17. La noche de bodas

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Yo quería responder, como siempre me pasa cuando quiero decir sí. Nunca me sale, le miré y por fin me salió.

-Sí-Digo muy dispuesta.

-Podéis besaros-Dice el cura.

Iván y yo nos empezamos a besar. Los fotógrafos nos empezaron a hacer fotos dentro de la Iglesia con la familia. Después, salimos, y allí estaban todos nuestros amigos. Los suyos y los míos, echándonos arroz. Como en todas las bodas. Mientras la gente iba para el restaurante nosotros seguíamos con las fotos de las narices, estaba deseando que dejasen de fotografiarme, no me apetecía que me echasen fotos. Cuando por fin dejaron de atosigarnos a fotos, fuimos para el restaurante, al entrar estaban todos esperándonos, nos sentamos en la mesa, nuestros amigos estaban sentados en la mesa más cercana a la nuestra, era una mesa amplia. Los familiares también estaban cerca. Y los conocidos eran los que más lejos estaban de nosotros. Mientras cenábamos. Carlos, mi cuñado, empezó a gritar que nos besásemos. Los demás, efectivamente, le siguieron el rollo. No me extrañó que Carlos dijese esas cosas conociéndole. Para que no insistiesen, le besé. Empezaron a contar los segundos que durábamos. A lo largo de la cena, decían eso. Y aún no estaban borrachos. Sobre las 12 de la noche, fueron a bailar. Mi madre avisó al personal para que pusieran el vals. En cuanto lo pusieron. Iván me ofreció la mano para bailar. Empezamos a bailar y me fije en Lucía, nos echaba fotos. Supongo que después me las enseñaría. A ella le salen muy bien. Al rato de bailar. Carlos se metió a bailar con Raquel y la gente poco a poco se fue metiendo a bailar. Al terminar el baile. Jonh mandó poner música amorosa. Y, sobre las dos, yo estaba en la fuente de chocolate cuando de repente. Jonh, coge el micrófono y se pone a decir que pusiesen un vídeo. Hecho por él, del que no sabía ni Iván que habían hecho. Carlos y Henry, mi hermano, también participaron. Fuimos a verlo. Me quedé impresionada. Empezaron a poner recuerdos desde que éramos pequeños, hasta el día de la despedida de soltera. Me fije, en un día de feria de los catorce años, cuando Iván me daba el collar con la carta. Nos habían echado una foto. No me lo podía creer, pensaba que nadie lo sabía. Y en realidad fue idea de Jonh, Carlos y Henry… Después seguimos viendo fotos. La foto en la que salíamos con su familia en Nochebuena, la de Nochevieja con la mía, entre las fotos, había frases de amor, o frases a secas. En las que explicaban los sitios en los que estábamos. También había una foto de nosotros en la playa. Esa foto nos la debió de echar Meli cuando fuimos las parejitas. Después también apareció una foto de Iván pidiéndome matrimonio. Y, la foto final, la menos esperada. La foto que nos echamos Iván y yo, aquel día nevado a los diecinueve años. La foto que puse en la entrada de casa, no pensaba que pondrían esa la verdad. En esa última foto, añadieron una frase. “Que vuestra vida sea una gran aventura. Que vuestras batallas sean lidiadas en conjunto, lado a lado, y que tengáis mucha alegría. Felicidades por vuestra boda” todo esto, me encantó. No sabía que decir. De repente, aparecí en la pantalla. Empezaron a enfocarme. A mí y a Iván. Y él, me besó. Sobre las cuatro de la madrugada acabó todo, fuimos al hotel los familiares. La verdad, íbamos muchos. Al llegar, nos despedimos de todos, y nos quedamos los dos juntos, solos.

-¿Te ayudo a quitarte el vestido?- Me pregunta.

-Sí, por favor-Digo.                                

Iván me empezó a quitar el vestido. Mientras yo me quitaba las joyas. El sólo llevaba los pantalones puestos en ese momento. Empezó a besarme el cuello. Mi mayor debilidad. Entonces me acordé del vestido que me regalaron las chicas. Decidí no hacerles un feo y ponérmelo esta noche. Fui a ponérmelo. Iván y yo empezamos a besarnos y llegamos a más. A la mañana siguiente cuando desperté me estaba mirando sonriendo. Al despertar, sonreí y le besé. Llamamos al servicio de habitaciones y pedimos el desayuno para dentro de una hora. Mientras, nos duchamos juntos. Salimos y mientras me secaba vino el desayuno, desayunamos un poco y fuimos a dar un paseo por la playa que había al lado del hotel. Mañana nos iríamos al viaje de luna de miel, mientras, aprovecharíamos para estar por las playas de aquí. Nos dimos un baño y a la hora de comer fuimos a comer, allí encontramos a Carlos y a Lucía. Querían despedirse de nosotros. Estuvimos hablando un rato con ellos. Nos despedimos de los dos y se fueron. Nosotros empezamos a recoger las cosas un poco antes de comer. Hicimos las maletas para mañana y bajamos al restaurante del hotel a comer algo. Después de comer subimos a la habitación. Al rato de estar allí, llegó el conserje. No dio una carta y un regalo. Todo esto era de Jack. No me acordé de que ni había estado. En la carta lo pondría.

Ojala no estuvieseis tan lejos para poder celebrar con vosotros el día de vuestra boda.

Aunque esté lejos de vosotros, estaré siempre en espíritu. Deseando que todo sea como

Lo habéis soñado. Felicidades por vuestro matrimonio.

Jack

Abrimos el regalo. Jack siempre tan gracioso con sus regalos. El majo nos regaló unos preservativos… Iván se quedó de piedra. Vi que debajo de ellos había más cosas, a parte de una nota en la que ponía “El regalo real está más debajo” quité todas las tonterías que había añadido y vi el regalo. Eran unos colgantes, uno para cada uno. Para que siempre estuviésemos juntos. La verdad, me encantó su detalle. Llegó la noche, y nos acostamos. Tendríamos que madrugar para coger el avión, a la mañana siguiente me aseguré de llevarlo todo. Nos fuimos para el avión y estaban allí Lucía, Miriam y Meli para despedirse. Nos despedimos de ellas y entramos al avión. Al llegar, por fin estábamos allí. Por fin habíamos llegado a las Islas Griegas.

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