Historias Del Feederism

Boruto. Sakura tiene la solución (parte 1)

Habían pasado años desde que Hinata descubrió el secreto de Naruto, su más oculto fetiche, y unos 15 años desde desde que ellos se casaron.

Cuando la familia Uzumaki decidió querer hijos, Hinata se vio obligada a perder peso para no causarle problemas a su bebé, fue un sacrificio que ella estaba decidida a elegir por empezar a formar una gran familia con el hombre que amaba. Desde que se casó con Naruto su peso llegó casi a las 400 libras, 395 para ser exactos, disfrutando todo los días de cada grueso rollo de grasa que había desarrollado así como el sexo que ella y Naruto tenían llegando a romper dos camas durante sus primeros meses como esposos, pero cuando llegó la hora de formar una familia bajo a 240 libras, un peso en el su adolescencia disfrutaba y no le causaría problema al bebé.

El primer bebé fue un varón, muy parecido a su padre, cuyo nombre fue Boruto Uzumaki, causandole una gran felicidad a los recién padres al tener a un bebé sano, para casi tres años después tener a otro bebé, una niña parecida un poco a Hinata con los ojos de Naruto, de nombre Himawari, quien era muy querida por su hermano mayor.

A pesar de haber perdido peso para dar a luz a sus hijos, como toda madre, Hinata engordó un poco llevándola a ganar 20 libras, poniéndola nuevamente a 260 libras, está vez de forma no intencional, pero era algo que no se podía evitar, cuando tienes dos hijos casi seguidos, es común que una madre engorde, no como en el caso de Sakura, Ino o Temari, que solo tuvieron un hijo y sus pesos estaban controlados.

También el sueño de Naruto se volvió realidad, se había vuelto Hokage, el niño que siempre había dicho que quería ser Hokage lo logro, y nadie estaba más orgullosos y emocionados que todos sus amigos que habían apoyado al rubio, principalmente de su amada esposa y sus dos hijos pequeños, pero no todo fue felicidad, el trabajo del Hokage requería mucho tiempo y atención debido a la creciente expansión que tenía la aldea. Naruto lo tomo bien, era su responsabilidad, y como diría Shikamaru, algo muy problemático, pero había sido su sueño y también era su deber como protector de la paz, pero Boruto a medida que crecía, él veía como una excusa de alejarse de su familia, haciendo que hiciera travesuras para llamar su atención como lo hacía él cuando era niño, pero con el tiempo seguía ganándose más y más el enojo de su hijo hasta cuándo faltó al cumpleaños número 12 de éste y también el cumpleaños de su hermana, quien había mandando un clon que al paso de una hora desapareció.

Pero hubo un cambio cuando llegó el momento de los exámenes Chuunin, dónde Boruto y sus amigos participaron y en dónde hizo trampa al usar tecnología, cosa que su papá no autorizo ni permitió usar, pero quería impresionarlo y ver cómo mostró su decepción cuando lo descubrió simplemente no contuvo su enojo y soltó todo lo que tenía, pero se arrepintió por haber sido tan egoísta, al momento que unos extraños sujetos aparecieron y como se habían llevado al Hokage a otra dimensión, si no fuera por Sasuke no habría con quién disculparse y redimir su error.

Naruto admitió su error y al corregir su equivocación poniendo más atención al ser Hokage que a su familia, procuro mejorar su relación con Boruto y su familia. Aumento su dosis de clones diarios para ayudarlo con su trabajo, como diría Kakashi sensei, eso es un desperdicio de Chakra, pero él ya había sido Hokage antes de él por lo que sabía lo difícil que era mantener ese puesto y tener tiempo para si mismo, por lo que está vez no le reprochó, pero en vez de usar algún clon para dejarlo con su familia, dejo que todos sus clones hicieran sus deberes y ser él quien pase tiempo con su familia, retomando muchas cosas que había dejado al lado, como salir con su pequeña hija, entrenar con Boruto, estar con Hinata y cenar en familia.

Hinata no podía estar más feliz, ella siempre salía a la defensa de Naruto cuando su hijo soltaba alguna queja de él, pero ahora que tenían una relación y cada vez eran más unidos como familia podría relajarse un poco para seguir siendo una feliz ama de casa obesa.