—Bien ¿Estás preparado?- preguntó el mayor desde la cocina, el más bajó sonrió cuando lo visualizo con una pequeña torta y unas cuantas velas a su alrededor.
Con las luces apagadas y las velas siendo su única fuente de luz, dejo que su Padre tarareara al ritmo de la música.
—No creíste que lo había olvidado ¿No es así?
Jimin negó al instante.
—Son dieciséis años.- murmuró acariciando las hebras oscuras del menor con suavidad.- Deberíamos celebrarlo ¿Verdad?
El contrario asintió con sentimiento mientras algunas lágrimas se colaban por sus mejillas. Apagó las velas buscando espabilarse y sonrió hacia su Padre.- ¿Comemos?
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—Esto se ve bien.- dijó escaneando entre sus manos, el objeto envuelto en papel de regalo.
El mayor de los Park, miró con cariño el esfuerzo que el menor brindaba, no pasaba desapercibido las expresiones y las risas forzadas de Jimin.
Todos estos años, él mismo se había encargado de hacer esta fecha algo especial, aún si solo eran ellos dos. Sin embargo, no imagino que sus errores como Padres dieran una mala racha al historial y dejara una fea mancha difícil de borrar. La culpabilidad era palpable.
Saliendo de su burbuja en la que se había sumergido hacia algunos instantes, hizo amago de ponerse de pie para traer consigo una botella de vino y dos copas.
Cuando regresó, pudo percibir la mirada del menor algo perdida aunque su sonrisa yacia en su rostro.
—Jimin.- llamó, el mencionado levantó la mirada.
—De casualidad.. ¿Hay alguien a quién desees traer?- preguntó mientras servía ambas copas, una forma de mostrar aparente desinterés.- Quiero decir, es tu cumpleaños. Si quieres invitar algunos amigos este fin de semana te dejaré el apartamento.- agregó.
—Esta bien, Papá.- contestó restando importancia.
Fué el ruido del celular el que hizo que ambos compartieran miradas, Jimin hizo una mueca cuando reconoció el ringstone.
Miro el nombre en la pantalla y sus ojos se bañaron en incertidumbre, añoranza y exasperación.
Su labio tembló, dedicó una mirada de reojo hacia el mayor mientras guardaba su teléfono no sin antes silenciarlo.
Escuchó a su Padre suspirar.
—¿Era Jungkook?
Jimin asintió mordiéndose el labio.
—Algún día, ambos necesitarán explicarse todo.
El menor frunció el ceño tragándose las lágrimas.- Ya no tengo nada que ver con él, Papá.
Jimin sólo sintió los brazos de su Padre rodeándolo como respuesta, se dejó caer en el pecho de su progenitor mientras este lo consolaba en silencio.
Probablemente tardaría mucho tiempo en sanar pero agradeció profundamente tener a su Padre en el transcurso.
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Jungkook no podía llamar un 'simple castigo' al que sus Padres habían escogido para él, no podía considerarse como tal.
Pisar fuera de la habitación era un lujo, escuchar la maldita llave en el cerrojo era sinónimo de 'libertad' eventual, aún cuando solo era para seguir con las prácticas que ciertamente, se ponían cada vez más pesadas.
Cada que tenía la oportunidad, Jungkook se desquitaba con la bolsa de boxeo.
—No soy gay.- murmuró por cada golpe. Pensó que tal vez, el autoconvencimiento haría alguna diferencia, no obstante, lo único que logró fue que rostro destrozado del castaño llegará a su memoria.
Cayó abatido contra la colchoneta por algunos minutos hasta que el agudo dolor en sus nudillos desgarrados y el grito de su Padre, lo pusieron de pie.
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Park Jimin no pudo quejarse cuando puso un pie en aquel bar junto a su Padre. En realidad, no lo había traído a rastras, era mentira decir que no tenía ganas de salir a divertirse después de tanto.
Finalmente llegó el día en que sintió, que su batería emocional había cargado lo suficiente para darse tal placer y se alegro aun más cuando miró a su Padre tan feliz con este hecho.Su apartamento había estado lleno de gratos recuerdos, no obstante, los incidentes más recientes opacaron la mayoría, a pesar de ser minoría.
Sintió la mano de su Padre tomar la suya y los acercó a un duo de chicos sentados en la barra.
Por un momento, Jimin pensó que su Padre haría alguna locura como aventarlo a los dos primeros chicos apuestos que visualice como una ofrenda gay en señal de apoyo, sin embargo, piso tierra cuando se dió cuenta que habia comenzado a sobrepensar.
Saludó a ambos chicos con un apretón de manos.
—Este es Jimin, mi hijo.
—Wooyoung.- se presentó.- un placer.
El chico a su lado se mostró con el nombre de Haseul.
—Toma asiento.- dijó uno de ellos.- bienvenidos a la casa.
—Es un lugar donde concurrimos mucho después del trabajo.- explicó su Padre divertido al ver su expresión.
—Correcto.- asintió Haseul.- ¿Estás estudiando, Jimin?
—Así es, estoy en segundo año.
—Entonces te tengo un gran consejo.- agregó está vez Wooyoung.- no dejes de estudiar o de lo contrario, estarías arriesgado a terminar como nosotros.- bromeó.
Jimin río por lo bajo.
—No es tan malo.- defendió Haseul.
Su cumpleaños, no había sido tan malo, bromeó y le fue fácil olvidarse olvidarse de lo que tanto le había estado aterrorizando por días. Había sido realmente un placer.
Frente a el, se encontraba su Padre quien lo miraba dichoso, la culpabilidad aún lo carcomía vivo pero la felicidad de su hijo, Jimin, en esos momentos era un gran analgésico.
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hiden kisses - km
FanfikceUna foto es la detonante del caos que impacta en la vida de Jimin. Su vida jamás había sido tan difícil de sobrellevar hasta ese momento. Dónde una foto de dos chicos besandose es filtrada. Uno se vuelve víctima del bullying. ¿Y el otro? Nadie sabe...