—Tienes razón, a veces soy muy negativa.

Tenía una cita en el salón de belleza esa noche. Era el evento que la estúpida de Carole había organizado. Quería lucir deslumbrante, así que me arreglaron el cabello dejándolo suelto con ondas al final. Fui a mi casa y terminé de prepararme. Me puse ropa interior color marfil con medias y ligueros. Mi vestido era palo de rosa, ceñido al cuerpo, con una abertura sutil en la pierna y mangas de encaje. Me maquillé y me puse joyas para completar el look. Cuando salí, Augus me estaba esperando.

—Siempre eres hermosa, pero estás hoy más que increíble —dijo Augus mientras tomaba mi mano y la besaba.

—Tú te ves muy bien también —respondí, admirándolo en su traje de etiqueta. Él tomó mi mano y me guió hacia el auto.

—Augus, quiero decirte algo.

—Sí, claro, amor, dime.

—Ya estoy lista, perdón por la demora —dijo la estúpida de Carole, que lucía un vestido negro que le quedaba bien, ceñido a su figura y resaltando sus caderas.

—Bels, amor, ¿qué me ibas a decir?

—Que no te despegues de mí en toda la noche. No sé cómo se supone que debe actuar en estos eventos.

—No tienes que actuar de cierta forma, amor. Es solo socializar un poco, pero sí, tomaré en cuenta lo de estar contigo toda la noche. Con lo hermosa que estás, de pronto te roban —tomó mi rostro y me dio un beso.

—Vamos a llegar tarde —dijo la estúpida de Carole.

Nos fuimos en el auto y, cuando llegamos, había varios reporteros esperando. Sin duda era un gran evento, con numerosas personas de dinero y el lugar estaba muy bien organizado. Cuando me tocara hacerlo, sin duda tendría que pedir mucha ayuda. Entramos, Carole desapareció para coordinar todo, y Augus me presentó a varios de los invitados hasta que nos guiaron a una mesa.