Parte 13

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Viktoria serebryakov, una curtida veterana del frente del Rin, gracias a su habilidad y obediencia había logrado ascender de una simple cabo a una sub teniente, siendo el brazo izquierdo de su superior, la mayor Tanya von degurechaff.

Su relación con sus compañeros había sido durante bastante tiempo como la de una válvula de escape, siendo alegre y optimista, pero a la vez reservada y muy cuerda, se sentía como un pequeño rayo de luz en medio de un infierno de balas y artillería, y, aunque el 203 de magos tenía a otras 2 mujeres en sus filas, una de ellas era prácticamente la madre cruel pero justa que los guiaba a todos aún con su corta edad y la otra era reservada y brutal al punto en que los hombres la trataban como otro más de ellos en lugar de como a una dama

Su naturaleza maternal le había sido arrancado durante sus días en el frente, pero aún había un lugar especial en su corazón reservado para preocuparse por sus camaradas, dejando en el centro de todo a su líder, la misma Tanya.

Una semana, una semana pasó desde el secuestro de su oficial a cargo, tiempo en el que sus hombres no solo habían iniciado una búsqueda por mano propia, sino que en numerosas ocasiones habían solicitado al estado que les proveyera de más personal y recursos de búsqueda, todo sin éxito.

"la mayor Tanya degurechaff se ha retirado a las playas del imperio para tomar unas merecidas vacaciones"

Esa había sido la versión oficial, la cual causó revuelo tanto por las líneas amigas como enemigas.
Todos deseaban saber la verdad sobre el paradero de la plata blanca...del demonio del Rin, todos bajaron sus armas y silenciaron sus cañones mientras aguardaban para conocer la verdad... Tanya degurechaff...había muerto?

En toda la historia, nunca antes una guerra había sido detenida por una única persona, pero en esta ocasión era diferente, la plata blanca era un punto clave en la guerra, uno que fácilmente podía desmoralizar a las tropas del imperio o hacerlas entrar en un frenesí de patriotismo y violencia; si, el demonio del Rin no era cualquier persona en medio de esa guerra

Viktoria serebryakov se mantenía de un ánimo bastante malo, pues la unidad de magos 203 había sido movilizada a una de las bases aéreas en el frente oriental, como posible medida preventiva contra ataques de magos, ataque que nunca llegó, por lo que los miembros de aquel veterano batallón supieron realmente cuál era su propósito en ese lugar...alejarse de los medios.

Todos hacían algo en esa base con poco personal, los hombres de Tanya no eran la excepción, arreglar su equipo, hacer inventario de las municiones, patrullar el perímetro, hacer prácticas de tiro. El humor de todos era sombrío, pues el pináculo de su unidad había dejado la vara muy alta en cuanto a ser un buen oficial se refería, cosa que el sub teniente Weiss temía no poder lograr, pues consideraba que los zapatos de la mayor Tanya eran demasiado grandes para él.

Viktoria y Weiss llenaban papeles de manera monótona, alguien debía hacer los registros sobre las actividades del 203 en esa base, así como ordenar puntos de mantenimiento y solicitar materiales...un trabajo muy aburrido que nadie gustaba de hacer, pero que les recordaba a cierta niña soldado uqe siempre arreglaba la documentación del ala con una sonrisa en su rostro

"La mayor siempre hizo esto por su cuenta?"

Pensamientos que desfilaban por la mente de las dos personas que ahora tomaban su lugar, pues en cierto punto la papelería los había rebasado, obligándoles a dividir el trabajo administrativo entre los dos.

Su monótono día transcurría sin novedades, como había hecho por toda esa semana, cuando un sonido eléctrico comenzó a emanar muy cerca de ellos, dentro de la pequeña oficina en la que se encontraban, pues cerca de una de las paredes, un enorme portal comenzó a formarse.

Overlord: La niña y el nigromanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora