Víctimas del pasado

Capítulo 5

—¿Quieres que te enumere las mil razones por la que ha sido una mala idea? –Emil intentaba no alzar la voz

—Ya me lo has repetido varias veces

Katja iba sentada en el asiento trasero de su espacioso coche, miraba por la ventana, no había dormido nada, pero estaba acostumbrada a pasar días sin pegar ojo, en esta ocasión había valido la pena.

—¡Pues parece que no te ha quedado claro! –Emil apretó el puño y suspiró intentando relajarse—. ¿Para qué quieres un equipo de seguridad si te vas a escapar y no haces caso a sus indicaciones?

—Yo no elegí tener un equipo de seguridad, eso es cosa de mi padre –se defendió Katja—. Y necesitaba salir, necesitaba relacionarme, ¿tan difícil es de entender?

—Puede relacionarse con gente en su casa –le replicó Emil

—¿Sí? ¿Con quién? No tengo amigos, solo personas que les interesa mi apellido, no yo. Solo quería hablar con alguien que no me conociese, que le importase por ser yo misma...

—¿Mintiendo? –Emil enarcó una ceja—. ¿Cuánto crees que eso durará? Nunca podrás ser tú, en el momento en que sepan que les mentiste se acabó

—Lo sé –dijo Katja con un suspiro de tristeza, en cuando Kristen supiera que era ella dejaría de sonreír, de hablar con ella para volver a esa pose fría que tenía cuando ella estaba cerca—. Pero... solo quería... tener vida social

—Ya la tienes, me tienes a mí, o a él –dijo Emil haciendo un gesto con la cabeza hacia el chofer que los miraba de vez en cuando por el retrovisor

—Vaya consuelo. Tú eres un espía de mi padre, no hay paso que de que él no sepa, ¿verdad? –Emil no lo negó—. ¿Lo ves? Y él... Hans se marcharía en el momento que no pudiera pagarle

—Eso es cierto –dijo el aludido

—Eres una Müller, eso conlleva sacrificios –dijo Emil

—Lo sé..., siempre es lo mismo.

—Tienes un aspecto horrible –dijo Vincent dejando un café en la mesa de Kristen—. ¿Mala noche?

—En realidad no, sorprendentemente me lo pasé muy bien anoche –reconoció Kristen al recordar cómo hacía tiempo no hablaba con alguien tan a gusto como lo había hecho con Katerine—. Pero se me hizo tarde y no he dormido una mierda.

—Se te nota –dijo Vincent

—¿Vienes solo a decirme el mal aspecto que tengo? –Kristen cogió el café y comenzó a beberlo antes de que cambiase de idea y se lo quitase

—Han llegado por fin las imágenes de las cámaras de seguridad de la empresa Müller, te la he mandado a tu terminal

—¿Dos días para que nos manden las imágenes? –bufó Kristen metiendo la contraseña en su ordenador para acceder a su terminal

—Ha habido problemas de jurisdicción –Vincent se sentó en el borde de la mesa mientras miraba como Kristen accedía a las imágenes. No tuvo problemas para encontrar espacio, la mesa de Kristen era bastante impersonal, lo único que tenía era los papeles de su trabajo, casos que necesitaban archivarse, un lapicero con distintos bolígrafos y el ordenador que tenían todas las mesas. Pero no había nada personal, nada que vinculase su mesa con ella.

—¿Qué problemas? Han habido muertos, es nuestro caso, tenemos la jurisdicción, lo raro es que los de asuntos internos no hayan aparecido aún –Kristen hizo un gesto de disgusto