Boruto. Sakura tiene la solución (parte 4)

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En la plena noche, Hanabi Hyuga caminaba hacia los dominios de su Clan, en una casa donde su padre le había dado a su prometido Huija y ella donde quedarse hasta casarse y vivir en la casa de la familia principal.

Hanabi entro con delicadeza, sin darse cuenta que bajo su nuevo peso el piso de madera rechino un poco, para ir hacia la habitación donde dormía su prometido, ya que su padre insistió en no dormir en la misma habitación hasta la ceremonia, pero eso no significaba que podían pasarse de incógnito y dormir juntos una que otra noche.

Huija estaba con su padre discutiendo sobre algunos detalles de la boda, al parecer era costumbre de su padre estresar a sus futuros yernos como lo hizo su padre con Naruto. Hanabi aprovechó para mirarse en el espejo en la habitación de Huija e inspeccionar el daño accidental que sinceramente disfruto mucho.

De verdad se siente increíble tener todo este peso encima--se dijo a si misma mirándose bien pasando sus ahora rechonchas manos por su grueso intestino y terminar sosteniendo sus pesados pechos--y aun más sabiendo los grandes que son mis pechos ahora.

La castaña apretó sus pechos con fuerza soltando un gemido con un ligera sonrisa, parecía que estaba disfrutando ser ahora una mujer obesa.

Estaba dispuesta a quitarse su kimoso para disfrutar por ella misma lo bien que se sentía de ser gorda cuando la puerta de la habitación fue deslizada mostrando a su prometido.

¿Haba...?--el joven muchacho de 28 años vio a su prometida en su habitación, solo que en una versión más obesa y apretándose los pechos en estos momentos, quien le dedica una mirada coqueta--¿Eres tú?.

Sí cariño, soy yo--en un intento de verse más coqueta, camino de forma lenta y seductora hasta donde estaba el castaño para dar una vuelta algo provocativa para que viera lo apretando que estaba su kimoso a su cuerpo--solo fui por unos bocadillos nocturnos, no te molesta, ¿No?.

Huija estaba nervioso, hace poco le confesó a su prometida de su fetiche y ahora estaba aquí con un tamaño más grande, con pechos enormes y gordos que fueron apretados hace un momento, unas caderas anchas para sostener unos muslos muy gruesos con un trasero lo suficientemente grande y relleno que estuvo muy cerca de sentir, pero eso no era todo, Hanabi parecía estar disfrutandolo como si toda su vida fuera gorda y esto fuera otro día más con su gordura.

¿No me veo sexy?--quito al castaño de la puerta para pegarlo contra la pared y poco a poco presionarlo con su grasa para que sintiera cierta sensación placentera que comenzaba a sentir--¿No quieres tocarme?.

S-si, lo quiero--con sus manos agarro dos rollos de grasa pura provenientes del estómago de la chica Hyuga para besarla con necesidad, en respuesta Hanabi lo apretó más contra la pared mientras soltaba un gemido al sentir su grasa ser apretada y con la fuerza que aplicaba comenzar a desgarrar las costuras que soportaron con fuerza la forma de la joven que comenzaban a ceder en la parte de su parte trasera abriendo lentamente las telas.

Al cortar el beso la castaña le quitó el kimoso que su prometido tenía mostrando su figura marcada y tonificada, no era la primera vez que lo veía pero aún así le maravilla ver lo fuerte de su cuerpo.

Hiuja no se quedó atrás e hizo lo mismo, lo cual solo fue hacerle un favor al pobre kimoso liberando de su aprisionado deber de cubrir su cuerpo, mostrando así la ropa interior que la castaña tenía consigo, o lo que alcanzaba a cubrir.

Su sostén mostraba a la perfección los pezones de la chica y lo gordos que eran ahora sus pechos, un poco más y ese sostén hubiera reventado mientras que su estómago caía cubriendo el color de las bragas que la chica portaba, pero no era nada que sus manos no pudieran levantar la lonja que la ocultaba.

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