hiden kisses - km

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tw: mención de suicidio 

—Sí, lo lamento pero soy yo otra vez.- dijo cansado.- estoy harto de caer siempre en tu buzón de voz, podemos hablarnos ¿no? llámame por favor.- rogó.

Colgó y volvió a revisar si tenía algún mensaje reciente que se había perdido, la decepción lo alcanzó cuando no fue así, suspiro profundamente y guardo su celular comenzando a caminar hacia su departamento.

Mordió su labio inferior cuando se percató que no era el único yendo en la misma dirección, sin pensar en detenerse logro ver de reojo como un trío de chicos iban detrás riéndose en su dirección, maldijo en voz baja y comenzó a acelerar el paso hasta que se encontró corriendo.

Los tres chicos comenzaron a gritarle cosas que escuchaba diariamente mientras copiaban su acción.

Soltó un gemido devastado cuando visualizo las puertas de su condominio y entró en él, con las manos temblando y respiración entrecortada se dedicó a buscar sus llaves en su casillero.

Ahogo un jadeo cuando el trío entró al lugar de forma inesperada, había esperado que no se atrevieran a pisar el lugar donde vivía, sin embargo, eso tampoco fue razón suficiente para dejar de hacerle la vida miserable.

Subió las escaleras a tropezones, sus rodillas escocian por las caídas. Captó la risa de uno de ellos y no pudo evitar pensar como su sufrimiento podía ser la causante de la diversión y alegría de alguien, no lo entendía.

Sin saberlo, se encontró frente a su puerta abierta, aún con los ojos cristalizados y mejillas húmedas pudo visualizar a su Padre que lo veía con una expresión que no supo descifrar, su mirada se apartó y supo que era dirigida hacia el trío que al parecer decidieron irse al ver al mayor en el lugar.

En su mano izquierda recibió un sucio trapo amarillo y en la derecha una botella de alcohol por la mitad.

Alzó la mirada hacia su Padre y solo encontró su espalda caminando hacia dentro. Solo ahí pudo darse cuenta de las atrocidades que estaban escritas en su puerta, susurró los insultos que ya conocía de memoria mientras ejercía fuerza con el trapo en ellos, ojalá fuera así de fácil dejarlos ir.

"Sucio"

"Marica"

"Chupársela al profesor no cambiará tu miserable vida"

"Muchas veces, el suicidio es la solución"

"Desearía estar tan usada como tú"

Después de una hora terminó con las manos acalambradas y resecas, tomó una ducha y terminó por acostarse en el sofá encendiendo el televisor sin estar muy interesado en ello, necesitaba algo que evitara que siguiera pensando, tenia mucho miedo de seguir indagando en si mismo.

—Baja el volumen.- demandó su Padre. Jimin mordió su labio inferior e hizo lo contrario de forma intencional, en serio quería hablar con él, no importaba como, necesitaba hablar con alguien sin ser insultado.

Sintió como el control le era arrebatado de sus manos de forma brusca.

Jimin inhaló bruscamente.

No llores. Se dijo a si mismo.

—¿Por qué no dices quién es el otro chico?- preguntó sorprendiendo a Jimin, realmente nunca pensó que abordarían ese tema.

—No recuerdo quien fue, estaba borracho.-

—Mirame a los ojos si vas a mentirme, Jimin, no me tomes por idiota. ¿Te está amenazando? ¿Es eso?-

—No quiero traicionarlo.- dijo bajito y cabizbajo, las lágrimas ya comenzaban a deslizarse por sus mejillas. Se paró dirigiéndose hacia la cocina, podía abordar cualquier tema excepto ese.

—Claro, pero mientras tanto tú estás asumiendo todo el odio ¿No?

— ¡SÍ! ¡Es un maldito infierno en la escuela!- vocifero, probablemente su rostro era un desastre de lágrimas, mocos y mejillas sonrojadas, pero se sentía cansado, molesto, triste, solo quería respaldarse en alguien.- Mi padre me ignora todo el tiempo, me insultan, agreden, al director no le importa y todo el mundo piensa que soy una puta cuando apenas he besado al maldito hombre del que estoy enamorado, me siento sucio.- hipo con la voz entrecortada.- ¿Estoy sucio para tí, Papá?

—¿A qué estás jugando, Jimin?- contesto entre dientes.

—¿Crees qué es un juego? Solo estoy diciendo la verdad, es todo.

— La verdad es que uno a tu edad no se enamora.

— ¿De verdad? - preguntó.- ¿No me has dicho que estabas enamorado de una chica cuándo estabas en segundo año?

—No es lo mismo... ¡Esa historia con ese chico no es seria!

Jimin frunció el ceño.- Soy homosexual, papá -dejó en claro.- Tienes que aceptarlo tarde o temprano, soy el único hijo que tienes.

—No es fácil tener un hijo como tú.- vocifero.

—¿Crees qué es fácil tener un bastardo homofóbico como padre? 

Un golpe.