Parte 27

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El sonido del aire rompiéndose contra el escudo mágico inundaba el oído de Tanya acompañado por el sonido de los disparos que la rozaban mientras escapaba.

Dándose la vuelta de vez en cuando para regresar el fuego, la mirada amarillenta de Mery se volvía una diana a la que la pequeña comandante apuntaba instintivamente en cada oportunidad, siendo estos recibidos de lleno por el escudo de su perseguidora.

El aire seguía lleno de pequeñas escaramuzas aquí y alla mientras los magos voluntarios de los estados unificados seguían retrocediendo hacia el mar rojo en busca de la seguridad de la federación; los cazas que aún se mantenían en el aire, sabían muy bien que no podrían regresar a la federación sin hacer un repostaje de combustible, así que a diferencia de sus escoltas mágicos, estos se dirigieron hacía Dacia, en busca del aeropuerto desde donde habían partido.

Separados en dos grupos, los magos se vieron indefensos ante la artillería imperial, que siguió atiborrando el cielo de fuego antiaéreo hasta que los magos salieron de su alcance, momento en el que la persecución comenzó.

Tanya volaba bastante lejos del resto de su pelotón, no porque fuese temeraria, valiente o porque se preocupaba porque sus hombres salieran heridos, ya que para este punto Mery era la única maga enemiga que seguía entablando un combate; el verdadero objetivo de Tanya era alejar a su objetivo y atraerla hasta una persona que seguramente podría plantarle cara sin inmutarse.

Mery, radiante de ira seguía vaciando carga tras carga de su arma sobre la niña, decidida a acabar con ella de una vez por todas, cuando su escudo se activó repentinamente.

Un rayo impactó en uno de sus costados y aunque la mayoría del mismo rebotó hacia el cielo, había sido lo suficientemente contundente como para desbalancearla.

Tan brutal había sido el impacto que su trayectoria de velo cambió drásticamente, siendo derribada hacia el suelo, donde al impactar, una densa nube de polvo se elevó.

-Buen disparo...supongo que te la encargo...nabe...-

La maid simplemente asintió sin verdadero interés, dándole oportunidad a la niña para replegarse ligeramente.

"Esa chica es como un jabalí, si nabe no es cuidadosa puede que incluso podría terminar mal...tal vez no sea buena idea dejarla sola"

Flotando a algunos cientos de pies sobre la batalla, Tanya se mantuvo flotando, observando el ambiente y esperando no tener que intervenir mientras organizaba a sus hombres.

-Mayor, las fuerzas federales se retiran, iniciamos persecución-

Visha nuevamente reportaba sus acciones mientras asistía a Weiss, quien seguía persiguiendo a los pocos magos que seguían peleando por retirarse.

-Negativo teniente, que el Sub teniente Weiss se encargue de los rezagados, el resto reagrúpense en mi posición de inmediato-

-Enterado-

"Supongo que entre más potencia de fuego mejor...por ahora me centraré en ver como se desenvuelve narberal..."

De entre las entrañas de un profundo cráter, una mano salió, sujetándose de uno de los bordes y ayudándose a salir de él poco a poco, pues Mery, como era de esperarse, había salido de esta sin daños graves.

-supongo que eres más dura de lo que creí...-

La mirada aburrida de nabe se topó con la de Mery, quien se veía confundida a la vez que molesta, moviendo su cabeza de un lado a otro en busca de Tanya.

"Ains-sama dijo que sus escudos eran una molestia, pero que podían ser destruidos con fuerza de choque en lugar de mágica...en ese caso..."

De entre los arneses de la Pleyade fue extraído un objeto peculiar, entregado a ella por el comandante del 7mo regimiento de infantería, una masa de trinchera.

Overlord: La niña y el nigromanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora