Una semana antes de la visita de Katja a Kristten...
—Señorita Müller, hay un inspector de la policía que desea hablar con usted —dijo la secretaria por el intercomunicador.
"¿Kristten?"
El corazón de Katja comenzó a latir rápido, no había visto a Kristten desde que despertó en el hospital, apenas habían hablado y se quedó dormida, al despertar Kristten ya no estaba y no volvió a visitarla. A partir de entonces, los días habían pasado con noticias y flashes de lo que había pasado, su mente le jugaba malas pasadas, veía a Kristten disparándola, oía en su mente la voz de Kristten diciendo que la odiaba. Demasiada información, demasiado que asimilar y no podía preguntarle a Kristten, porque ella había decidido abandonarla, lo que confirmaba lo que recordaba, reforzaba las palabras de Emil, la declaración de Hans, la había leído mil veces, y cada vez que la leía su corazón se rompía un poco más y se volvía más frío. O eso creía, porque ante la posibilidad de que ella estuviera más allá de la puerta hacía que los nervios la invadiesen, que la boca se le secase, tuvo que cerrar los puños para evitar que le siguieran temblando.
—De...deja que pase —Katja inspiró hondo y se puso en pie al ver que la puerta se abría.
La sonrisa de Katja se borró de su rostro, no era Kristten, había sido una ilusa por pensar que iría. Se obligó a fingir una sonrisa mientras señalaba a su invitado a sentarse, la verdad es que sentía curiosidad.
—Inspector Carlsson, ¿verdad? Por favor, tome asiento —ella hizo lo propio—. ¿Qué le trae por aquí?
—Espero que no tome un atrevimiento el que haya venido, pero vengo a pedirle que retire la citación que le ha impuesto a mi compañera —pidió Vincent.
Katja agarró con fuerza el reposabrazos de su sillón, no le gustaba que le dijeran que hacer, aún menos que Kristten fuese tan cobarde de mandar a alguien en su nombre.
—¿Te ha mandado ella?
—No, seguramente si lo supiera me odiaría —Vincent se pasó la mano por el cabello—. Sé que desde fuera es difícil verlo, pero todo lo que hizo Kristten fue para protegerla.
—¿Me disparó para protegerme? —preguntó irónica Katja.
—Sí, por irónico que pueda parecer. Ella no estaba de acuerdo con el plan, pero se dio cuenta de que no había más remedio que llevarlo a cabo, y eso que buscó muchas alternativas que no implicase dispararla a usted y al señor Dunkel, pero no había ninguna, su vida seguiría corriendo peligro de no haber actuado como lo hizo. Kristten es una de las mejores detectives que tiene la policía, se desvive por hacer cumplir la ley, incluso exponiéndose a ella misma. Está destrozada, no ha vuelto a la calle desde que le llegó la citación, Kristten es una buena persona, no deje que una mala interpretación de los hechos eche por tierra su impoluta carrera.
—Me lo pensaré... —prometió Katja.
—Gracias —dijo Vincent levantándose, se dirigió hacia la puerta pero a mitad de trayecto se volvió—. ¿No debería estar en reposo? Apenas hace unos días que ha salido del hospital.
—Tengo mucho trabajo atrasado y me ayuda a distraerme, mi casa no... —Katja se mordió el labio, normalmente no se mostraba vulnerable con nadie, pero terminó por decirlo—, mi casa es demasiado solitaria y necesito tener la mente despejada.
—Entiendo... ¿no conoce a nadie en la ciudad? —Katja negó sintiéndose ridícula, no le gustaba que la mirasen con pena—. Es hora de cenar, ¿y si la invito?
—¿Lo hace para que retire la citación de Kristten? —Katja se puso a la defensiva, no le gustaba que la usasen.
—Lo hago porque es la hora de cenar y necesita distraerse y el trabajo no es un buen compañero.
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Víctimas del pasado
Mistério / SuspenseKristen lleva años intentando dejar atrás su pasado, ha construido una nueva vida de la que se siente orgullosa. Pero su pasado parece encontrarla, la empresa Müller que durante años ha creado el terror, ha abierto sus puertas una vez más. La ciudad...