¿𝐐𝐮é 𝐞𝐬 𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫?
Trece chicas siempre se preguntaban lo mismo al ver pasar personas con sus enamorados. Se lo preguntaban cuando sus amigos hablaban de ello. Se lo preguntaban al leer una historia. Se lo preguntaban al ver a sus padres...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dahyun
—Hey—detuve a Chaeyoung cuando la vi pasar.
—Oh, hola Dahyun—me saludó con una sonrisa, su hoyuelo izquierdo haciéndose notar.
—Que lindo hoyuelo tienes—no pude evitar decirle.
—¿En serio? Tengo los dos—sonrió ahora mostrándoles a los dos.
—Que lindos.
—Gracias—me guiñó—. ¿Cómo estás?
—Bien, ¿ya te dijeron sobre la reunión?—frunció el ceño.
—¿Reunión? ¿Dónde y cuándo?—una chica alta se acercó a nosotras, rodeando los hombros de Chaeyoung, haciéndola ver más pequeña.
—Dahyun, te presento a Tzuyu. Tzuyu ella es Dahyun—la chica estiró la mano hacia mí.
—Mucho gusto, Dahyun—le sonreí.
—Igual Tzuyu—solté su mano y ahora les hablé a las dos—. Haré una reunión mañana en mi casa, aunque creo que será más bien una fiesta—expliqué.
—Excelente, ¿estamos invitadas, cierto?—preguntó Tzuyu levantando una ceja—. Estoy bromeando.
—No, en realidad si lo están. Hable con su amiga, Lisa, ella les iba a decir pero creo que no lo hizo.
—No la hemos visto todavía—asentí.
—Bueno—hablo Tzuyu mirando el reloj de su muñeca—. Fue un gusto conocerte, Dahyun, nos vemos en la fiesta—se despidió de ambas para después irse por el pasillo.
—Son buenas amigas por lo que puedo ver—le dije y ella asintió viéndola caminar hacia su salón.
—Es mi mejor amiga desde los doce—sonreí, yo solo llevaba seis años a lado de Jennie y Rosé y los que nos faltaban, también quería una amistad así como ellas.
—Es lindo—me miró dándome una sonrisa.
—Lo es—levantó los hombros—. ¿No se enojaran tus padres por la fiesta?
—Oh no, tendré la casa sola todo este fin de semana.
—Que suerte la tuya—sonreí.
—¿Por qué? ¿Tus padres no te prestan la casa para hacer fiestas?—pregunté interesada.
—Vivo con mis amigas, así que podemos hacer fiesta cuando queramos—rodé los ojos ante su arrogancia.
—Pues a ver cuando invitas—rio asintiendo.
—Por supuesto, cuando quieras eres bienvenida.
—Aww, gracias bebé—acaricié su mejilla como si fuera una niña.
—Déjame en paz—quitó mi mano de un pequeño golpe—. ¿Por qué la fiesta será hasta mañana y no hoy?
—Oh, no sé si debería decirte esto pero creo que ya te tengo la suficiente confianza para hacerlo—ella me miró confundida.
