Una vez Fujoshi comenzó a escuchar lo que el otro tenía por decirle, su semblante cambió por completo, cosa que preocupó a los otros dos.
—¿Qué pasó? –preguntó el panafresco muy interesado.
—Valió verga, el evento se canceló.
—¿¡Por qué!? –chilló Pana, incrédulo, mientras Papu intentaba disimular su sonrisa.
—Ah, no, esperen —guardó silencio para poder escuchar bien la explicación –ah no, que sólo se pospuso porque mañana viene una tormenta muy fuerte y por seguridad lo pasaron hasta el otro sábado.
—Ah, qué bueno, estaba nervioso –comentó el seguidor de la grasa, agachando la mirada, jugueteando con las manos, y eso al panafresco le había llamado la atención.
—A mí también me parece bien, así tienen tiempo para practicar –mintió la fujoshi, en realidad le parecía mejor porque así habría más chances de hacerlos convivir.
Y debido a eso, una idea se hizo presente en su cabeza.
—Oigan, tengo que ir al baño, permiso –se excusó para luego salir muy apurada de la habitación, aunque en realidad lo que quería era dejarlos solos para que hablaran entre ellos.
Estuvieron un rato sin cruzar palabra, pero en esta ocasión, la sensación que brindaba este silencio era más bien tranquila, agradable hasta cierto punto.
—Pana.
—¿Qué?
—¿A ti no te da nervio presentarte ante tanta gente? –cuestionó Papulince con timidez, sin mirarlo.
—Claro que no, yo sé que me voy a lucir.
—Ah, sólo preguntaba.
—¿A ti sí? –preguntó curioso, observando al moreno, quién aún no se animaba a girarse a verlo, pero de todos modos respondió asintiendo —lo harás bien.
—Quisiera tener la confianza que tienes –exclamó el Papulince muy por lo bajo, pero el otro pudo escucharlo de todos modos.
—Ah, sólo tienes que creer un poco más en ti –aconsejó de manera simple por lo que el moreno hizo una mueca leve mostrando que eso no le convencía.
—No es tan fácil.
Dicho aquello, hubo una pausa, en la que Pana evaluó sus opciones; intentar ayudarlo... y nada más, porque, después de todo, era lo mínimo que podía hacer para comenzar a de verdad arreglar las cosas, así que, ¿por qué no?
—Entonces déjame ayudarte, a ver, comienza por reconocer tus logros –luego de decirlo, el papulince por fin se dignó a verlo, siendo lo primero que hizo una expresión de confusión —si sabes que eres virtuoso entonces no tendrías porque ser inseguro, venga, ¿en qué eres bueno?
—En nada.
—No, no, yo sé que debe haber al menos algo –insistió, por lo que Papu se puso nervioso, jugueteó con sus dedos y su vista viajó de un lado a otro de manera ansiosa, porque no sabía que decir y hasta cierto punto no quería contestar.
—Bueno, aunque no lo parezca, soy muy bueno en cálculo –fue lo que alcanzó a soltar con nervios una vez pasaron muchos incómodos segundos.
—¿De verdad? –preguntó el otro, genuinamente impresionado.
—Si, pero eso no me ayuda en una presentación de humor, ¿qué voy a hacer?, ¿decir un chiste sobre integrales?
—Siempre creí que eras estúpido –comentó Panafresco no tan de broma a lo que el otro frunció el ceño con una sonrisa —venga, sorprendeme otra vez.

ESTÁS LEYENDO
¡No puedo amarte! ~Papulince :v × Panafresco 😳~
Любовные романыPanafresco y Papulince se odian a morir. Fujoshi, gracias a la fuerza del guión, acepta una apuesta no tan apuesta y ahora tendrá que hacer que esos idiotas se hagan pareja. Obvio que tiene sentido. → Aclaraciones •No habrá contenido sexual •Malas...