¡No puedo amarte! ~Papulince :v × Panafresco 😳~

Pelea

—Cállate y dame tus derechos humanos –exclamó panafresco de una manera soberbia, aunque en realidad estaba muy ardido.

Luego de eso, se escuchó un "uhhh" de fondo.

—Nel perro –respondió el papulince levantando el dedo de en medio ya muy enojado.

—Ah, ¿No?

—Nel.

—Ven acá –dijo recogiéndose las mangas indicando que quería llevar el asunto a otro nivel, ya tenían un buen rato discutiendo y se había hartado, mientras tanto, la multitud alrededor empezaba a pedir pelea.

—¿Otra vez? –preguntó el Usuario Normal Promedio algo cansado viendo como el Panafresco le soltaba un golpe en la cara al otro, ellos peleaban de manera regular por cualquier estupidez, este día todo había comenzado porque Papulince estaba tratando de llamar la atención de influencer con "momazos".

—¡Beso!, ¡Beso! –chilló emocionada la fujoshi, quién estaba observando el pleito.

—¡Cállate! –le gritaron todos, molestos y al unísono.

Los otros dos siguieron moliéndose a golpes, la mayoría de las personas le echaban porras al panafresco.

—¡Te odio! –le gritó el chico pacman mientras intentaba ahorcar a su contrincante, estando encima de él.

—Qué bueno -exclamó el otro tomándolo de las muñecas para intentar quitárselo de encima.

Se dieron la vuelta y ahora el Panafresco estaba ganando, golpeaba seguidamente la cara ajena, sin ninguna especie de piedad.

¡Panafresco!, ¡Panafresco!
Se escuchaba de fondo, casi todos estaban tomando vídeos o fotos.

Todo hasta que el ganador se cansó, tenía los nudillos colorados y le corría una que otra gota de sangre por los dedos.

—Adiós, mononeural –comentó el panafresco levantándose del suelo y sacudiendo su ropa que ahora estaba llena de tierra.

Papulince no dijo nada, solo hizo las mismas acciones que el otro y se marchó teniendo que escuchar unas cuantas burlas.

—Mierda –susurró la influencer para sí misma luego de ver el desastre causado por haberlos reunido a todos ahí, todo el rato estuvo inmovilizada, hasta que le dio por hablar —¡No quiero que se pongan así en la fiesta del sábado!, ¡o los funo! –advirtió, llamando la atención de todos.

Ah, cierto, estaban ahí ya que influencer había decidido hacer una fiesta para todas las comunidades y como la estrambótica persona que es, quiso avisárselos personalmente en lugar de mandar invitaciones o algo así.

—¡Así que ya saben, eh! –soltó de nuevo la influencer para luego retirarse.

—Uy, qué miedo –dijo el Youtuber de salseo mientras se unía al grupo de personas que se marchaban, era hora de hacer un vídeo de veinte minutos hablando de lo que acababa de pasar.

—Hey, fujoshi –exclamó Usuario Normal Promedio llamando la atención de la chica que estaba a punto de irse.

—Dime.

—Te doy lo que quieras sí logras hacer que esos dos se hagan novios –le propuso, posando su mano en el hombro de ella.

—¡Claro!, espera, no –le gustaba la idea, sería como una historia yaoi, según ella... ¡Pero iba a ser demasiado difícil!, Aunque... con sus conocimientos podría lograrlo —digo, ¡si!

—Bien, ¿y qué vas a querer?

—Hmm, una sandía.

—¿Una... Sandía?, ¿por qué?

—Por qué el simple hecho de hacer que dos chicos se hagan novios ya me da casi todo lo que quiero, así que lo último que me faltaría sería una sandía –explicó ella con ilusión.

—¿Y por qué no la compras tú?

—¿Vamos a hacer el trato o no?

—Dale, cómo quieras, comienza hoy o no habrá sandía.

—Ay, ¡sí!, ¡Es hora del yaoi! –dijo Fujoshi con alegría y se fue dando saltitos.

Después de que ella se fuera, el Trolo se rió y se quitó la máscara con la que se estaba haciendo pasar por Usuario Normal Promedio, ahora la fujoshi se esforzaría por algo imposible y el par de tarugos pasarían por un montón de vergüenzas.

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Papulince llegó a su casa con un sentimiento extraño, a pesar de que solía sentirlo seguido, no le resultaba fácil describirlo, era como una sensación de agobio, de algo pesado llevándose su corazón hasta los pies, de algo sujetando su garganta para ahogarlo, algo cómo un ejército de hormigas dando un paseo por su cara, aunque eso último tal vez fuera más por la golpiza que por otra cosa.

Se fue al baño y se miró en el espejo, estaba hinchado de algunas partes, la sangre a medio coagular mezclada con tierra y que le cubría la cara... se veía de la verga.
Se limpió de manera apresurada con agua, se dió otro vistazo y le pareció que no estaba tan mal y, sin ganas de nada, no se desinfectó las heridas y salió a la sala, ahí, se recostó en su sillón viejo y se dedicó a usar su celular.
Entró a TuTubo y en tendencias estaba el vídeo de su pelea con el chico fresco.

Miró los comentarios por pura curiosidad, eran los típicos de ver, nada más que chistes sin gracia y humillaciones hacia su persona.

Y Youtuber de salseo ya había subido un vídeo.
«Qué rápido» pensó y decidió que vería ese vídeo más tarde (o más bien nunca).

Por mientras, se fue a su galería para ver unos "momos" que guardó hace tiempo, tal vez así se animaría un poco.

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—Eh no mamen –soltó la fujoshi —no sé dónde vive, ayuda.

Fujoshi había estado un rato buscando al Papulince sin saber dónde vivía.

Entonces pensó que sería buena idea preguntarle a Panafresco la dirección del otro, obviamente que él sabía porque hace unos meses fue a tirarle huevos a su casa, lo grabó y lo subió.

Así que, el plan era llevarse bien con ellos y por sus "propios" métodos hacer que ellos se lleven bien e ir progresando gradualmente.

¿Podría salir bien?, En su infantil y algo perturbada mentesita todo indicaba que sí.

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Está bien caro el kilo de tortillas