¿𝐐𝐮é 𝐞𝐬 𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫?
Trece chicas siempre se preguntaban lo mismo al ver pasar personas con sus enamorados. Se lo preguntaban cuando sus amigos hablaban de ello. Se lo preguntaban al leer una historia. Se lo preguntaban al ver a sus padres...
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Tzuyu
—Vamos Tzuyu, tu puedes con esto, no tiene nada de malo, ella no te va a rechazar, eres Tzuyu, una diosa—me repetía mientras caminaban por el pasillo apretando en mis manos el peluche—. Ella no es como otras chicas, ella es diferente—suspiré deteniéndome a unos pasos, como Corbyn me había dicho, Sana estaba en su casillero.
Tu puedes.
Dije en mi mente empezando a caminar de nuevo hacia ella, mordí mi labio cuando me detuve a lado de ella, Sana todavía no se daba cuenta de mi presencia así que aclaré mi garganta para llamar su atención, lográndolo con éxito.
—Hola—dijo frunciendo el ceño, cerró su casillero y miró hacia mis manos, ahí reaccioné.
—Hola, esto es para ti—le tendí el cachorro de peluche que había encontrado—. Es un Shiba Inu, sonará raro pero tienes muchas similitudes con esta raza, así que decidí comprarte uno—expliqué. Ella empezó a examinarlo para después verme y darme una sonrisa.
—Es muy tierno, Tzuyu, gracias—asentí soltando todo el aire que estaba conteniendo—. Nunca me habían dicho que me parecía a este perro—empecé a ponerme nerviosa de nuevo.
—También pareces una ardilla—ella soltó una pequeña risa.
—Sí, ese me lo han dicho, como también me han dicho que parezco un hámster, oh aguarda, fuiste tú—pase mi mano por mi cuello bajando la mirada, que idiota soy—. Pero agradezco el detalle—asentí de nuevo, sin saber que mas decir.
—Estas muy hermosa hoy—me sonrojé al momento de procesar lo que había salido de mi boca, ella alzó una ceja para después reír.
—Gracias, tú también luces bien—me miró de abajo hacia arriba, solo llevaba un pantalón roto de los muslos color negro, una blusa blanca y mi típica chaqueta de cuero.
—Sí, pero no tan hermosa como tú—ahora fue su turno de sonrojarse, un silencio se tornó y yo me encargué de quitar—. ¿Irás a la fiesta en la casa de Dahyun?—pregunté.
—¿Dahyun? ¿La mean girl?—asentí—. No lo creo.
—¿Por qué? Todos irán—le dije confundida.
—Sí, todos los que son populares, no alguien como yo—fruncí el ceño al escucharla.
—¿Alguien como tú? ¿Qué hay de malo en ti?—pregunté con un poco de enojo.
—Tú sabes, no popular, chica nerd—alcé mi ceja izquierda.
—¿Desde cuando es malo ser inteligente?—ella alzó los hombros.
—No lo sé, tú me dijiste cerebrito—abrí mi boca pero no pude decir nada.
—Ok, mi error, por favor olvida eso que te dije—ella asintió sonriendo de lado—. Y ven a la fiesta.
