MI PROTEGIDA

2. MALCRIADA

Kara sale del lugar con una sonrisa inmensa a pesar de lo sucedido hace unos segundos, mira su reloj y son las 4 de la tarde, definitivamente debe darse prisa o no alcanzara a llegar antes de que Eliza se marche a su trabajo, mientras tanto desde una de las ventanas del Despacho de la Mansión Lena mira la actitud de Kara que se aleja entre pequeños brincos de aparente felicidad, le irrita saber que sus palabras no han causado el efecto esperado.

Lena: No veo la necesidad de esto Lex - indica mientras se aleja del gran ventanal.

Lex: estoy impresionado – evade el tema.

Lena: ¿de las fotografías? - entrecierra sus ojos.

Lex: no, de Kara Danvers

Lena: ¿de quién?

Lex: Kara, Kara Danvers tu nueva escolta.

Lena: prefiero que me cuide el otro sujeto.

Lex: ¿Por qué no me sorprende tu opinión?

Lena: cuanto alarde – suspira inconforme- ¿Qué tiene de impresionante la mujer?

Lex: Su currículo laboral, he hablado con su ultimo jefe y me garantiza que es la correcta

Lena: y si es tan fantástica ¿Por qué no siguió con aquella persona?

Lex: se fueron del país.

Lena: se la podían llevar.

Lex: sus motivos tendrán para quedarse ¿no crees?

Lena: si tú lo dices - se encoje de hombros

Lex: se lo que intentas

Lena: ya veremos si se adapta - sonando divertida

Lex: Le he advertido de tu actitud...

Lena: ¿y? - Considerando la declinación por parte de Kara

Lex: Creo que te ve como un reto o algo así.

Lena: no, pues qué maravilla – sarcástica – soy el juguetito de alguien.

Lex: que curioso que tú lo digas.

***
Kara no ha dormido realmente nada, mira su reloj cada 5 minutos, las expectativas le impiden conciliar el sueño, ladea su rostro y observa desde el sofá a Alex que luego de pasar una muy mala noche se ha quedado dormida, kara se levanta comprendiendo que no lograra dormir, así que de forma sigilosa empieza a empacar todo aquello que podría servirle para su labor, Eliza que tampoco ha logrado dormir se levanta a preparar Café y un desayuno ligero para no quedar con la angustia de que Kara no desayune, la rubia toma una ducha rápida y trata de vestirse de forma informal pero presentable, una vez segura de su atuendo mueve su maleta hasta la entrada del apartamiento y vuelve a la cocina donde su madre sirve su desayuno

Eliza: ¿estas seguras? – observando la aparente calma de Kara.

Kara: mamá no tenemos opciones, estaré bien, estaremos bien.

Eliza: Desearía que nuestra realidad fuera otra – susurra intentando no llorar – no has vivido tu vida por vivir a través de los ojos de Alex.

Kara: y jamás me arrepentiré, ¿y tú?

Eliza: jamás – aferrándose al cuerpo de Kara en un abrazo amoroso y protector.