Parte 44

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El momento había llegado, los vientos desérticos habían ahuyentado los gases tóxicos disparados anteriormente, dejando solo unas ruinas erigidas como ultima resistencia ante las fuerzas imperiales.

Los tanques se preparaban uno al lado de otro formando una línea en la que la infantería de montaña debería resguardarse mientras que la infantería regular marchaba delante de ellos para proporcionar apoyo contra las armas antitanque.

Preparando su equipo regular y sus trajes cerrados para evitar intoxicarse, el calor húmedo tras las lluvias terminaba por ser sofocante para las tropas de a pie, quienes se quejaban y movían de mal humor.

Finalmente las preparaciones concluyeron y tras un intervalo de observación la orden fue dada.

-AVANCEN!-

A la orden del comandante, uno de los tanques se apagó repentinamente, a lo que todos lo miraron con preocupación.

Tras varios intentos de encender la maquina, el conductor salió agitando su cabeza en señal negativa.

"Bueno...supongo que es un tanque menos..."

-De a cuerdo...no importa, TANQUES AVANCEN!-

Nuevamente la orden se acató y los tanques restantes comenzaron a moverse detrás de las columnas de infantería.

-Porqué nosotros siempre adelante?-

-Deja de quejarte Ryan-

-Pero es cierto mayor, siempre nos envían por delante, pero de alguna forma los montañeros se las arreglan para tener más bajas que nosotros-

-Si, bueno...no voy a argumentar contra eso-

-Por eso somos la reina de las armas no?-

-Amen por eso-

Mientras la infantería ya había alcanzado la mitad del recorrido, los tanques los seguían muy de cerca.

-Otro ataque frontal-

-Guarda silencio-

-Solo digo que...-

-Sé lo que dices y no quiero escucharlo!-

El artillero que se quejaba al inicio miró al comandante del tanque que lo había callado, quien le hacía una peculiar señal señalándole el radio, a lo que el chico entendió de inmediato, desactivando los comunicadores.

-Disculpe señor-

-Aprende a diferenciar en dónde puedes quejarte y dónde no-

 -Pero entiende mi punto no?-

-Claro que sí, pero a fin de cuentas son ordenes-

-Ordenes dadas por una niña de qué...diez años?-

Añadiéndose a la conversación de los dos anteriores, el conductor también dio su punto de vista.

-Lo que estas diciendo es bastante serio...lo sabes verdad?-

-Con todo respeto señor, tengo una hija de la edad de la Mayor Degurechaff y sé que esas niñas intentan darse aires de grandeza y madurez, pero en realidad siguen siendo niñas-

-Acaso tu hija derrotó al ducado de Dacia o invadió la capital de la federación?-

El conductor guardó silencio.

-Pero Kurt tiene razón comandante, sin importar lo buena que sea para pelear, sigue siendo una niña, su mente tal vez no comprende la complejidad de la estrategia militar-

 -Tampoco la tuya chico, por eso tu trabajo es disparar y nada más-

-Nada más qué decir-

Así cada vez más la columna se acercó hasta la primera línea de defensa, donde la infantería por primera vez pudo entrar en las trincheras Turkas.

Overlord: La niña y el nigromanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora